Obama-Maduro

GABRIEL PEREYRA

¿Qué es lo que tanto le preocupa de Venezuela al presidente de Estados Unidos, Barack Obama? ¿Que el gobierno de Nicolás Maduro caiga? ¿Que se genere una crisis institucional en un país donde eso es cosa de todos los días desde hace años? Como suele ocurrir en la diplomacia, lo no dicho en ocasiones es más importante que lo dicho.

Para más de un analista, Obama exageró cuando hace unos días afirmó que la situación venezolana puede significar una amenaza a la seguridad de la mayor potencia militar que haya conocido la humanidad. Pero si se abre la mirada sobre los principales problemas de seguridad que EEUU tiene sobre la mesa y se cierra el foco sobre algunas cosas que están pasando desde hace años en Venezuela, quizás el abanico de conclusiones sobre las preocupaciones de Obama aumenten.

A comienzos de marzo, invitado por los republicanos y no por la Casa Blanca, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu hizo oír su voz en Washington contra las conversaciones que Estados Unidos mantiene con Irán en torno al programa nuclear del régimen persa. Desde el entorno de Obama las reacciones de alerta del líder judío fueron negativas. Obama no quiere nada que entorpezca los contactos con los iraníes por el tema nuclear.

A estar por los informes de inteligencia que tomaron estado público o estudios realizados por centros académicos estadounidenses, el principal problema de Venezuela, que trasciende al régimen bolivariano y que podría accionarse como una granada de fragmentación en la región son sus vínculos con organizaciones terroristas, en particular con Hezbollah.

Fundado en Líbano en 1982, el llamado Partido de Dios es en realidad una creación de Irán. En momentos en que da tantas señales de estar cuidando las conversaciones con los ayatolás por el tema nuclear, ¿Obama iba a ser explícito en afirmar que el problema de Venezuela es precisamente que está funcionando como la puerta de entrada del terrorismo islámico a América del Sur? Será por interés o un juego a dos bandas, pero los servicios secretos de Estados Unidos, la CIA, y su similar israelí, el Mossad, aseguran que si hay un próximo gran atentado terrorista, este ocurriría en América del Sur.

Hugo y Mahmoud

Todas las acusaciones, algunas de ellas comprobadas, sobre el vínculo del régimen bolivariano con el terrorismo musulmán, cobraron mayor fuerza en estos días cuando un grupo de altos exdirigentes venezolanos desertaron y realizaron detonantes revelaciones a la revista brasilera Veja. Algunas de esas revelaciones confirman cómo la dupla Venezuela-Irán fue protagonista de algunos episodios ocurridos últimamente en el río de la Plata, concretamente en Argentina y Uruguay.

Ahmadinejad

Uno de los relatos realizados por estos ex bolivarianos se relaciona con el caso de la muerte del fiscal Alberto Nisman que indagaba el atentado a la Amia en 1994 que dejó 84 muertos en Buenos Aires. Nisman iba a acusar a la presidenta Cristina Fernández de haber tramado un acuerdo con Irán en procura de que los iraníes involucrados en la causa fueran quitados de ella. Uno de ellos es Moshen Rabbani, ex agregado diplomático de Irán en Montevideo, donde, según Nisman, se organizó parte del atentado en una casa de la calle Rivera que aún hoy está a nombre del iraní.

Los informantes de Veja relataron esta conversación entre el extinto Hugo Chávez y el expresidente iraní Mahmoud Ahmadinejad durante la visita que este hizo a Caracas en 2007:

– Ahmadinejad: Es una cuestión de vida o muerte (…) que Argentina comparta la tecnología nuclear. Sin la cooperación del país, será imposible avanzar en nuestro programa.

-Chávez: Muy rápidamente me encargaré de eso.

-Ahmadinejad: No te preocupes por los costos involucrados en esta operación. Irán apoyará con todo el dinero que se necesita para convencer a los argentinos. Necesito que desmotive a Argentina seguir insistiendo con Interpol para garantizar que las autoridades de mi país puedan circular por el mundo.

-Chávez: Yo me encargo de eso personalmente.

“Los presidentes se levantaron y fueron a almorzar. Después de eso, de nuevo a otra reunión. Esta vez sólo con la presencia de intérprete iraní”, informó Veja.

El intérprete iraní era Ahmad Sanat Gol, un diplomático persa que posteriormente vino a Uruguay y generó un incidente luego de que fue visto en las inmediaciones de la embajada de Israel la noche que dejaron allí una valija (que se presumía peligrosa pero que solo estaba llena de papeles).El episodio, como otro similar pero con un artefacto explosivo también cerca de la sede diplomática israelí, fue interpretado por algunas autoridades como una forma de medir la capacidad de reacción de las fuerzas de seguridad uruguayas. Sanat Gol fue sacado de Montevideo tras el episodio. Pero no fue ese el único incidente diplomático con funcionarios iraníes. En 2011 el embajador iraní en Montevideo Hojatollah Soltani puso en tela de juicio la existencia del holocausto judío, por lo cual fue cuestionado por el gobierno uruguayo e invitado a irse del país. Miembro de la línea dura que lideraba Amadinejad, el destino de Soltani fue Caracas.

La valija de Guido

En ese mismo año y en un hecho que los informantes venezolanos de Veja vinculan con esa conversación entre Chávez y Amadinejad acerca de Argentina, el empresario venezolano Guido Antonini Wilson fue detenido al llegar a Buenos Aires con US$ 800 mil en una valija. El dinero, dijeron los venezolanos, provenía de Irán, tenía como destino la campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner, y el gobierno de Chávez habría sido intermediario.

Los ex chavistas aseguran que en ese mismo vuelo fue utilizado entre 2007 y 2010 para transportar cocaína. ¿Cuál es la relación del narcotráfico con el terrorismo islámico? Desde hace tiempo que los servicios secretos en Medio Oriente estiman que el financiamiento de Hezbollah ya no depende tanto de Irán como del tráfico del polvo blanco.

La droga muchas veces llega a Siria donde el gobierno de Chávez estableció fuertes vínculos gracias a su exministro del Interior, Tarek El Aissami, actual gobernador de Aragua y de origen sirio.

La periodista venezolana Patricia Poleo ha informado que Aissami junto con otros funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro “están encargados de reclutar árabes venezolanos afiliados al Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, el Partido Socialista fundado por Chávez, para ser enviados al Sur del Líbano a recibir entrenamiento de combate en los campos del Hezbollah”, y así prepararlos para una supuesta guerra de guerrillas contra EEUU. Hasta hoy el gobierno kirchnerista carga con la sospecha de bregar en favor de los interese persas. En una de las escuchas telefónicas pedidas por Nisman se oye al libanés Jorge Khalil quejándose de que Nilda Garré hubiera sido removida del cargo de ministra de Defensa y temía que eso pudiese molestara a los iraníes. ¿Por qué? Garré fue embajadora en Venezuela, período durante el cual se le atribuye haber mantenido un affaire con Chávez, y funcionaba como polea de información entre Venezuela, Irán y Argentina.

Legión de iraníes

Un estudio del Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS), titulado “Canadá en Guardia, evaluando la amenaza a la seguridad migratoria de Irán, Venezuela y Cuba”, asigna a Aissami un papel importante en el hecho de que al menos 173 individuos de Oriente Medio fueran detectados portando documentos de identidad venezolanos, mientras que la mayoría de iraníes que han tratado de ingresar ilegalmente a Canadá pasaron primero por Caracas.

En Uruguay, y hasta el año 2010, unos diez iraníes con pasaportes venezolanos falsos pasaban por el país con diferentes destinos, según informaron a El Observador fuentes de los servicios de Inteligencia. En una ocasión en que una amplia delegación uruguaya visitó Caracas, un funcionario uruguayo les preguntó a jerarcas de la seguridad bolivariana a qué se debía el incesante flujo de ciudadanos de Medio Oriente con pasaportes falsificados, a lo que respondieron que era una organización delictiva que había sido desarticulada. Cuando, basándose en los acuerdos de cooperación regionales, se le pidió información acerca de esa organización, los venezolanos dijeron que luego la enviarían a Montevideo, algo que nunca ocurrió. Algunos informes de inteligencia atribuyen a los servicios secretos cubanos la realización de pasaportes falsificados muy difíciles de ser detectados.

Incluso este tema, que es un secreto a gritos en los corrillos diplomáticos, ha tratado de ser evadido por el gobierno de Obama en estos días de negociaciones con los persas. La semana pasada el congreso estadounidense analizó las sanciones que el gobierno de Obama aplicó a funcionarios venezolanos acusados de violar los derechos humanos, a los que se les revocará la visa y, eventualmente, se les congelarán los activos y cuentas bancarias que pudieran tener en Estados Unidos.

En una de esas sesiones del congreso, el senador republicano Marco Rubio preguntó sobre la entrega de pasaportes venezolanos a islamistas, a lo que Alex Lee, subsecretario Adjunto para América del Sur y Cuba de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado respondió: “No comment”.

Fuente: cciu.org.uy