León_Opalín_IMG_3486

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

La posibilidad de que Irán se ampare en el acuerdo marco que negocia con el G5+1 (EUA, Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania) que regularía su programa nuclear, para esconder su verdadero propósito de desarrollar armas nucleares y el creciente avance del Estado Islámico (EI) en Irak, Siria y en sus filiales en el Medio Oriente, Europa y otras regiones, se han convertido en una verdadera amenaza para la estabilidad mundial.

La sunnita Arabia Saudita e Israel son los blancos principales del Irán chií nuclear en el corto plazo, por lo que no se descarta que eventualmente ataquen a Irán, EUA podría unírseles si fracasa en su afán de que Irán desarrolle su programa nuclear sólo con fines pacíficos.

En este sentido, las potencias mundiales involucradas en las negociaciones nucleares de Irán han establecido en el Acuerdo con este último un mecanismo de “recuperación rápida” (Snap Back) de sanciones en el caso de que Irán viole el Acuerdo definitivo que supuestamente se acordaría el 30 de junio próximo; lo que da pie a pensar de que las potencias no confían plenamente en Irán.

En este contexto, no obstante que el presidente de EUA, Barak Obama ha rechazado las críticas de Benjamín Netanyahu (BN), Primer Ministro de Israel, en relación a que el acuerdo en su forma actual es insuficiente y puede permitir a Irán producir armas nucleares, considera que su firma es la mejor opción para impedir que esa nación adquiera las armas nucleares. En la realidad, los hechos desmienten a Obama; el propio Departamento de Defensa de EUA, señaló al inicio de junio que Irán seguía desarrollando tecnologías para elaborar armas nucleares, que se realizan “actividades encubiertas sin cesar de Irán en materia nuclear”. Destaca que el 14 de junio pasado se descubrió un ciberataque masivo de Irán contra 540 objetivos en el mundo, entre ellos a 40 israelíes. Adicionalmente, Irán sigue fustigando a EUA con el concepto que han fraguado los ayatolás, de que EUA es el Gran Satán, un discurso de odio de Irán hacia EUA e Israel que ostenta la ideología estadounidense.

Por otra parte, John Brenan, Director de la Agencia Central de Inteligencia de EUA (CIA), llegó a Israel en visita secreta al inicio de junio y sostuvo conversaciones con el Jefe del Mossad, Tamir Pardo, y con otros directores de organismos de inteligencia de ese país, en torno a las actividades de Irán en la región; en este ámbito, BN ha advertido sobre la amplia participación de Irán en Irak, Siria y Yemen, así como del suministro creciente de armas a los yihadistas de Hezbolá. Asimismo, destaca que a pesar de las negociaciones del G5+1 con Irán, el comandante de la Milicia Basij de la Guardia Revolucionaria de Irán, Mohammad Reza Nadqi, consigna que “borrar a Israel del Mapa es innegociable”; al mismo tiempo, amenazó a Arabia Saudita, señalando que la ofensiva que esta última conduce en Yemen para terminar con la rebelión de los Huthies, “tendrá el destino de Sadam Hussein”. Reza Nadqi reconoció que gran parte del arsenal de Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, la capacitación técnica y conocimientos de sus milicias en el conflicto que sostuvo con Israel el verano pasado, fueron suministrados por Irán.

Arabia Saudita no ha permanecido con los brazos cruzados ante Irán; su Viceministro expresó que la bomba nuclear de Pakistán “no solo pertenece a Pakistán sino a todo el mundo islámico”, insinuación directa para que el gobierno de este último le suministre armas atómicas. Aparentemente Arabia Saudita financió el 60.0% del programa nuclear de Pakistán, a condición de que pudiera comprar en cualquier momento sus ojivas. Ambos países forjaron una alianza desde tiempos de la guerrilla antisoviética en Afganistán, a finales de los setentas, donde surgió el saudí Osama Ben Laden, fundador del grupo terrorista Al Qaeda.

Finalmente, fuentes periodísticas han comentado que grupos islámicos extremistas operan en la frontera México-EUA para llevar a cabo ataques terroristas en este último país; se ha mencionado que existen células del EI en México aliadas a organizaciones del crimen organizado y que “podrían a través de éstas introducir armas atómicas a EUA compradas a oficiales corruptos de las Fuerzas Armadas de Pakistán”. Autoridades mexicanas han negado que terroristas islámicos estén operando en México; sin embargo, la Subsecretaria de Estado para el Control de Armas y Seguridad Internacional de EUA, Rose E. Gotte Moeller, reconoció que “la administración del presidente Obama está preocupada por el riesgo de que extremistas islámicos puedan introducir armamentos a su territorio, incluso nucleares, a través de la Frontera. Existe analogía en la manera de actuar de los carteles criminales y el EI.