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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

La Pascua Judía       

La semana pasada las familias judías de todo el mundo celebraron Pésaj, el ritual que relata la vida en esclavitud del pueblo judío en Egipto alrededor de 1450 A.C. y la salida del mismo (Éxodo) 200 años después para errar durante 40 años en el desierto conducidos por Moisés y, llegar a la Tierra Prometida por Dios a Abraham. En esencia Pésaj simboliza la libertad e identidad de los judíos. En la Biblia este episodio está contenido en el Éxodo, uno de los cinco libros que conforman el Pentateuco.

Ciertamente, en Éxodo 12:3-1º. Moisés dijo al pueblo: “recuerden este día que salieron de Egipto, de la casa de esclavos; pues con mano fuerte el Eterno los ha sacado de aquí, y por ello ninguna substancia leudada (fermentada) podrá ser ingerida, durante siete días solo comerás pan ázimo y el séptimo día será un día de festividad para el Eterno y relatarás a tu hijo ese día diciendo: fue por esto que el Eterno actuó por mí cuando salí de Egipto. Cuando tu hijo te pregunte el día de mañana diciendo ¿qué es esto? le dirás con mano fuerte, nos sacó el Eterno de Egipto”; a partir de este pasaje bíblico el pueblo judío ha considerado su obligación de narrar el relato del Éxodo.

El ritual para celebrar Pésaj incluye una comida festiva en un Seder (orden específico de servicios) la primera noche; por diferencia de horarios fuera de Israel son dos comidas. En el Seder se lee la Hagada (historia) que contiene las bendiciones y oraciones que deben recitarse y en las que se relata la servidumbre de los judíos en Egipto y el Éxodo. La comida que se sirve en Pésaj tiene un significado simbólico: la matzá (pan ázimo) rememora la prisa con la que los judíos abandonaron Egipto, de manera que la masa “no tuvo tiempo suficiente para leudar, asimismo recuerda la ofrenda pascual representada por la matzá después de la destrucción del Templo de Jerusalén (70 D.C.) que se sirve como símbolo de alegría y regocijo”. También se ponen en la mesa pascual hierbas amargas como la raíz del rábano picante, que significa la amargura que soportaron los judíos durante su esclavitud. El Jarozet, una pasta dulce color marrón-rojizo, mezcla de diversos frutos secos de textura pedrosa con nuez y manzana picada, canela y vino dulce que representa la arcilla y la amalgama elaboradas por los israelitas para edificar las construcciones en Egipto. Adicionalmente se pone un plato hondo con agua salada que evoca las lágrimas vertidas por los judíos “en su desgracia”; en el agua salada se remojan las Karpas, perejil, apio o papa cocida. Igualmente se dispone de una pierna de pollo y de huevo, que recuerdan la destrucción del Templo, simbolizando respectivamente la ofrenda pascual y la ofrenda festiva cuando el Templo existía.

Para mis hijos mayores y sus hijos fueron días de vacaciones, no celebraron esta festividad, salieron fuera de la Ciudad de México. Mi hija menor con su esposo, y mi nieta de cuatro meses celebraron Pésaj con los padres de mi yerno con ritos ortodoxos. Mi esposa y yo fuimos invitados al Seder de nuestros viejos amigos Abraham y Bila, al que asistimos cerca de 30 personas, entre sus familiares y amigos. El rito no fue largo y todos convivimos alegremente y disfrutamos de la rica comida que nos sirvió Bila. Al coincidir Semana Santa con Pésaj el trayecto de nuestra casa a la de Abraham y Bila fue breve, 30 minutos, porque el tránsito en días normales es muy pesado, más de una hora y media. Para el término de Pésaj estuvimos con mi hija Tali, su esposo y mi nietecita. Mi hija rápidamente ha adquirido habilidades para preparar la comida judía. Por lo demás, disfrutamos intensamente a nuestra nietecita que nos trae “patinando”.

Termina el Festival del Centro Histórico

El pasado domingo 12 de abril asistimos al Concierto Sinfónico – Coral de Clausura del 31 Festival del Centro Histórico, que con la Orquesta Sinfónica de Minería se realizó en el Palacio de Bellas Artes, bajo la magistral batuta del director Huésped Thomas Sanderling; se interpretaron obras de Carl Nielsen (1865-1931); Jean Sibelius (1865-1957) y Franz Liszt (1811-1866); el Coro Enharmonia Vocalis, integrado por cerca de 30 personas; fue fundado en el 2013 por iniciativa del director y tenor mexicano Fernando Menéndez, egresado del Conservatorio Nacional de Música.

Thomas Sanderling, nació hace 73 años, en San Petesburgo, entonces Leningrado, donde se había establecido su padre, el afamado director Kurt Sanderling, luego de abandonar Alemania en forma obligada durante el auge del nazismo. Sanderling estudió en el Conservatorio de Leningrado, continuó sus estudios en Berlín del Este y luego inició una extensa trayectoria; con solo 24 años se convirtió en el director titular de la Halle Opera, fue asistente de Leonard Berestein y Herbert Von Karajan; ha encabezado conciertos en Berlín, Viena y las principales ciudades europeas. Mantiene una sólida relación con la Filarmónica de San Petesburgo, funge como Director Huésped Principal de la Orquesta Filarmónica Nacional de Rusia. Sanderling hizo lucir a la Orquesta Sinfónica de Minería el domingo pasado.

La figura central del concierto del domingo fue Sholomo Mintz que provocó una ovación de locura entre el público asistente. Mintz es considerado “como uno de los violinistas más importantes de nuestro tiempo, valorado por su impecable musicalidad, su versatilidad estética y el dominio de su técnica”. Nació en Moscú en 1957, emigró a Israel y estudió violín con Ilona Feher. A la edad de 11 años dio su primer concierto en la Orquesta Filarmónica de Israel y, a los 16 años debutó en el Carnegie Hall de Nueva York con la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh, bajo la dirección de Isaac Stern. Desde entonces, colabora frecuentemente con orquestas y directores de la escena musical internacional, interactuando con músicos legendarios como Sergio Celibidache, Pablo Casals, Eugene Ormandy, Claudio Abbado, Larin Marel, MstisLav Rostropovich y Carlos Mario Giulini.

Ojalá el próximo Festival del Centro Histórico pueda traer músicos y directores de prestigio. Casualmente nos encontramos en una cafetería hace dos semanas al Presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, quien nos comentó de las dificultades financieras que enfrenta el Consejo por el recorte presupuestal del Gobierno Federal.

Sobrevivientes del Holocausto en Israel

Me causó profunda tristeza saber que del total de sobrevivientes del Holocausto en Israel, 189,000 en el presente, viven en la pobreza un tercio de ellos; la edad promedio de este grupo es de 85 años. Cien mil son sobrevivientes directos de los guetos y campos de concentración nazis, mientras que 90,000 son considerados de segundo nivel, que sobrevivieron escapando del nazismo. A pesar de que hace un año se puso en marcha un plan del gobierno de Israel para asistirlos con 250 millones de dólares al año durante un lustro, la situación de muchos de los sobrevivientes no ha tenido ninguna mejoría.

Este es un capítulo vergonzoso para Israel, que se vanagloria de muchas virtudes en el orden social, científico, político, cultural y ético; también representa un hecho que pone en duda la tradicional solidaridad que existe entre todos los judíos del mundo.

Otro hecho preocupante y lastimoso en Israel es que casi un tercio de los israelíes viven en el presente en el umbral de la pobreza; de este total, más de un millón son árabes-israelíes (de un total de 1.7 millones que son ciudadanos israelíes). Los árabes israelíes son los palestinos y sus descendientes, que se quedaron a vivir en los límites del Estado de Israel cuando se declaró la Independencia de este Estado en 1948. La pobreza en Israel y en el mundo es el germen de la inconformidad e injusticia.