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 LEÓN OPALIN PARA ENLACE JUDÍO

La violencia en la que se alecciona por años a jóvenes musulmanes en las madrazas (escuelas religiosas) de los países árabes y de Europa, principalmente, ha propiciado la multiplicación de actos terroristas en el mundo. El creciente número de atentados que realizan los diferentes grupos radicales islámicos no se centra en los infieles no musulmanes, sino que cada vez más adquieren relevancia los actos terroristas entre los propios fundamentalistas. Las pugnas entre las principales corrientes islámicas, Chiitas y Sunitas se remontan al nacimiento de esa religión en Arabia Saudita en el siglo VII con la aparición del profeta Mahoma.

En este contexto, se considera que detrás de la lucha religiosa e ideológica al interior del Islam radical existen intereses económicos y políticos en pugna. Irak es un caso ilustrativo de esta situación en donde se confrontan los chiies que tienen el poder político, los kurdos el petróleo y los sunies a Alqaeda, la organización mas violenta entre los violentos. Tan sólo en septiembre pasado murieron en Irak más de 3,000 personas víctimas de sangrientos atentados. La invasión de Irak por parte de fuerzas militares extranjeras lideradas por EUA en el 2003 y el derrocamiento del cruel dictador Sadam Hussein, agravaron la violencia en ese país; la ocupación extranjera provocó más de 100,000 muertes de civiles y de 4,400 efectivos estadounidenses. El retiro del Ejército de EUA en diciembre del 2011 no atenuó la lucha sectorial, incluso en el presente no se descarta una fractura del país, dado que la minoría Sunita “habla de construir una región autónoma en las provincias donde son mayoría”. En Irak operan varios grupos rebeldes suniies, incluido el Estado Islámico de Irak, ligado a Alqaeda.

En Libia, donde la guerra civil empezó en febrero del 2011y que oficialmente terminó en octubre de ese año, sigue la lucha en la que milicias rebeldes desafían, al régimen que se instauró en esa nación después del linchamiento del dictador Moamar Kadhafi. El actual gobierno de Libia pretende instaurar un sistema extremista islámico, Libia es un país donde conviven alrededor de 140 clanes tribales en pugna entre ellos mismos y contra el gobierno, lo que ha originado la caída de la producción petrolera, base de su economía, de 1.6 barriles de crudo diarios antes de la guerra a 150,000 barriles en el presente, de ese total la mitad se exporta. Asimismo, bandas de mercenarios manejan el creciente flujo de personas que huyen de Siria y entran a Libia por la frontera egipcia, que se añade a decenas de miles de desplazados libios, que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados atiende desde hace más de dos años. Por otra parte, Libia se ha convertido en un gran mercado libre de armas que le fueron arrebatadas a Kahadafi, parte de los cuales van a parar a Siria; también los yihadistas de Libia proveen a este último país guerrilleros. Los yihadistas que han realizado múltiples atentados contra intereses extranjeros en Libia, entre otros al de la embajada de EUA en septiembre del años pasado, en el que murió el embajador estadounidense y tres de sus colaboradores, están ganando terreno en el entorno político y social, aunque no estén oficialmente representados en el poder.

La desestabilización que se registra en Libia afecta a países vecinos, especialmente a Túnez, donde se inició la Primavera Árabe en el 2011. En Túnez los fanáticos musulmanes ejercen una ascendente influencia en el gobierno, en el que se advierten pugnas entre salafistas radicales y moderados. El asesinato de dirigentes opositores ha provocado una espiral de violencia que ha alejado al turismo de la antigua Cartago.

La ola terrorista islámica ha empezado a golpear con vehemencia a otros países de África. A finales de septiembre pasado un comando islamita somalí, el Shahab, tomó por asalto un centro comercial en Nairobi, Kenia, exigiendo que este último país retire sus tropas de Somalia, donde enfrenta a los islamitas desde el 2011, la recuperación del centro comercial provocó alrededor de 70 muertos. Igualmente; el Noroeste de Nigeria se encuentra en estado de excepción por una rebelión de islamitas radicales encabezados por el grupo Boko Haram que ha matado a cientos de civiles en su intento de crear un Estado religioso. ¿Cuándo el mundo apaciguará al fanatismo islámico?.