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ALBERTO ASKENAZI PARA ENLACE JUDÍO

Volvió la paz a Israel. Pero es una paz con adjetivos y comillas.

Los judíos nunca hemos vivido en paz, si acaso en tregua. Israel es muy eficiente para ganar las batallas rápidas, como David a Goliat. En cambio, los judíos somos un pueblo que gana la guerra permanente.

Si no ¿cómo explicar la sobrevivencia de quien siempre es atacado – salvo honrosas excepciones- casi por todos? Así que no es tan importante lo que acaba de pasar.

En un tiempo cercano volverá a suceder. Algún líder terrorista apoyado por la ONU y por todo el mundo lanzará cohetes de nuevo hacia Israel.

Después de unas semanas, se volverá a hacer la paz, se marcará una fecha de conmemoración en el calendario, se dirán algunos discursos en los templos donde asistían las víctimas y ¡a trabajar! Que es lo que nosotros sabemos hacer.

Hasta que los palestinos entiendan…

Ni siquiera están conscientes que sólo son esferitas que giran hacia el abismo obedeciendo a un puñado de jefes anónimos y malvados.

Porque quien tiene como motivo la destrucción del otro es un malvado.

Claro que llevan a casa un beneficio: Dinero y poder.

Me refiero a los ayatolas, presidentes Turcos, Iraníes o Venezolanos, comandantes terroristas y jeques que miran las noticias esperando ver de pronto como milagro, la destrucción de Israel, apoltronados en sus ministerios y palacios, no a los que mueren peleando sin saber por qué y tal vez, ni por quién.

Si los palestinos se dieran cuenta y vieran el rol que les asignaron, se sacudirían la espalda y dejarían caer su carga de violentos matones que los cabalgan clavándoles espuelas que los hacen sangrar.

Cuando vemos las noticias de Israel –no en tiempo de guerra, claro – nos hablan de avances en tecnología y medicina por ejemplo, que nos harán la vida más larga, fácil y feliz, porque eso sabemos hacer y eso hacemos.

Cuando nos presentan las imágenes de Gaza, vemos gente violenta manifestándose con un ataúd a cuestas y gritando consignas de odio en medio de ciudades descuidadas y sucias.

Y no me refiero a tiempos de guerra sino a tiempos de, digamos, tregua…

¿Será que no quieren o no saben vivir en paz?

¿Qué pasaría si en lugar de dilapidar el dinero en túneles lóbregos, armamento ruso y escuelas de terrorismo lo gastaran en fábricas, Universidades y jardines?

¿Se pueden imaginar el progreso que alcanzarían?

Pero están cegados, no porque no puedan avanzar en paz hacia un mejor futuro. Pero para que eso suceda, por favor, a partir de ahora… no les enseñen a sus hijos a odiar.

Los niños no nacen odiando. No saben.

En palabras del gran filósofo y teólogo francés Pierre Teilhard de Chardin: “Algún día, después de que el hombre haya dominado las fuerzas de la naturaleza, aprenderá a encauzar y dirigir las energías del amor; entonces, y por segunda vez en la historia del mundo, habremos descubierto el fuego…”