ENRIQUE RIVERA PARA ENLACE JUDÍO

Muchos son los aspectos que una visita al campamento de los maestros en el Zócalo capitalino puede saltar a la vista.

Lo primero, lamentablemente, son los aspectos de salud e higiene. En México siempre hay comida y en el Zócalo no falta; sin embargo, debido al hacinamiento, sólo unos cuantos metros separan las letrinas móviles de los elotes, garnachas y demás. Ya dentro del campamento el número de carpas y casas de campaña es abrumador. Por ahí hay estaciones donde se prepara la comida, así como dispensarios médicos.

Para abreviar, sólo dos aspectos deseo resaltar de esta visita:

a) A los maestros de la sección correspondiente a Oaxaca los podemos denominar “todo terreno”. Debido a que, como me lo comentó un profesor que entrevisté: “Vinimos de la Sierra, ahí estamos acostumbrados a comer un día y uno no. Con una tlayuda (especie de tostada) o lo que haya, es bastante. Dormimos en lo seco o lo mojado. Aquí no venimos por lujos”.

b) Aún si les diesen todo lo que piden, ellos seguirían con paros o marchas. Ya que, de acuerdo a lo que me comentó mi entrevistado, están ahí por la democratización de la educación, el sindicato y el país. Así que por ello, la cuestión energética o financiera también es de su injerencia.

Ojalá que pronto se encuentre un punto de coherencia y entendimiento entre todos los sectores del país, que permita escuchar la verdad y tomar las mejores decisiones.