SAL EMERGUI

Enlace Judío México | Bienvenidos a Jerusalén, la ciudad santa para judíos, musulmanes y cristianos. Donde todo es posible. Como el hecho que dos familias rivales musulmanas guarden y usen las llaves de un lugar sagrado para el cristianismo y administrado por comunidades enfrentadas en la Iglesia en una zona controlada por Israel.

El musulmán Adeeb Jawad Joudeh vive por y para el Santo Sepulcro siguiendo una vieja tradición familiar. Muy vieja. “Tras conquistar Jerusalén en el año 1187, Saladino dio la llave a nuestra familia que en esa época tenía un enorme significado espiritual. Desde entonces, tenemos su custodia”, nos cuenta Joudeh que cada día a las cuatro de la mañana acude con esa llave a la iglesia. Allí le espera el representante de otra importante familia musulmana (Nuseibeh), encargada de abrir el lugar donde se cree que Jesús fue enterrado.

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Joudeh resalta que no cobra por esta ritual misión que heredó de su padre, un conocido jeque fallecido hace diez años. Hoy comparte esta responsabilidad con su hijo.

¿Cómo un lugar tan sagrado para el cristianismo sigue en manos musulmanas?, le preguntamos ante una puerta que conoce mejor que la de su propia casa. “Tenemos buenas relaciones con las comunidades cristianas que administran el Santo Sepulcro. Para ellos es mejor que nosotros nos ocupemos de guardar la llave y abrir la puerta… Así no se pelean”, contesta deslizando una sonrisa en los labios y la llave en las manos.

Bromea pero no es un secreto papal que el Santo Sepulcro, edificado en el siglo IV, suele ser también escenario de tensiones entre las cinco comunidades cristianas. A veces incluso, acaban en puñetazos entre sacerdotes. La tensa coexistencia entre franciscanos (el Papa Clemente VI confió la custodia a los hijos de San Francisco), griegos ortodoxos, armenios, coptos y sirios suele ser ajena a los más del millón de turistas y peregrinos que anualmente visitan el Santo Sepulcro.

El conflicto interno llega a tal punto que la decisión teóricamente más insignificante como por ejemplo dónde colocar una escalera requiere el pleno consenso. Una simple medida tomada de forma espontánea puede ser interpretada como una violación del status quo. La llave en manos de unas de las comunidades garantizaría hoy fricciones diarias, insinúa.

Según nos cuenta un cura, Saladino obligó a los cristianos a pagar a los musulmanes encargados del acceso al Santo Sepulcro. El impuesto popular “y humillante”, apunta, fue abolido en el siglo XIX pero las principales comunidades cristianas del lugar siguen pagando algo a las familias musulmanes que custodian la llave y puerta de la Basílica.

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Si los Joudeh custodian la llave, los Nusseibeih se encargan de usarla. Como sucede entre las comunidades cristianas del Santo Sepulcro, tampoco hay mucha armonía entre las dos familias musulmanas. Joudeh, por ejemplo, no tarda mucho en enseñarnos este documento para que no haya dudas sobre la custodia:

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En su casa guarda con celo 165 documentos originales. El primero data del año 1570.

Si usted viene al Santo Sepulcro en el casco antiguo de Jerusalén, fíjese en el portón. Su silencio esconde una larga historia de conquistas, invasiones, fe, pasión, intrigas, rivalidades..y una llave.

Fuente:elmundo.es