LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

Timbuktu

El fin de semana pasado fuimos a una de las salas de la Cineteca a ver la película “Timbuktu”, referida al asalto de grupos militares yihadistas a la histórica ciudad de Tombuktu ubicada en Mali; la película fue nominada en los Oscares del 2014 como la mejor de lengua no inglesa, calificada “como una pequeña joya cinematográfica”. El director de la película es el ciudadano de Mali Abderrahmane Sisaki; Mali está ubicado en África del Norte, sin salida al mar; al Norte colinda con Argelia y Mauritania. Tiene una superficie de 1.240 millones de Km2 y una población de casi 17 millones; el 80.0% musulmanes. Es una de las economías más pobres del mundo con un ingreso per cápita de 600 dólares al año, comparado con 10,000 dólares de México. La mitad de la población se dedica a la agricultura y la ganadería.

En mayo de 2012 comenzó la aplicación de la Saharia, la ley del Corán, en forma estricta, cuando milicias yihadistas. (guerreros islámicos) invadieron Mali. La escenificación de la película se realiza en Timbuktu,, una de las ocho regiones en que está dividido Mali. La ciudad de Timbuktu,  con solo 36,000 habitantes es parte de la región de igual nombre y por su ubicación geográfica es punto de encuentro entre África Occidental y las poblaciones nómadas de bereberes y árabes del Norte; esta próxima al desierto de Sahara y se ve afectada frecuentemente por tormentas de arena y los desbordamientos del Río Niger, que está a 7 Km. de esta población, que la dejan completamente aislada.

Timbuktu,  también padece del terror que desde abril del 2012 le han impuesto los yihadistas del Movimiento Nacional para la Liberación de Azahuar, quienes han prohibido a los habitantes de esa ciudad escuchar música, reír, fumar, jugar futbol, entre otras múltiples restricciones absurdas. Como se indicó, la película narra la llegada de los bárbaros a Timbuktu,  que fue conquistada por las armas; “los yihadistas desprecian la tolerancia y la libertad de conciencia y de expresión”; la rebeldía de los habitantes es castigada con contundencia, es decir, con crueldad; en este ámbito, se presenta una breve escena de lapidación de dos adúlteros, “que hiela la sangre” de los espectadores. Otro pasaje conmovedor se refiere a un juego de futbol de adolescentes sin balón, para no ser castigados.

En este aterrador contexto los invasores están convencidos de que sus actos de barbarie son correctos, a la vez, en el trasfondo de la película se proyecta una extraordinaria fotografía de las bellezas naturales del desierto y la de los rostros de los habitantes de Timbuktu; se transmiten sentimientos de desesperanza, resignación y dolor que me entristecieron mucho. La mayor parte asistentes a la proyección salieron de la función aparentemente serenos, quizá porque no están sensibilizados a esa realidad que viven millones de personas en el riguroso mundo del islam fundamentalista.

Devastador Terremoto en Nepal

El 25 de abril pasado la República Federal Democrática de Nepal, situada en Asia Meridional, sufrió un devastador terremoto de 7.8 grados de magnitud, cuyo epicentro estuvo a 81 km. al noroeste de la capital de ese país, Katmandú, fue el más grave desde el acontecido en 1934. La energía liberada por este fenómeno natural fue el equivalente a 375 bombas atómicas como las lanzadas en Hiroshima, Japón, en 1945.

Los daños causados a edificaciones e infraestructura son cuantiosos; se derribaron construcciones emblemáticas en la capital, la cual tiene una historia de casi 2,000 años; el número de muertos supera 7,000 hasta ahora y se prevé que llegue a 10,000; entre los decesos se encuentran los de muchos turistas que por miles llegan a ese país cada año para ascender al Everest. En la vecina India, China y Bangladesh los daños fueron mínimos.

La destrucción y el déficit de recursos del gobierno comunista de Nepal han provocado una crisis humanitaria; Nepal es un país pequeño, 141,181 Km2 con una población de 31 millones de habitantes; tiene un bajo nivel de vida con un ingreso per cápita de solo 1,500 dólares al año. Se estima que casi 10 millones de sus habitantes tienen necesidad de ser atendidos; 2.8 millones se han desplazado internamente y 1.4 millones requieren de ayuda alimentaria inmediata. En Katmandú, con 1.8 millones de habitantes, se ha suspendido la actividad turística, base del sustento de una buena parte de su población.

En este ámbito, la periodista española Pilar Rahola, comenta que pronto el mundo se olvidará de Nepal, como lo hizo con el terremoto de Haití; “solo nos acordamos de las tragedias cuando la gente recibe el mazazo de la naturaleza; empero, se pregunta ¿y el mazazo diario, la extrema hambruna, la esclavitud infantil”; “¿qué hay de la venta de niñas nepalíes para los circos de la India y para el uso privado de jeques árabes y para los prostíbulos del Sudeste Asiático? “; Pilar Rahola añade que Nepal cada año sufre un terremoto de las mismas dimensiones del actual, de manera que miles de niñas morirán de sida a los 15 o 20 años, vendidas por sus propios padres o cambiadas por un arado. “Nepal hace mucho que llora”.

En este marco de aterradora tristeza llega la ayuda a Nepal; desde los primeros días los medios de comunicación en el mundo anuncian que EUA, la Unión Europea y otras naciones, envían a Nepal víveres, medicinas y equipos de rescate; no obstante, es casi nula la difusión de noticias sobre significativos apoyos de Israel a Nepal, quizá los más importantes; sigue el antisemitismo encubierto de los medios, quienes cotidianamente presentan a Israel discriminando y golpeando a los palestinos. Sin embargo, la “cara buena de Israel” es el envío a Nepal de una delegación de sus fuerzas armadas integrada por 260 personas: médicos y personal de rescate, principalmente, un hospital ambulante de 60 camas para atender a 200 pacientes diariamente y 95 toneladas de equipo necesario. El gobierno de Israel se ha comprometido a reconstruir totalmente un pueblo nepalí que fue destruido por el terremoto, aún no se determina cual, empero, incluirá la limpieza de escombros, la construcción de infraestructura y viviendas y asegurar a los residentes que tengan acceso al agua potable; este programa no es nuevo, Israel ya lo hizo en un gran sismo en Turquía.

Por otra parte, cuatro voluntarios del Comité de Ayuda en Desastres y Emergencias Nacionales de la Comunidad Judía de México (Cadena) llegaron a Nepal para proporcionar asistencia a víctimas del terremoto. En el 67 avo. Aniversario de la creación del Estado de Israel, el pueblo de Israel vive (Am Israel Jai) y ayuda a sus hermanos no judíos.