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ALBERTO MOYANO

Cuando se empieza poniendo el listón en lo más alto, el problema es que ya no es posible dar marcha atrás, sólo cabe seguir adelante y de proceder, internarse en el disparate. Llevamos tres semanas escuchando y leyendo que los israelíes están haciendo a los palestinos lo mismo que los nazis hicieron con los judíos, pero a base de repetirlo la frase pierde fuerza. Es preciso subir el aumentar la dosis. «Dime cosas incorrectas / desde el punto de vista político», dijo el poeta y parafraseándole, estaba claro que habría de llegar el momento de rectificar: «Los judíos son peor que los nazis». Y el momento ha llegado, de la mano de una víctima de una adicta a la septorrinoplastia voluntaria porque hasta los más furibundos antisemitas se estaban haciendo lo remolones, los muy timoratos, y tardaban en soltar la bobada. «Gaza es peor que el Gueto (sic) de Varsovia», ha escrito Carmen Lomana, retuiteada de inmediato por docenas que, a estas horas, celebran la recóndita lucidez y el arrojo de la ¿tertuliana? o lo que sea. Transcurrirán unos días y de pronto alguien dirá, de una forma más o menos solapada, que los nazis, en realidad, no fueron tan malos. Lo cierto es que el destino de la mayor parte de los confinados en el gueto de Varsovia niños, mujeres y hombres, fue Treblinka, en donde la esperanza de vida para todos ellos era y fue de hora y media. Como en la franja, vamos. Lástima que ni uno de ellos tuviera la opción de vivir, así fuera en una ciudad bombardeadísima.

Porque aquí lo que sucede que denunciar injusticias todos los días puede terminar por aburrir. Así, es necesario que la ofensiva israelí sobre la franja palestina no quede sólo en eso, un enfrentamiento cruel y tremendamente desigual, hay que subir el diapasón, digámoslo cuanto antes, debe adquirir de inmediato la categoría de «genocidio» -tan cara a los judíos-, aunque las cifras de víctimas palidezcan en comparación con las de cualquier otro, pongamos la Kampuchea de Pol Pot, dos millones de personas -un tercio de la población- exterminada en cinco años.

Y lo más curioso es que a pesar de toda la hiel vertida, cuando vuelvan a repetirse incidentes similares, así hayan transcurrido dos, cuatro o diez años, los mismos de siempre no tirarán de coherencia para denunciar que se está perpetrando «un nuevo Gaza», sino que volverán a aferrarse a su obsesiva judeofobia para repetir las cansinas letanías plagadas de «esto es Auschwitz» y «peor que el gueto de Varsovia».

Ahora mismo, Gaza es el mayor ‘selfie’ del mundo al aire libre. Si hay que fotografiarse justo y humanitario, qué mejor que sobre un holocausto, un tanto impostado, vale, pero un poco a la manera del corredor sanferminero que se autoinmortalizaba a la carrera y con el toro detrás, esta vez su versión más comodónamente incruenta. Más de izquierdas, mayor valentía, mejor militante, más íntegro, cuanto más inequívoco sea el fondo y denunciando nada menos que un «genocidio» a ver quién no sale favorecido. Sí, «genocidio» está bien, pero por ahora, no hay que acomodarse. Si la operación se prolonga, habrá que buscar nuevas hipérboles. Voy adelantando trabajo: propongo «los nazis no eran tan malos» como siguiente paso y si la cosa se alarga, «en realidad, los judíos se lo tenían merecido». Tiempo al tiempo.

*Nota: si nada de todo esto va contigo, simplemente no te des por aludido.

Fuente:diariovasco.com