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El magnate Carlos Slim y la española Esther Koplowitz ya han hecho oficial el acuerdo por el que el empresario mexicano se convertirá en el primer accionista de FCC tras más de medio siglo bajo control de la familia Koplowitz.

Koplowitz es un personaje que genera más tinta en la revista Forbes que en Hola.

Según Forbes con su fortuna ocupa el lugar mil 342 entre los millonarios globales, y en España está entre las 20 personas con el mayor capital personal. Tiene poco más de 53% de la empresa que fundara su padre, Ernesto Koplowitz, un polaco que radicó en Madrid durante la Segunda Guerra Mundial.

Esther le compró a su hermana Alicia (eran las únicas herederas) su participación en la empresa y siempre fue quien tomó todas las decisiones de negocios, incluida la de nombrar a su hija —Esther Alcocer— presidenta de la constructora el año pasado. Ella quedó como vicepresidenta, aunque siempre tomando todas las decisiones.

Esther protagonizó un sonado y millonario divorcio en los 90 con el financiero Alberto Alcocer, rehizo su vida en 2003, y volvió a divorciarse. Desde ese momento se enfocó en sus hijos, nietos y, por supuesto, los negocios.

La crisis inmobiliaria de 2008 fue más fuerte que la creatividad empresaria de Esther, quien capoteó una deuda empresarial y personal por encima de los mil 500 millones de euros. Desde hace más de un año ha estado buscando socios por todo el mundo. En 2013 le vendió a Bill Gates 6% de las acciones de la empresa y hace unas semanas desestimó una oferta de George Soros.

Isidro Fainé, presidente de Caixabank, fue quien le presentó a Carlos Slim (que es socio de este banco en México y EU).

Ella comparte con Slim no solo el apetito por los negocios, sino por el arte. Su colección es una de las más frondosas de España con obras de Goya, El Bosco y Camille Pissarro.

También comparte el perfil bajo y el circulo familiar cercano y cerrado. Como su nuevo socio mexicano, ella es el centro alrededor del cual gira toda la familia, huye de los reflectores, y su vida es simple.

Información; El país y Milenio