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Dr. Ephraim Kam/ Analista del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel.

¿Cuáles son los principales desafíos del acuerdo de desarme químico pactado por EE UU y Rusia en Ginebra?

–El mayor reto a superar es la verificación de la destrucción del armamento químico. La gran pregunta es si realmente los sirios acatarán los puntos del acuerdo y no tratarán de engañar y ocultar parte de sus dispositivos químicos. Pero no van a tener fácil el engaño. La amenaza unilateral de Estados Unidos sigue encima de la mesa y añade presión. Asimismo, su principal aliado internacional, Rusia, es el artífice del acuerdo marco.

¿Los plazos establecidos en el pacto son razonables?

–La elaboración de la lista con nombres y cantidad de agentes químicos, tipos de munición y localización de los almacenes y centros de producción y distribución deberá presentarse en una semana. La destrucción de las mismas se dilatará hasta 2014. Es un proceso complejo pero la cuestión final es si no tratarán de desviar parte de su arsenal a Hizbulá.

El Ejército Libre de Siria también ha denunciado movimientos de armamento hacia Irak…

–Esta opción me parece menos factible. Irak sigue parcialmente vinculado a Estados Unidos y tampoco es un gran aliado de Siria. El canal de suministro, en el caso de abrirse, será hacia Hizbulá en Líbano o hacia e Irán. Pero esta operación también entraña riesgos.

¿Israel debe mantenerse en alerta?

–Cabe destacar que existe una posibilidad de que estemos terminando con la amenaza de las armas de destrucción masiva en Siria sin la necesidad de haber realizado ninguna intervención ni haber tenido ningún coste por nuestra parte. También hay que reseñar que en el caso de que Estados Unidos hubiera atacado Siria había una probabilidad pequeña pero real de que Asad respondiese con el lanzamiento de misiles hacia Israel. El desarme de Asad es una buena noticia.

Fuente: La Razón