AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

“Nuestros valores judeo–cristianos son mejores que las reglas totalitarias del Islam”.

Queridos amigos de Tennessee. Estoy muy contento de estar hoy entre vosotros. Estoy contento y orgulloso de estar en esta impresionante iglesia.

Amigos míos, estoy aquí para hablar de la verdad y de la libertad.

¿Sabéis por qué América está en mejor estado que Europa? Porque disfrutáis de más libertad que los europeos.

¿Y sabéis por qué los americanos disfrutáis de más libertad que los europeos? Porque todavía se os permite decir la verdad.

En Europa y Canadá la gente es llevada a juicio por decir la verdad sobre el Islam.

Yo también he sido llevado a juicio. Soy miembro electo de la cámara de representantes en los Países Bajos. Estoy siendo actualmente procesado como un criminal cualquiera por decir que el Islam es una peligrosa ideología totalitaria antes que una religión.

El caso sigue pendiente, pero me arriesgo a una pena de 16 meses de prisión.

La semana pasada, mi amigo Lars Hedegaard, un periodista de Dinamarca, fue denunciado porque, en una conversación privada que fue grabada sin su permiso, criticó el modo en que las mujeres eran tratadas en las sociedades islámicas.

Recientemente, otra amiga, Elisabeth Sabaditsch­Wolff, una activista pro derechos humanos de Austria, fue denunciada porque había criticado al fundador del Islam, Mahoma. Dijo que Mahoma era un pedófilo porque se había casado con una niña de 6 años y la había violado cuando tenía 9.

Desafortunadamente, hay muchos casos similares.

Me siento especialmente contento de estar entre vosotros porque aquí puedo decir lo que quiero decir sin temer ser llevado a juicio tras abandonar esta iglesia.

Mis queridos amigos americanos, no podéis imaginar cuánto envidiamos vuestra Primera Enmienda. El día en que América siga los pasos de Europa y Canadá e introduzca los así denominados “crímenes por discurso del odio”, usados únicamente para castigar a los que critican el Islam, ese día América habrá perdido su libertad.

Amigos míos, esperemos que esto nunca ocurra.

La semana pasada, celebramos el Día de la Liberación en los Países Bajos. Celebramos la liberación de la ocupación Nazi en 1945. Muchos soldados americanos, incluyendo muchos jóvenes de Tennessee, jugaron un decisivo papel en la liberación de los Países Bajos de la tiranía nazi. Estamos inmensamente agradecidos por ello. Jóvenes americanos dieron sus vidas para que los holandeses pudieran ser libres. Os lo aseguro: los holandeses nunca olvidaremos esto.

Desafortunadamente, sin embargo, la Europa por la que vuestros padres y abuelos lucharon y murieron no es la Europa en la que vivimos hoy.

Viajo por el mundo para explicar a la gente en qué se ha convertido Europa. Desearía poder llevaros a todos de visita a mi país para mostraros en qué se ha convertido Europa. Ha cambiado hasta tal punto que está irreconocible, como resultado de la inmigración masiva. Y no sólo una inmigración masiva cualquiera, sino una inmigración masiva conducida por la peligrosa fuerza del Islam.

Amigos míos, lo siento. Vengo aquí, hoy, con un mensaje desagradable. Vengo aquí con un aviso. Vengo aquí con un grito de guerra: “Despertad, cristianos de Tennessee. El Islam está a la puertas”. No cometáis el error que cometió Europa. No permitáis que el Islam afiance aquí su posición.

El Islam es peligroso. El Islam quiere establecer un Estado en la tierra dominado por la ley islámica de la Sharia. El Islam busca la sumisión, ya sea por persuasión, intimidación o violencia, de todos los no musulmanes, incluidos los cristianos.

Los resultados pueden verse en Europa.

El Islam es una ideología de conquista. Utiliza dos métodos para conseguir su objetivo: el primer método es la espada. ¿Sabéis qué aparece en la bandera del Reino de Arabia Saudí, un país en donde las iglesias cristianas están prohibidas y a los cristianos ni siquiera se les permite llevar un pequeño crucifijo? Hay una gran espada en esa bandera, bajo el credo islámico. El mensaje está claro. Sin la espada el Islam no podría haber extendido su credo.

El segundo método es la inmigración. El fundador del Islam, Mahoma en persona, enseñó a sus seguidores cómo conquistar a través de la inmigración cuando fueron de la Meca a Medina. Este fenómeno de conquista a través de la inmigración se llama al­Hijra. Mi erudito amigo Sam Solomon ha escrito un libro perfecto sobre ello.

Hice enviar una copia del libro de Sam a todos los miembros del Parlamento Holandés. Pero muchos de ellos son peores que Santo Tomás en la Biblia. Tomás no creía en lo que no veía. La mayor parte de los políticos se niega a creer las cosas que están ante sus propios ojos.

En Europa ya hemos experimentado al–Hijra por más de 30 años. Muchas de nuestras ciudades han cambiado hasta ser irreconocibles. “En cada una de nuestras ciudades”, escribió la conocida autora italiana Oriana Fallaci poco antes de su muerte en 2006, “hay una segunda ciudad, un estado dentro de un estado, un gobierno dentro de un gobierno. Una ciudad musulmana, una ciudad gobernada por el Corán”. Fin de la cita.

¿Cómo acabaron los europeos en esta situación? Es en parte culpa nuestra por haber adoptado el concepto de relativismo cultural, que se manifiesta en la ideología del multiculturalismo.

El relativismo cultural propugna que todas las culturas son iguales. Sin embargo, las culturas se extinguen y mueren si la gente deja de creer en que sus valores son mejores que los de otra cultura.

El Islam se extiende como un fuego violento allí donde la gente carece de agallas suficientes para decir que sus valores son mejores que los valores islámicos.

El Islam se extiende como un fuego violento porque el Corán llama explícitamente a los musulmanes “la mejor gente que nunca se ha alzado entre los seres humanos” y a los no musulmanes “las peores criaturas”.

El Islam se extiende como un fuego violento en dondequiera que, en Occidente, las élites políticas, académicas, culturales y mediáticas carecen de las agallas suficientes como para proclamar orgullosos, como yo creo que debemos todos nosotros proclamar:

Nuestra cultura judeo–cristiana occidental es mucho mejor y muy superior a la cultura islámica. ¡Debemos estar orgullosos de decir esto!

El multiculturalismo es un desastre. Prácticamente todo el mundo reconoce esto hoy, pero pocos se atreven a decir por qué. Dejadme que os diga por qué: el multiculturalismo nos hace tolerar al intolerante y ahora la intolerancia está aniquilando la tolerancia.

Debemos, en nombre de la tolerancia, reclamar el derecho a no tolerar al intolerante. Dejemos de temer y de ser políticamente correctos, seamos bravos y fuertes. Digamos la verdad sobre el Islam.

Antes de que continúe quiero dejar claro que no tengo ningún problema con la gente. Siempre hago una distinción entre la gente y la ideología, entre musulmanes e Islam.

Ciertamente, no tengo problema alguno con los musulmanes, pero sí tengo un problema con la ideología islámica totalitaria del odio y de la violencia. El hecho de que haya muchos supuestos musulmanes moderados, no implica que exista un Islam moderado. Un Islam moderado no existe ni existirá nunca.

Y dado que no hay nada parecido a un Islam moderado, la islamización de nuestras sociedades occidentales libres es un peligro enorme.

Hace sólo dos semanas, la prensa británica reveló como el denominado “Talibán londinense” está amenazando con matar a mujeres que no lleven el velo en el municipio londinense de Tower Hamlets.

En algunos vecindarios las regulaciones islámicas ya se están imponiendo, también sobre los no musulmanes. Los derechos de las mujeres están siendo pisoteados. Nos enfrentamos a pañuelos para la cabeza y burkas, poligamia, mutilación genital femenina, asesinatos por honor cuando los hombres asesinan a sus mujeres, hijas o hermanas, porque no se comportan según las normas islámicas.

La encuestas muestran que la influencia de esos musulmanes que viven de acuerdo con los agresivos requerimientos del Islam está creciendo, especialmente entre la gente joven.

Entre los musulmanes alemanes de 15 años, un 40% considera el Islam más importante que la democracia.

Entre los estudiantes musulmanes universitarios de Gran Bretaña, un 40% apoya la Sharia. Uno de cada tres de esos estudiantes considera legítimo matar en nombre del Islam.

A los cristianos se les pide que sigan el ejemplo de Jesús. A los musulmanes se les ordena que sigan el ejemplo de Mahoma. Por eso el Islam es peligroso. Mientras el cristianismo predica amor, el Islam predica odio y practica la violencia. El odio y la violencia para todo el que no sea musulmán.

Mahoma participó personalmente en la limpieza étnica de Medina, donde la mitad de la población era entonces judía. Mahoma ayudó a cortar sus cabezas. En su lecho de muerte, ordenó a sus seguidores limpiar Arabia de judíos y cristianos.

Al día de hoy, los símbolos cristianos están prohibidos en Arabia Saudí. Si llevas una cruz en Arabia Saudí, te enviarán a prisión.

Y ahora Europa está empezando a parecerse a Arabia.

Precisamente hoy una encuesta ha revelado que en Bruselas, la capital de la Unión Europea, la mitad de los jóvenes musulmanes son antisemitas. Es peligroso para los judíos caminar por las calles de Bruselas.

Si llevas una cruz o una kipá en ciertas áreas urbanas de la Europa actual, te arriesgas a ser golpeado. En la capital de mi propio país, Ámsterdam, un conductor de tranvía fue obligado a esconder su crucifijo, mientras a sus colegas musulmanes se les permite llevar velo.

En junio de 2008, las autoridades de la iglesia cristiana en la ciudad danesa de Aarhus decidieron pagar el así denominado “dinero de protección” a los así denominados “guardias de seguridad” islámicos, quienes se aseguran de que los asistentes a la iglesia no sean molestados por jóvenes islámicos.

El 31 de marzo del 2010, unos musulmanes entraron en la catedral católica de Córdoba, en España, y atacaron a los guardas con cuchillos. Afirmaron que la catedral era suya.

El mes pasado, los obispos de Suecia enviaron una carta a los sacerdotes aconsejándoles evitar convertir a los asilados de países islámicos al cristianismo, porque los conversos se arriesgaban a perder la vida.

En los Países Bajos, las autoridades ciudadanas de Ámsterdam registran matrimonios polígamos. Las autoridades en Rotterdam sólo sirven comidas halal en las cafeterías municipales.

Los cines proporcionan asientos separados para mujeres a las que no se les permite sentarse al lado de los hombres. Piscinas municipales tienen horarios separados para hombres y mujeres. Los abogados musulmanes no tienen que levantarse cuando los jueces entran en la sala.

Mientras, los judíos ya no son libres en nuestras calles. En Ámsterdam, la ciudad de Anne Frank, los judíos están siendo molestados de nuevo en las calles. Incluso los líderes políticos reconocen que la vida se ha vuelto insegura para los judíos de Holanda. ¿Sabéis que dicen? Recomiendan a los judíos que emigren. Los judíos ya se están marchando a Israel. Pero yo digo:

¡Los judíos no deben marcharse, los musulmanes violentos deben marcharse!

Lo que se necesita, amigos míos, es un espíritu de resistencia.

Repito: Lo que necesitamos es un espíritu de resistencia.

¿Por qué? Porque la resistencia al mal es nuestro deber moral. Esta resistencia comienza expresando nuestra solidaridad para con los cristianos, los judíos, en realidad, para con toda la gente alrededor del mundo que está siendo víctima del Islam. Hay millones de ellos.

Podemos ver qué nos tiene reservado el Islam observando el destino de los cristianos en el mundo islámico, como los coptos en Egipto, los maronitas en el Líbano, los asirios en Irak y los cristianos en el resto de lugares.

Casi cada día, las iglesias son incendiadas y los cristianos son asesinados en los países islámicos.

En un informe sobre la persecución de los cristianos a nivel mundial, el arzobispo Twal de Jerusalén escribió recientemente, cito: “En Oriente Medio ser cristiano significa aceptar que debes hacer un gran sacrificio. Demasiado a menudo y en demasiados lugares, los cristianos sufren varias amenazas. En ocasiones sus casas e iglesias son quemadas y la gente asesinada. ¿Cuántas atrocidades debemos sufrir antes de que alguien venga a ayudarnos?”. Fin de la cita.

Ciertamente, ¿cuántas atrocidades antes de que vengan a ayudarnos?

Ríos de lágrimas fluyen por Oriente Medio, donde sólo hay un refugio seguro para los cristianos. Vosotros sabéis dónde está. El único lugar en Oriente Medio en donde los cristianos están a salvo es Israel.

Por eso Israel merece nuestro apoyo. Israel es un refugio seguro para todos, cualquiera que sea su creencia y opinión. Israel es un rayo de luz en una región de total oscuridad. Israel está luchando nuestra lucha.

La yihad contra Israel es la yihad contra todos nosotros. Si Israel cae, nosotros también sentiremos las consecuencias. Si Jerusalén cae, Atenas, Roma, Ámsterdam y Nashville caerán. Por ello, todos somos Israel. ¡Debemos apoyar siempre a Israel!

Hoy nos enfrentamos al malestar político en los países árabes. Los árabes desean libertad. Sin embargo, la ideología y cultura del Islam está tan profundamente inculcada en estos países que la verdadera libertad es simplemente imposible mientras el Islam permanezca dominante.

Una encuesta reciente en el Egipto post–revolucionario mostró que el 85% de los egipcios están convencidos de que la influencia del Islam en la política es buena, un 82% cree que los adúlteros deben ser lapidados, un 84% quieren la pena de muerte para los apóstatas. La prensa se refiere a los eventos actuales en el mundo árabe como la primavera árabe. Yo lo llamo el invierno árabe.

Islam y libertad, Islam y democracia, no son compatibles.

La muerte de Osama bin Laden la semana pasada fue una victoria del mundo libre, pero nos enfrentaremos con el terrorismo islámico mientras el Islam exista, porque el fundador del Islam, Mahoma en persona, era un terrorista peor que bin Laden.

 Y he aquí otra verdad: el advenimiento del Islam significa el advenimiento de la ley Sharia en nuestros sistemas judiciales. En Europa hay ya testamentos Sharia, escuelas Sharia, bancos Sharia. Gran Bretaña incluso tiene cortes Sharia.

En mi propio país, en los Países Bajos, la Sharia se aplica en casos de divorcio en los juzgados, custodia de hijos, herencia y propiedad privada. Las mujeres son siempre las víctimas de esto porque la Sharia discrimina a las mujeres.

Esto es una desgracia. Éste no es el modo en que deberíamos tratar a las mujeres.

Amigos míos, os he dicho que acabamos de celebrar el Día de la Liberación para conmemorar a los jóvenes americanos y a todos los héroes que ofrecieron sus vidas para liberar los Países Bajos de la tiranía nazi. Sería un insulto hacia ellos si nosotros, europeos, renunciásemos a esa preciosa libertad a cambio de otra ideología totalitaria llamada Islam.

Ése es el objetivo por el que mi partido y yo trabajamos día a día. Y estamos teniendo éxito.

En los Países Bajos, hemos comenzado a hacer retroceder el Islam con éxito. El actual gobierno holandés es un gobierno minoritario que sólo puede sobrevivir con el apoyo de mi partido, el Partido por la Libertad.

Tenemos 24 escaños de los 150 en el parlamento y apoyamos el gobierno, a cambio de medidas que prohíban ciertos aspectos de la ley Sharia.

Hemos conseguido que los Países Bajos prohíban pronto el burka y la niqaab.

Restringiremos también la inmigración de países no occidentales a un 50% en los próximos cuatro años. No permitiremos que el Islam nos robe nuestro país. Fue la tierra de nuestros padres, es ahora nuestra tierra, nuestros valores están basados en el cristianismo, el judaísmo y el humanismo y transmitiremos esto a nuestros hijos con todas las libertades por las que generaciones anteriores lucharon.

Dejemos que aquellos que quieren robar nuestras libertades se queden en sus propios países. No los necesitamos. Si quieres llevar burka, quédate en Arabia Saudí. Si quieres cuatro esposas, quédate en Irán. Si quieres vivir en un país en donde la ideología islámica sea dominante, quédate en Paquistán. Si no quieres ser asimilado por nuestra sociedad, quédate en Somalia. Pero no vengas aquí.

Vamos también a quitar a los criminales que poseen doble nacionalidad –por ejemplo, holandesa y marroquí, y que cometen serios crímenes repetidamente– de su nacionalidad holandesa. Le enviaremos a hacer las maletas y de vuelta a su tierra.

Amigos míos, lo que el Partido por la Libertad ha conseguido muestra que puede hacerse. Podemos luchar contra la islamización de nuestras sociedades.

Queridos amigos, aquí está mi aviso. No os confundáis: el Islam también viene a América. En realidad, ya está aquí. América se enfrenta a una yihad silenciosa, el intento islámico de introducir la ley Sharia poco a poco. El pasado marzo, un juez en Tampa, Florida, sentenció que una denuncia contra una mezquita y que involucraba el control de 2,4 millones de dólares, debía proceder según la ley islámica.

Amigos míos, sed conscientes de que esto es sólo el principio. Así es como también comenzó en Europa. Si las cosas continúan así, pronto tendréis los mismos problemas a los que nosotros nos enfrentamos.

Los líderes que hablan de la inmigración sin mencionar el Islam están ciegos. Ignoran el problema más importante al que Europa y América se enfrentan. Tengo un mensaje para ellos: ¡El Islam es estúpido!

Amigos míos, afortunadamente, no todos los políticos son irresponsables. Aquí, en Tennessee, valientes políticos quieren promover una legislación que otorgue al estado el poder de declarar como grupos terroristas a organizaciones, y permitir que el apoyo material al terrorismo sea perseguido. Les aplaudo por ello.

Ellos son auténticos héroes.

Ayer y hoy, he conocido a algunos de esos valientes legisladores. Me dijeron que Tennessee en especial es un objetivo del Islam. Ayudadles a ganar su batalla. Necesitan vuestra ayuda.

Mientras Tennessee está en primera línea, iniciativas legislativas similares se están tomando también en los estados de Oklahoma, Wyoming, Carolina del Sur, Tejas, Florida, Missouri, Arizona e Indiana. Es alentador ver que tantos políticos están dispuestos a resistir al Islam.

Esto nos da esperanza y coraje. No soy pesimista. Aún podemos cambiar completamente la situación –incluso en Europa– si actuamos hoy.

Hay cinco cosas que debemos hacer.

Primero, debemos defender la libertad de expresión.

La libertad es la fuente de la creatividad y el desarrollo humanos. Gente y naciones desaparecen sin la libertad de cuestionar lo que se les presenta como verdadero.

Sin libertad de expresión nos arriesgamos a convertirnos en esclavos. Frederick Douglass, político americano negro del s. XIX, hijo de un esclavo, dijo, cito, “Suprimir la libertad de expresión es un error doble. Vila los derechos del auditor tanto como los del hablante”.

 Ya os he hablado de mi sentencia judicial. Esta farsa legal no me impedirá, sin embargo, decir la verdad. Nunca. Hablaré, incluso si me sentencian ante 500 juzgados y me amenazan con encarcelarme durante mil años.

El hecho de que seamos tratados como criminales por decir la verdad no debe disuadirnos. Estamos condenados si permanecemos en silencio o nos dejamos silenciar. No lo olvidemos, esta es nuestra obligación más importante: defender el derecho a decir la verdad.

Segundo, debemos acabar con el relativismo cultural y la corrección política. Debemos repetirlo una y otra vez, especialmente a nuestros hijos: nuestra cultura occidental, basada en el cristianismo y en el judaísmo, es superior a la cultura islámica. Nuestras leyes son superiores a la Sharia. Nuestros valores judeo–cristianos son mejores que las reglas totalitarias del Islam.

Y dado que nosotros somos superiores y mejores, debemos defenderlas. Debemos luchar por nuestra propia identidad o, si no, acabaremos perdiéndola. Necesitamos ser guerreros del bien, porque el bien es algo por lo que merece la pena luchar. Neutralidad ante la maldad es maldad.

Tercero, debemos detener la islamización de nuestros países. Más Islam significa menos libertad. Ya hay suficiente Islam en Occidente. Debemos detener la inmigración de países no occidentales, que son en su mayor parte países islámicos. Debemos expulsar a los inmigrantes criminales. Debemos prohibir la construcción de los nuevos palacios del odio llamados mezquitas.

Debemos también cerrar todas las escuelas islámicas porque educar a los hijos en el espíritu del odio es una de las peores cosas imaginables. Debemos introducir una legislación anti–Sharia en todo el mundo libre. Ya es suficiente.

Cuarto, debemos volver a estar orgullosos de nuestras naciones. Debemos apreciar y preservar la cultura e identidad de nuestro país. Preservar nuestra cultura e identidad es el mejor antídoto contra la islamización.

Y quinto, último mas no por ello menos importante, debemos elegir a sabios y valerosos líderes que sean lo suficientemente valientes como para ocuparse de los problemas a los que nos enfrentamos, incluida la amenaza del Islam.

Políticos que tengan el coraje para decir la verdad sobre el Islam.

Políticos que se atrevan a denunciar los devastadores resultados de la sociedad multicultural.

Políticos que, sin corrección política, digan: ya es suficiente.

Vosotros y yo, americanos y europeos, pertenecemos a una cultura occidental común. Compartimos ideas e ideales de nuestra herencia judeo– cristiana común. Para transmitir esta herencia a nuestros hijos y nietos, debemos permanecer juntos, mano a mano, en nuestra resistencia contra la barbarie islámica.

Esto, amigos míos, es por lo que estoy aquí. Estoy aquí para formar una alianza. Nuestra Alianza Internacional por la Libertad. Debemos mantenernos juntos por el Occidente judeo–cristiano.

No permitiremos que el Islam arrase Israel y Europa, la cuna de la civilización judeo–cristiana.

Amigos míos, permaneceremos juntos. Permaneceremos firmes. No nos someteremos. Nunca.

Ni en Israel, ni en Europa, ni en América. En ningún lugar.

Sobreviviremos. Detendremos el Islam. Defenderemos nuestras libertades. Permaneceremos libres.

Gracias. ­

Traducción de César Guarde

Fuente: agonfilosofia.es