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DANIELA CANUL

Todos los días, justo antes de que el reloj de la Catedral marque las tres de la tarde, las ondas hertzianas desde Radio Red sueltan a todo el país las notas de un tango. Hoy mismo pudo haber sonado “Por una cabeza”, “Mi noche triste”, “Tiempos viejos” o “Yo no sé qué me han hecho tus ojos”…

El responsable de que el bandoneón y la voz del Mudo Gardel se escuche en la radio se encuentra en el piso 18 de la Torre Esmeralda II: Jacobo Zabludovsky.

A sus 86 años, convive con “la sensación rarísima de tener bisnietos”, y en esta etapa de su vida, lo que más agradece es la compañía de su esposa Sarita, con quien acaba de cumplir 60 años de casado. “Disfruto verla leer un libro, es una gran lectora, y opina con gran inteligencia”.

Vestido con pantalón de mezclilla y tenis azules, el oriundo y amante del Centro Histórico comenta en exclusiva para Mundo Ejecutivo que su día comienza a las cinco de la mañana. A las siete arriba a Radio Centro, donde ya lo espera el resto de los periódicos, debido a que en su casa llegan tan sólo seis. “No los leo completos, ya no leo el aviso oportuno, ya tengo chamba”, dice riendo. Y a las ocho en punto entra a junta.

De regreso a su fortaleza, con paredes ornadas con entre 6 y 7 mil libros y la fotografía “Muerte de un miliciano”, de Robert Capa, Zabludovsky sigue hablando con el mismo entusiasmo del lugar que lo vio crecer y que él ayudó a restaurar.

“El Centro huele a orines”

Eso le dijo en una entrevista María Félix, “lo cual era cierto, sobre todo atrás de la Catedral, porque no se podía circular por el asco y era muy inseguro”. Entonces, al inicio del régimen del ex presidente Vicente Fox, se resolvió con el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, nombrar un Consejo Consultivo en común acuerdo.

“Todo se hizo con gran rapidez”, afirma el bisabuelo de tres niños. “Usted caminaba por la calle Madero, la más importante del Centro por su historia, y había como una telaraña de alambres en el cielo; las banquetas eran trampas, usted tenía que ir viendo dónde pisaba; los arroyos para los automóviles eran totalmente disparejos, pero ahora todo el Centro es igual”.

Cambiaron el drenaje, que tenía 100 años, el cableado se hizo subterráneo, se previeron los pasos para ciegos y discapacitados, se iluminaron las viejas casas coloniales. “Al Centro Histórico se le dio dignidad. No necesita que le pongan pistas de hielo ni nada, la gente va al Centro Histórico a verlo”, asegura el locutor del programa de radio más escuchado de la República, de acuerdo
con datos de Ibope.

En 2009 le dieron la Medalla al Mérito Ciudadano, y en su discurso propuso crear la delegación Centro, pero cinco años después considera que ahora se requiere hacer una especie de Estado, pero con características que no tienen los otros, porque éste tendría el poder federal asentado allí, “yo creo que ya es el momento de reconocerle derechos a los habitantes y a la institución que gobierna el Distrito Federal”.

Un caso particular del Centro Histórico es la restauración del barrio de la Merced, para la cual se designó al doctor Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del DF, presidente honorario de dicho proyecto.

“Los cambios que nosotros hacemos tienen como primera preocupación no alterar la vida comercial de esa zona, porque de eso viven miles de personas. Tienen un comercio poderosísimo, en el que manejan todos los días millones y millones de pesos. Como dicen allá en mi barrio: ‘en efe y por adela’, es decir, en efectivo y por adelantado”, explica riendo el consejero directivo de la Fundación UNAM.

“Las ciudades son producto del ser humano, van transformándose constantemente. No hay un momento en que tú digas: ya terminé”. Creen que la última etapa la terminarán en 30 años, “cuando lo publicamos por primera vez se rieron de nosotros, pero no estamos tratando de ganar votos, sino de decir la verdad”, aclara. Por ello, van con toda cautela para no perjudicar a ningún comerciante de la Merced, y al corto plazo atenderán ciertas carencias inmediatas, como el de una habitación digna.

Hijo honorario de Buenos Aires

En su cumpleaños número 86 recibió un regalo muy especial: La Orden del Porteño, reconocimiento que otorga la Asociación Gardeliana Argentina, honrando a las personalidades que hayan destacado por su divulgación, preservación y apoyo de la cultura argentina.

“Así que cuando Buenos Aires te nombra Porteño Honorario es una ceremonia muy solemne, con la presencia del embajador de México. Hay una gran afición a las carreras de caballos. En el hipódromo más importante, el de Palermo, le pusieron el handicap Jacobo Zabludovsky a la carrera principal”, comenta el locutor que antes de finalizar su programa de una a tres siempre pone una canción de Carlos Gardel.

Jacobo Zabludovsky asevera que cuando uno vive en vecindades los contagios son muy fáciles, y así es como llegó al tango, ya que si es un patio central y las entradas de la vivienda están alrededor de él, alguien compra un fonógrafo de cuerda, pone tangos y los oye toda la vecindad. Además, en algunas vecindades cercanas vivían toreros que los domingos se vestían de luces, “pasaban y uno los veía como príncipes, así se iba creando la afición a la tauromaquia”.

El dueño de una de las colecciones más completas de Carlos Gardel también es muy aficionado a la zarzuela, la copla española y el teatro clásico. Comenta que en 1943 entra a la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM, en San Ildefonso, a los 15 años de edad, “los estudiantes universitarios podíamos entrar gratis a los teatros cierto día de la semana presentando nuestra credencial. Yo aproveché esa gorra para ver todo lo que pude en los teatros de México, esas son las influencias que tengo de mi juventud”.

La esencia del periodismo no cambiará

El inicio del licenciado en Derecho en el periodismo se da cuando un muchacho de la vecindad donde vivía trabajaba en el periódico El Nacional: Luis Felipe Ureña Uribe, era corrector de pruebas.

Lo acompañaba al periódico los fines de semana que no iba a la escuela y lo ayudaba a corregir galeras, olía la tinta de las rotativas para corregir las pruebas y leía a los mejores escritores de El Nacional. En ese momento lo sedujo también el periodismo impreso, cuando su ideal era ser locutor de radio.

Considera que ahora tenemos una libertad de expresión excepcional gracias a un avance en la democracia, al salir de 70 años de gobierno de un solo partido político, donde todos los periodistas actuaban al margen de sus posibilidades, además de que las leyes se adecuaron al avance democrático y los inventos, como Twitter, abrieron puertas.

Desafortunadamente, nuestro país es uno de los que tiene más periodistas asesinados, debido a la ola de inseguridad que ha generado el narcotráfico.

Por ello, en su programa de radio, a los estados más inseguros los denomina frentes de guerra. “Es un motivo de gran preocupación, porque vivimos en el ámbito de una guerra constante contra los narcotraficantes, y gran parte de los asesinatos a periodistas se debe a que los denuncian. Pero creo que las nuevas disposiciones, como el nombramiento de una gendarmería, pueden empezar a dar resultados benéficos, evitando que tantos periodistas y, en general, tanta gente inocente mueran en esta lucha”.

Entre sus entrevistados destacan Salvador Dalí y Ernesto Che Guevara, “lo que recuerdo es que al salir de cada una de las entrevistas tenía yo una idea distinta de lo que pensaba de ellos y de las circunstancias que los rodeaban. Dice Ortega y Gasset que el hombre es él y sus circunstancias. Es exacto en estos dos”.

Al salir de su entrevista con el Che Guevara, Zabludovsky asegura que era consciente de que, en medio de todo el jolgorio del triunfo, el Che era el único que sabía políticamente a dónde iba la revolución; pero al salir con Salvador Dalí tenía la convicción de que había entrevistado a uno de los transformadores de la pintura en el siglo XX.

Su mayor influencia en el periodismo fue el mexicano José Pagés Llergo, periodista que logró entrevistar a Adolf Hitler. Además de contribuir a su carrera periodística, fue su gran amigo. Lo que más recuerda es “su calidad humana. Fuimos amigos fraternales hasta el día de su muerte, ese día lo íbamos a llevar al notario para que hiciera su testamento, y cuando llegamos, se acababa de morir. Durante muchos años lo extrañé, no tenía a quién recurrir para pedir un consejo”, dice con un dejo de nostalgia.

Mientras en el mundo de la beatlemanía corre el rumor de que él entrevistó al manager de The Beatles, Brian Epstein, Jacobo lo desmiente y aclara que nunca lo conoció, pero que a uno de los personajes que lamenta no haber podido entrevistar es Pablo Picasso.

Encabezar el programa más escuchado de la radio mexicana para él es un estímulo. “Cuando haces un artículo o un programa de radio lo haces primero para tu propia satisfacción, pero si ese artículo es leído o ese programa es escuchado, es la mejor retribución que puedes recibir por tu trabajo”, dice sonriente.

Comenta que cuando los refugiados españoles vinieron a periódicos mexicanos, escribían con pluma fuente, y algunos consideraban que tomar notas con lápiz era denigrante. Sin embargo, llegaron la máquina de escribir, las computadoras, todos los instrumentos actuales, “a los nuevos periodistas les digo que a pesar de las nuevas herramientas, la esencia periodística que es qué pasó, no cambiará nunca. Pero yo no estoy para dar consejos, todos los días aprende uno”, comenta.

El periodista de ascendencia polaca cree que encontrarán los restos de Cervantes, y de ser así, sería la segunda parte de un posible libro que hará con lo que ya tiene recopilado sobre el tema.

La importancia de encontrar los restos radica en que “se convertiría en un lugar no sólo de peregrinación física, sino de peregrinación cultural, y su obra se divulgaría con mayor importancia”, concluye Jacobo esperanzado.

4 aspectos poco conocidos de Jacobo

  1. El día que no logró entrevistar a Picasso se dirigió a una cafetería con su esposa y ahí se encontraron a Rafael Alberti, poeta español, con su esposa, María Teresa León, quienes tampoco pudieron entrar a verlo a pesar de que eran amigos del pintor. “Rafael Alberti, al igual que García Lorca, no sólo era poeta, sino un magnífico dibujante”, y le obsequió un libro dedicado y dibujado por él.
  2. Su escritor favorito es Miguel de Cervantes, y le hubiese gustado entrevistarlo. Le dedicó siete Bucarelis, su columna semanal en El Universal, ya que actualmente se lleva una investigación para encontrar sus restos.
  3. Los libros que se encuentran en su despacho están acomodados por temáticas, los que están justo a espaldas de su escritorio son los de mayor consulta, como el Diccionario Panhispánico de la Real Academia Española y el de Dudas y Dificultades de la Lengua Española de Manuel Seco. Entre los libros que podemos encontrar en su biblioteca está el Padre Nuestro escrito en diferentes idiomas, que le obsequió Salvador Dalí, e incluso se lo dedicó dibujando una televisión en la página impar, mientras que en la par está un Quijote y arriba de él una corona de espinas ensangrentada.
  4. Entre sus lugares favoritos del Centro Histórico se encuentra La Lagunilla, “porque los domingos se ponían tenderetes de libros usados y mi papá nos llevaba a comprarlos”, platica con una gran sonrisa en su rostro. Asimismo, recuerda un puesto que estaba en la calle Corregidora casi esquina con Correo Mayor que se llamaba La gran torta, “costaba 20 centavos y te daban de lo que quisieras, que de chorizo o de jamón, con su apachurradita”.

 

 

 

Fuente:mundoejecutivo.com.mx