SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Moscú dice haber evacuado a centenares de ciudadanos rusos de Yemen por un puente aéreo desde el aeropuerto de Saná, pero  inteligencia exclusiva de  DEBKAfile y fuentes militares revelan que ni un solo avión ruso ha despegado desde ningún aeropuerto de Yemen desde el 27 de marzo, cuando Arabia Saudí lanzó su ofensiva militar contra los rebeldes Houthi pro-iraníes.

Guerra total en la Península Arábiga: 150.000 soldados saudíes listos para invadir Yemen
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Arabia Saudita ha plantado cara a Rusia como aliado de Irán en Yemen.

Los Saudíes advirtieron a Rusia de que no serían responsables de la seguridad de los vuelos que aterrizan en un aeropuerto de Yemen ni de los pasajeros reunidos allí para su evacuación, mientras su fuerza aérea lanza ataques contra los rebeldes. Teniendo control de los cielos de Yemen desde las primeras etapas de su intervención, los sauditas declararon su espacio aéreo zona de exclusión aérea. 


Esta advertencia ganó sustancia cuando el 1 de abril aviones de guerra F-15 de Arabia Saudita bombardearon el consulado ruso en la segunda ciudad más grande de Yemen, Aden. Un testigo de Rusia dijo que ni una sola ventana quedó en el edificio y todos los ciudadanos rusos tendrían que salir de la ciudad.

Según fuentes de  DEBKAfile, el edificio fue de hecho completamente demolido para desmantelar el centro de recolección de inteligencia regional de Rusia, que operaba en el edificio del consulado y la inteligencia iraní alimentaba con datos sobre los movimientos militares en el barrio. 


Funcionaba según
el mismo sistema que las estaciones de espías rusos en Siria, que mantienen rutinariamente a sus colegas iraníes al tanto de las actividades militares, incluidos los movimientos del ejército israelí.

La información recopilada por la instalación de Adén sin duda era transmitida por agentes iraníes a los comandantes Houthi, después que el jefe general de las Brigadas Al Qods, Qassem Soleimani, llegara a Sanaa para dirigir la ofensiva rebelde después del lanzamiento de la ofensiva de Arabia Saudita. 

En tiempos normales, la instalación espía rusa habría sido responsable de la vigilancia sobre la navegación a través de Bab el-Mandeb y los buques de guerra que navegan entre el Mar Rojo, el Golfo de Adén y el Océano Índico.

El siguiente capítulo de la historia de evacuación de Rusia se desplegó el jueves 2 de abril, al día siguiente que el consulado fuera arrasado: Los rusos intentaron activar sus conexiones en El Cairo para obtener permiso de Arabia Saudita para aterrizar un avión en Saná, donde cientos de rusos habían concurrido a la espera de ser transferidos a un lugar seguro.
Los saudíes transmitieron su negativa a Moscú vía El Cairo.

Luego, el viernes 3 de abril, un vuelo aterrizó en el aeropuerto Chkalovsky de Moscú con rusos evacuados desde Yemen, seguido de un segundo vuelo que aterrizó en un aeropuerto militar ruso no identificado.

Fuentes de  DEBKAfile informan que ninguno de esos aviones fueron en realidad autorizados a despegar de Sanaa, sino que volaron desde El Cairo. Después de la prohibición de Arabia Saudita de vuelos en los aeropuertos yemeníes, Moscú no tuvo más remedio que rescatar a sus nacionales del país asediado por mar a bordo de barcos que los llevaron a Egipto.