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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

Mis buenos amigos

El día de ayer, nuevamente fui a comer a un restaurant con mi amigo Rodolfo de la carrera de Economía, de quien he comentado previamente que después de varios años de pausa, reiniciamos nuestra amistad que data de 50 años. Adicionalmente a la profundidad de nuestra plática en la comida y una que otra “cotorriza”, se ha creado un ambiente muy emotivo entre nosotros y, por otra parte, no puedo dejar de mencionar las atenciones y mimos de que he sido objeto por parte de él, lo que evidencia su carácter bondadoso y una extremada generosidad hacia mi persona, trato similar recibimos mi esposa y yo de nuestros amigos Ninfa y Miguel. No recuerdo una actitud semejante de otras personas.

En la conversación con Rodolfo le comenté sobre lo difícil de la relación con mis hijos, es entonces cuando me regañó cariñosamente; me recalcó que mis preocupaciones y angustias no son nada nuevo en mí, “desde que te conozco siempre has sido el mismo, has llevado una pesada carga y además no escuchas”; igualmente, mencionó detalles de nuestra relación de antaño que confirman lo dicho por él. Estos aspectos de mi personalidad los tendré que trabajar; no obstante, me preguntó: ¿qué judío no tiene un comportamiento similar?, la angustia y la preocupación están en los genes de los judíos, son expresiones ancestrales heredadas y fortalecidas por el Holocausto.

El mundo de los antisemitas

La preocupación de los judíos se acentúa en momentos en los que se incrementa el antisemitismo como en el presente. A raíz de la guerra entre Israel y los terroristas de Hamas, la tensión de los judíos en el mundo ha vuelto a alcanzar un nivel histórico porque el antisemitismo y el antiisraelismo se han desbordado, sobre todo en Europa. En México también cada vez más se perciben actos hostiles hacia los judíos, en especial vía Internet. En lo personal diario tengo que lidiar con conocidos, e incluso amigos, que argumentan estar horrorizados por las masacres que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevan a cabo contra civiles palestinos de la Franja de Gaza. Obviamente sus fuentes de información, o más bien de desinformación, provienen de medios de comunicación que transgiversan la realidad de lo que acontece en la Franja de Gaza, donde los radicales islamistas de Hamas cotidianamente atacan a Israel a fin de “borrarlo del mapa”.

La victimización que Hamas ha pretendido hacer de los palestinos ha logrado reavivar viejos odios contra los judíos que en su momento, y aún en el presente, fueron y son alentados por las iglesias cristianas, sobre todo la católica. Justamente la semana pasada, mi esposa, Jose, tuvo que enfrentar a una conocida en el club deportivo al que frecuentemente asiste, misma que afirmaba que los judíos son deicidas porque dieron muerte a Jesucristo. Esta persona, con la que Jose en otra ocasión tuvo una discusión sobre los judíos, evidencia ignorancia y prejuicios religiosos; Jose concluyó que no debía “desgastarse” con ella en argumentaciones que no conducirían a nada.

Por otra parte, hace un mes mi esposa fue invitada por una compañera de su curso de apreciación musical a que asistiera a la exposición sobre Charles Darwin, que se presenta en el antiguo Colegio de San Idelfonso en el Centro Histórico de la ciudad de México, en donde trabaja como guía voluntaria para esta exposición y otras que periódicamente se llevan a cabo en el mismo. De acuerdo a Jose, las explicaciones que su compañera dio sobre la exposición de Darwin fueron muy profesionales. En este ámbito, Jose le preguntó si se sentía satisfecha con su trabajo, a lo que ella contestó que sí, que a veces enfrentaba problemas con los niños y jóvenes de “colegios hebreos” que en grupos visitaban San Idelfonso; que eran indisciplinados y prepotentes. Jose le cuestionó sobre esta respuesta y le hizo ver que esa actitud era similar a la de otros alumnos de escuelas de nivel de ingresos altos, hecho que finalmente reconoció. Lo anterior es indicativo de prejuicios religiosos existentes entre una parte importante de los fieles de las iglesias católicas en México. Más preocupante es la actitud antisemita de grandes intelectuales en el mundo, como el escritor y el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, que se suponía era gran amigo de Israel y quien escribió un artículo, en el periódico el País, titulado “Entre los Escombros”, el 10 de agosto pasado, en el que expresa su desagrado por la “carnicería de Israel contra una población civil, y la destrucción de escuelas, hospitales, mezquitas y locales donde la ONU concentra a refugiados; semejante matanza y destrucción indiscriminada es injusta, además se abate contra la población de un rectángulo de 360 km2 al que Israel le impuso en el 2006 un bloqueo por mar, aire y tierra, que la tiene sometida a una lenta asfixia, impidiendo importar y exportar, pescar, recibir ayuda y, en resumen de cuentas, privándola cada día de las más elementales condiciones de supervivencia. No hablo de oídas; he estado en Gaza y he visto con mis propios ojos el hacinamiento, la miseria indescriptible y la desesperación con que se vive dentro de esa ratonera”. Vargas Llosa tiene una doble moral, por una parte se deja lisonjear por la crema y nata de la intelectualidad israelí y por su gobierno, y por la otra, con mentiras, asesta una dura cuchillada al pueblo judío. El mercantilista Vargas Llosa es un hipócrita consagrado.

En este marco, David Mandel, destacado escritor israelí, nacido en Perú; en una Carta Abierta a Vargas Llosa le dice: “hace muchos años te escribí una carta deseando que, al igual que José Saramago, tú también recibas el Premio Nobel, empero, te pedí al mismo tiempo que no sigas el ejemplo de Saramago de expresar un antisraelismo rayando en el antisemitismo, como cuando el escritor portugués acusó absurdamente que Ramalla era peor que Auschnitz”.

Mandel agrega “me entristece ver que una persona de tu talento, inteligencia y cultura, sigue el infame ejemplo de Saramago de difamar a Israel, sabiendo que hoy esto equivale, como lo hemos visto en muchas ciudades europeas, a incitar un antisemitismo similar al de Alemania en la década de los treinta del siglo pasado, con turbas desenfrenadas en París, y Berlín, gritando a voz en cuello, Hamas, Hamas, los judíos al gas, mientras asediaban sinagogas y rompían a pedradas las ventanas de negocios judíos”.

Mandel le reprocha a Vargas Llosa en relación a que este último hace sobre su afirmación de la “miseria indestructible” que vio en Gaza durante una visita, empero, le señala que ahora sí estará enterado que los cientos de millones de dólares donados por generosos países árabes y europeos no fueron usados para la construcción de escuelas, hospitales y hoteles para turistas, sino para la compra de cohetes de largo alcance y para la construcción de sofisticados túneles de muchos kilómetros de largo. Además, le señala que también las donaciones fueron a parar en parte a las cuentas bancarias privadas de los jefes de Hamas; Khaled Mashal vive en Qatar de sus ahorros, 2,500 millones de dólares e Ismael Haniyeh “a su lado es un pobretón, que sólo tiene 4 millones de dólares”. ¿A quién trata de sorprender Vargas Llosa con su sutil lenguaje demagógico y sus monumentales embustes? El tema no se ha agotado, seguiremos hablando sobre el mismo.