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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Según el diario israelí Haaretz, las pruebas querían medir los efectos de un ataque potencial con una bomba que combina explosivos convencionales y material radiactivo.

Israel llevó a cabo recientemente una serie de pruebas en el desierto de Negev con el fin de medir los efectos de un ataque potencial con una “bomba sucia” en su contra, informó hoy el diario israelí Haaretz. Las “bombas sucias” suelen combinar explosivos convencionales y material radiactivo.

Las pruebas forman parte de un proyecto llamado Sade Jarok (Prado Verde) iniciado en 2010 en el reactor nuclear de Israel en el pueblo de Dimona, en el desierto del sur del país, indicó el diario. De fondo está la preocupación de que milicianos islamistas puedan acceder a un arma nuclear primitiva como esta y atentar con ella contra Israel. Una portavoz del Ejército en Jerusalén dijo que se estaba chequeando la información.

La mayoría de las detonaciones se realizaron en el desierto, mientras que una de ellas se llevó adelante en un recinto. Unas 20 detonaciones fueron con explosivos de entre 250 gramos y 25 kilogramos y con la sustancia radiactiva 99mTc, que se usa en medicina para el diagnóstico por imágenes.

En el centro de las explosiones se midieron radiaciones de alto nivel, pero con un bajo grado de dispersión. Fuentes del reactor dijeron al diario que el daño físico no sería sustancial, pero sí el psicológico. Los investigadores destacaron que los experimentos tenían fines puramente defensivos.

También se llevó a cabo una prueba conocida como Red House, que examina un escenario en el que se podrían liberar sustancias radiactivas en un espacio lleno de gente sin mediar una explosión.

 

 

Fuente:milenio.com