AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Guy Millière – Los líderes europeos están preocupados porque el Estado Islámico está a las puertas de Palmira, y pronto puede destruir ruinas greco-romanas de gran importancia histórica.

El Estado Islámico aplica el Islam a la carta

ei_destruye_ruinas_asirias_en_ciudad_bíblica_nimrud_irakEstas eventuales destrucciones vendrían a inscribirse en la línea de las destrucciones ya realizadas por el Estado Islámico en varios sitios en Siria e Irak. Serían lógicas. El Estado Islámico aplica el Islam a la carta, y quien aplique el Islam a la carta debe hacer tabla rasa de lo que existía antes del Islam.

Los líderes europeos deberían preocuparse más. El Estado islámico que se presenta como en retroceso y perdiendo terreno, acaba de tomar la ciudad de Ramadi, capital de la provincia más grande de Irak, y de infligir una derrota al ejército iraquí entrenado y apoyado por la República Islámica de Irán. Está a la ofensiva a las puertas de Bagdad y en el este de Siria, donde pretende tomar Deir Ez Zor, la séptima ciudad más grande del país.

No sólo conserva el Estado Islámico las posiciones y los terrenos que conquistó, sino que gana posiciones y terreno. A veces practica repliegues estratégicos que se interpretan como pérdidas que le han infligido, pero en realidad corresponde a una estrategia de guerra asimétrica, como la llevada a cabo por Vietnam del Norte contra Vietnam del Sur y expuesta por el general Giap, que los generales del Estado Islámico, ex de la época de Saddam Hussein, han estudiado muy bien.

Sin ofensiva terrestre, el Estado Islámico tiene todos los medios para durar, y no habrá ninguna ofensiva terrestre: una operación de comando del Ejército de EE.UU. reciente mató a cuatro líderes del Estado Islámico, Abu Sayyaf, “ministro del Petróleo”, pero fue sólo una operación puntual, destinada a mostrar a los jefes de Estado del mundo árabe sunita a los que Obama intentó reunir (sólo acudieron dos de los seis) que Estados Unidos está haciendo algo.

Los jefes de Estado del mundo árabe sunita saben que Obama no hará nada, o casi nada.

Ellos ven el surgimiento del Estado Islámico, y saben que Obama respalda esta subida. Saben que la administración Obama ha concedido prácticamente la adquisición de armas nucleares por parte de Irán y les quiere refrendar esta adquisición a cambio de promesas de protección por parte del ejército de Estados Unidos, promesas de protección en las que no creen.

Ven que Turquía apoya al Estado Islámico sin decirlo explícitamente (es a través de Turquía que el Estado Islámico vende su petróleo, mayormente, y se aprovisiona de armas y alimentos) y que Obama no dice nada. Sospechan que Qatar no se ha vuelto realmente más comedido, tal como le ha exigido Arabia Saudita, y que juega un doble juego con la complicidad de Obama.

Tratan, por tanto, de responder a la situación como mejor les sea posible.

Entendiendo que el Estado islámico, además del hecho de que está a la ofensiva en Irak y Siria, suscita adhesiones en otros lugares (en Libia donde ocupa la Cirenaica, en Nigeria con Boko Haram, en el Sahel), trabaja ahora para fortalecer una coalición reunida en torno a Jabhat al Nusra en Siria a fin de que éste encauce al Estado Islámico: dado que el grupo Jabhat al Nusra es una rama de Al Qaeda en Siria, vemos que están dispuestos a apoyar el cólera para evitar la peste. También intervienen militarmente, de forma directa (por el ejército egipcio esencialmente) en la Cirenaica.

Entendiendo que Irán, además del hecho de que prácticamente tiene armas nucleares, mantiene casi por completo el estrecho de Ormuz y, apoderándose de Yemen, también Bab el Mandeb, y por tanto mantiene casi por completo las rutas del comercio marítimo entre Asia, Oriente Medio y Europa, que de manera clara y explícita intentan dotarse de armas nucleares ellos también (Arabia Saudita, de hecho, ya tiene armas nucleares puesto que financió la adquisición de las armas nucleares de Pakistán; dará, en caso necesario, armas nucleares a Egipto), e intervienen militarmente de manera directa (por el ejército saudí esencialmente) en Yemen.

También están tratando de desestabilizar a dos aliados de Irán, el régimen de Assad que aún mantiene Damasco y las regiones costeras de Siria, y el régimen de Hezbolá que ocupa el Líbano: la coalición reunida en torno a Jabhat al Nusra ahora ataca al régimen de Assad y posiciones de Hezbolá en el valle de la Bekaa.

Los líderes europeos asisten a todo esto en posición de espectadores, pueto que no tienen ejército que pueda permitirles ser algo más que espectadores.

Muestra de apoyo al Estado Islámico desde Zaragoza, España.
Muestra de apoyo al Estado Islámico desde Zaragoza, España.

Saben que el Estado Islámico aumentando su poder forma yihadistas europeos. Saben que cientos de yihadistas están de vuelta en Europa, pero también que gran parte del tráfico de inmigrantes ilegales que llegaron a Sicilia y el sur de Italia está en manos del Estado Islámico, que puede infiltrarse entre los yihadistas ilegales, y sin duda lo hace.

Saben que Irán prácticamente tiene armas nucleares y que prácticamente casi mantiene las rutas del comercio marítimo entre Asia, Oriente Medio y Europa. Saben que la proliferación nuclear sin precedentes se está poniendo en marcha ahora a las puertas de Europa.

Apenas pueden hacer nada.

No logran descifrar la estrategia de Obama.

Parecen creer que en Iran existen “moderados” susceptibles de ejercer el poder y moderar la República Islámica.

Parecen no entender las preocupaciones y actitudes de los Jefes de Estado del mundo árabe sunita.

No entienden que en el contexto que describo aquí, los jefes de estado del mundo árabe sunita se acercan tácitamente a Israel, el único país estable en medio de la tormenta, y la principal potencia militar regional.

Parecen obsesionados con la necesidad de “arreglar” el “conflicto palestino-israelí” redoblando sus esfuerzos de presión en Israel sin reconocer que el “conflicto entre israelíes y palestinos” es la menor de las preocupaciones de los Jefes de Estado de los sunitas del mundo árabe hoy.

Se arriesgan mucho, debido a su obsesión y su incapacidad para descifrar la estrategia de Obama, a ser utilizados por éste para desestabilizar a Israel, lo que será su objetivo en cuanto haya pasado el acuerdo con Irán que espera que pase.

Se enfrentan a una situación que los supera.

Es terrible. Pero es así. Quienes viven en Europa tienen muchas razones para estar preocupados.

Reproducción autorizada con lo siguiente: © Guy Millière para Dreuz.info .

SOBRE EL AUTOR: GUY MILLIÈRE

Individuo MillièreGuy Millière (especialización: economía, geopolítica). Posee tres doctorados, es profesor en la Universidad de París VIII Historia de las culturas, la filosofía del derecho, economía y profesor de comunicaciones en Ciencias Políticas, así como profesor visitante en Estados Unidos. Colabora en numerosos centros de pensamiento en los Estados Unidos y Francia. Experto de la Unión Europea en materia de bioética, profesor para el Banco de Francia. Ex profesor visitante en la Universidad Estatal de California en Long Beach. Traductor y el adaptador en lengua francesa para el sitio DanielPipes.org. Columnista de la Agencia de Noticias Metula, Israel Magazine, Frontpage Magazine, upjf.org. Miembro del Consejo Editorial Overseas Land, de crítica geopolítica dirigido por Michel Korinman. Editor de la revista Liberalia 1989-1992 participó en el trabajo del American Enterprise Institute y la Institución Hoover. Ha dado conferencias para el Banco de Francia, participó en la publicación de libros como La constitución liberal contemporánea de la libertad por Friedrich Hayek en 1994 en la colección Liberalia y luego en la colección “En el servicio de la libertad” que ha creado las ediciones Caminos en 2007. También fue editor de la revista del mismo nombre Liberalia de 1989 a 1992. Fue Vicepresidente del Instituto de la Europa libre y presidente y miembro del Consejo Científico del Instituto Turgot. Está en la junta de la Alianza Francia-Israel dirigida por Gilles-William Goldnadel. Es autor de más de veinte libros.


Traducción: Silvia Schnessel