img486991

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

Todos los bandos políticos buscan ganar popularidad con vistas a las elecciones del 17 de marzo, y la 12a  temporada del programa mantiene a los candidatos en la incómoda incertidumbre de si serán el próximo blanco de bromas.

Para muchos israelíes, la campaña electoral del país sólo empezó realmente con el regreso de “Eretz Nehederet”, un mordaz programa de sátira similar al “Saturday Night Live” estadounidense. El programa ofrece un punto de referencia cultural para un entorno político conocido por su encendida retórica, con más dosis de humor conforme se acercan los comicios.

Todos los bandos políticos buscan ganar popularidad con vistas a las elecciones del 17 de marzo, y la 12a  temporada del programa mantiene a los candidatos en la incómoda incertidumbre de si serán el próximo blanco de bromas.

“Para un programa como éste, la guerra y las elecciones son el combustible definitivo. Lo que no es bueno para el país es bueno para Eretz Nehederet”, dijo Roy Bar-Natan, un cómico que interpreta en el programa al principal líder de la oposición, Isaac Herzog, haciendo especial hincapié en la voz nasal de Herzog.

Pero es el primer ministro, Benjamín Netanyahu, quien ejerce de objetivo principal del programa. El productor ejecutivo Muli Sergev rechaza las acusaciones de que el programa sea abiertamente hostil al blque nacionalista de derecha que dirige Netanyahu. Sergev insiste en que simplemente, el trabajo de la sátira es burlarles de los poderosos, y ahora no hay nadie más poderoso que “Bibi”, como se conoce al líder del partido Likud.

“No dejamos que nadie se escape y definitivamente no actuamos en interés del interés político de nadie”, dijo Segev. “Naturalmente nos centramos más en quien está en el poder”.

Esta temporada del programa comenzó con una escena ambientada en “La Guerra de las Galaxias”, en la que Netanyahy aparecía como el malvado emperador, el ministro de Exteriores Avigdor Lieberman hacía de Darth Vader, y Herzog hacía el papel de Luke Skywalker. El sable láser de Herzog se doblaba cuando le robaba el protagonismo su más dinámico aliado Tzipi Livni, caracterizado como la princesa Leia.

Ese primer programa de la temporada tuvo 1,1 millones de espectadores en un país de 8 millones de habitantes. La élite política de Israel reconoce de dicho y hecho la influencia y la audiencia que tiene el programa.

Netanyahu ha intentado incluso aprovechar las bromas apareciendo en anuncios electorales de Likud en los que se burla prácticamente de todos sus rivales, desde Herzog hasta los líderes rivales de su gobierno de coalición.

Tanto Netanyahu como el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, han rendido homenaje al éxito de “Eretz Nehederet”, que significa “País maravilloso” en hebreo.

Cuando Obama se dirigió a varios jóvenes israelíes durante una visita en 2013, rechazó los rumores de tensión entre él y Netanyahu como “una trama para crear material para Eretz Nehederet”.

“Sólo queríamos asegurarnos de que los guionistas tenían buen material”, dijo entre risas.

Netanyahu adoptó una estrategia más directa ese año, y acudió al programa para un cara a cara con el actor que le interpreta, Mariano Idelman, vestido con traje y chaqueta a juego. Idelman suele representar al primer ministro como un hábil hedonista, fumador de puros y al que le gustan las tácticas de intimidación y la guerra.

Algunos comparan la influencia del programa con la de “The Daily Show With Jon Stewart” en Estados Unidos, descrito a menudo como la principal fuente de información sobre actualidad para sus espectadores. Pero mientras Stewart defiende posiciones de izquierdas, los analistas de medios señalan que “Eretz Nehederet” refuerza una sensación de animosidad contra políticos de todos los bandos.

La sátira fomenta la sensación de “alienación y cinismo hacia los políticos”, señaló el profesor de comunicaciones Meital Balmas-Cohen, de la Universidad Hebrea, que en 2012 hizo una investigación sobre el impacto del programa.

Sus guionistas no parecen respetar ningún tabú. La temporada actual ya ha comentado la religión judía en el ejército y el racismo hacia la minoría árabe del país. Temporadas anteriores han abordado el Holocausto, las agresiones sexuales y los atentados terroristas.

Incluso antes de que el ex presidente Moshe Katsav fuera condenado por violación y el predecesor de Netanyahu, Ehud Olmert, fue condenado por corrupción y recibiera una sentencia de prisión aún pendiente, el programa ya había ridiculizado sus delitos.

En el último episodio, un anuncio falso trataba de reclutar gente para la Escuela de Gobierno y Corrupción. Sus antiguos alumnos, como Olmert, aparecían orgullosamente en un muro de la fama, mientras que la cafetería ofrecía facturas infladas para malversar el dinero para gastos.

Eyal Kitzis, que interpreta a un serio presentador de noticias, señaló que Israel es en muchos aspectos el sueño de un cómico, pero que lo extraño o lo brutal de la realidad en ocasiones hace difíciles las burlas. “A veces, la realidad aquí va más allá de toda sátira”, señaló.

 

Fuente:Associated Press

 

#EleccionesIsrael2015