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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Al menos 937 miembros de la comunidad judía desaparecieron durante la dictadura militar argentina (1976-1983), que incluyó a varios rabinos en la lista de “delincuentes subversivos” por su compromiso con los Derechos Humanos, recuerda el ensayo “Ser judío en los años setenta”.

El rabino Daniel Goldman (uno de los “delincuentes subversivos” según la dictadura) y el periodista Hernán Dobry, aportan en el ensayo ejemplos de “la especial brutalidad antisemita del terrorismo de Estado durante la dictadura militar”. Sin embargo, reconocen que “no sabemos a cierta ciencia si existió en el país algún tipo de persecución ‘oficial’ contra la colectividad israelita” por parte de los militares argentinos.

En el ensayo se reproducen denuncias de jóvenes detenidos y “especialmente torturados por su origen” y con un plus de perversidad si además eran estudiantes.

“Así como la dictadura se ensañó en forma selectiva con ciertas ocupaciones, también lo hizo con algunos grupos etarios, especialmente con los jóvenes. Eso se advierte en la cantidad de víctimas que eran estudiantes, lo que también puede verificarse entre los judíos”, aseguran los autores.

El libro aborda, ineludiblemente, la polémica actuación de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas de Argentina) de Buenos Aires durante la última dictadura militar en relación a los desaparecidos.

“Los familiares, las víctimas que sobrevivieron y los investigadores del tema, tienen una mirada crítica sobre la dirigencia de aquellos tiempos y apuntan a dos situaciones diferentes relacionadas con la DAIA: la inacción y el maltrato”, asegura el ensayo, editado por Siglo Veintiuno.

Los familiares de las víctimas le recriminan aún a la DAIA “la humillación y el dolor de no haber sido cobijados y contenidos en un momento de tamaña desesperación” y que sus directivos “raramente levantaron la voz en público” para denunciar las desapariciones.

“El ya intenso malestar se profundizó cuando los miembros de la comunidad se enteraron de que Marcos, el hijo del presidente de la entidad, Nehemías Reznizky, había desaparecido el 27 de julio de 1977 y supieron de buena fuente que su padre había utilizado todos sus contactos para rescatarlo con vida y enviarlo a Israel”, afirman Goldman y Dobry.

A partir de entonces, para la comunidad hubo “desaparecidos de primera y de segunda”, apuntando especialmente contra Reznizky que “quedó condicionado por el favor que le habían hecho los militares” hasta que completó su mandato en 1980, recuerda el ensayo.

En respuesta a la inacción de la DAIA, en diciembre de 1978 nació el Movimiento Judío por los Derechos Humanos, impulsado por los rabinos Marshall Meyer y Roberto Graetz (dos de los “delincuentes subversivos” para la dictadura) y el periodista Hernán Schiller, rememoran los autores. Graetz debió partir de urgencia desde Buenos Aires bajo el paraguas protector de la Embajada de Estados Unidos, debido a las amenazas de muerte que recibió por haber colaborado con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, que septiembre de 1979 visitó el país.

Fuente:ansa.it