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ALFONSO M. BECKER

 

Escribir que la guerra está en declive, o peor aún, que está pasada de moda y que es evidente el triunfo de la diplomacia en la era de Obama, no es otra cosa que un insulto a la inteligencia cuando los últimos 30 años en Oriente Medio, Cáucaso y gran parte de África, son un claro ejemplo de la extrema belicosidad musulmana de estas últimas tres décadas y de su ideario asesino persa exquisitamente pensado para destruir a Israel, al imperio sionista estadounidense y por extensión a la Unión Europea a la que odian con todas sus fuerzas.

Parece como si las mortíferas guerras de Siria, Irak, Yemen, Sinaí, Libia, Somalia, Malí, Nigeria no existieran y hasta parece que nos quieran ocultar que las sanguinarias organizaciones terroristas musulmanas de Hezbolá, el Hamás, la Yihad Islámica de Gaza, Boko Haram, Harakat al-Shabaab, Jabhat al-Nusra, Ansar Beit al-Maqdis y otras franquicias de Al Qaeda en el Sinaí, en toda África y Oriente Medio, no existen ya o han entregado sus armas y se han hecho buenos de pronto… parece como si hubiese un especial interés en que creamos que los únicos cortadores de cabezas del Islam son los del Daesh y que gracias al acuerdo nuclear con Teherán, todo se arreglará…

La simpleza al comparar las anteriores políticas del Despacho Oval con las del actual inquilino de la Casa Blanca, no solo rayan en el más espantoso ridículo sino que además demuestran la notable incapacidad de muchos voceros para conocer la historia, sus entresijos y las nuevas y sofisticadas formas de hacer la guerra en estos tiempos que corren… Sí señores, es la guerra, esa guerra que no acaba nunca y que se cobra miles de muertos todas las semanas. Muertos que, al parecer, ya nadie quiere contabilizar. Piensen con inteligencia, porque  lo que está pasando en Oriente Medio es el más claro ejemplo de guerra apocalíptica protagonizada por enloquecidos musulmanes que, llenos de odio y extrema maldad, han decidido “purificar” lo que llaman sus tierras, masacrando a los que ellos llaman infieles.

Sugiero a los lectores que se olviden de la solemne aparición del presidente de los EE.UU., Barack Obama, flanqueado por su vice, Joe Biden, anunciando al mundo su “histórico” acuerdo nuclear con Irán. Así mismo, les propongo que dejen a un lado toda la parafernalia desplegada por las cancillerías, de una a otra parte del planeta, sumándose a las celebraciones protocolarias de un supuesto evento, digno por la trascendencia que se le atribuye, al ser una suerte de legado o “huella” para la historia de un presidente premio Nobel de la Paz. Porque todo este montaje, no es otra cosa que un brindis al sol…

La nueva configuración del Departamento de Defensa U.S.A.  para Middle East…

Los tiempos que ha manejado Washington para el nuevo mapa de Oriente Medio se basan precisamente en la negociaciones nucleares con los persas, y durante ese transcurso de tiempo  -al menos en los últimos tres años-  ha ido remodelando su tesis inicial sobre el “Medio Oriente Ampliado” en el que Vladímir Putin colaboraría como “único” socio fiable para la pacificación del tablero… Sin embargo, al contrario de lo que creen muchos, la Casa Blanca no ha desechado a Rusia ni la ha cambiado por Irán como aliado en la zona. Los recortes presupuestarios y un análisis pormenorizado del coste real de un ataque a los persas para destruir su infraestructura nuclear, llevaron al Departamento de Defensa de los EE.UU. a seguir el camino  de unas negociaciones secretas “John Kerry-Javad Zarif” sin los demás del 5+1 para levantar las sanciones a Teherán a cambio no solo de lo que se acordara en el tratado a firmar sino en la colaboración de los persas para combatir al Daesh y “respetar” a los socios de la Casa Blanca en la zona…

Con este acuerdo, EE.UU. dixit que ahora Irán es el protagonista principal de Oriente Medio dejando a Saudi Arabia, Turquía e Israel con el culo al aire… pero solo en apariencia porque tanto los nombrados, como Egipto, Jordania y las demás monarquías árabes, están jugando sus cartas de “inteligencia” y hacen como que aceptan a regañadientes pero organizando su propio plan para combatir a los persas, aunque el Estado terrorista de Irán haya sido “galardonado” y nombrado por Washington como nueva potencia regional. Pero el acuerdo secreto de la Casa Blanca con Teherán contiene unas condiciones que si no se cumplen colocarán a los persas en un aprieto que les puede costar muy caro. El motivo o pretexto que se invoca es que si Teherán es capaz de pacificar Oriente Medio para que EE.UU. se ocupe del mar de la China, los persas podrán demostrar que, efectivamente, son una potencia regional y así nadie les discutirá que, en un futuro no muy lejano, puedan desarrollar sus actividades nucleares en el grado que crean conveniente… Eso,  si Israel y Arabia Saudí se lo permiten…

Una tremenda bola de fuego recorre todo el tablero…

No se debe olvidar que los del Daesh han hundido hoy dos buques de guerra de la armada egipcia, un crucero de batalla y un transporte de guerra, y parece que el Commander Chief Al-Sisi, presidente de Egipto, mantiene en absoluto secreto la cifra de muertos de sus tripulaciones que puede ascender a más de 100 aniquilados por el bombardeo de los terroristas del Califato. Nadie pudo abandonar los buques porque se hundieron de inmediato debido a las explosiones… no hubo supervivientes… Seguimos con una guerra secreta que necesita ocultar muertos. Tampoco se debe olvidar que los terroristas palestinos (Majd Ali Aatzi y Alaa Harbi Aatzi )  han asesinado a dos ancianos israelíes en Moshav Pedaya y aseguran tener secuestrados a otros dos jóvenes israelíes en Gaza; tampoco se debería ignorar que los cohetes siguen saliendo de la Franja de Gaza para impactar en Israel y que la Israelí Air Force responde con bombardeo aéreo a las lanzaderas de los terroristas palestinos. Todo con un sospechoso silencio mediático orquestado desde Washington que hace reír a los persas… Mientras tanto, no paran de decir y celebrar que el triunfo de la diplomacia sobre la guerra es el nuevo “éxito” de Barack Obama en el último estertor de su legislatura…

El Gobierno de Riyad sigue atacando por aire a Yemen, todos los días, con bombas de alto poder explosivo, para tratar de hacer daño a los hutíes pagados y entrenados por Irán. No se pudo silenciar que los terroristas chiíes del Yemen lanzaron misiles Scud sobre bases en territorio saudí y asesinaron al jefe de la Real Fuerza Aérea de Arabia Saudí, Mohammad Shaalan … también destruyeron unas lanzaderas “Patriot” que los soldados estadounidenses operaban y que no pudieron impedir el impacto. Desde la capital del reino del petróleo, Riyad, se advierte -con cierto pánico- a Jerusalem que los combatientes de la Guardia Revolucionaria de Irán están por todas partes; combaten en Siria junto a los militares de Bashar Al-Assad y a los terroristas de Hezbolá;  están en Líbano, en Damasco, en todo el territorio de Irak y -por supuesto- en Yemen donde han sido introducidos por traficantes beduinos que se venden al mejor postor para ganarse la vida…

“Esta es la mejor manera de acabar con el Gobierno de los sanguinarios ayatolas”…

Bajo este manto secreto de negociaciones, desconocidas por el resto de participantes 5+1, los ayatolas han sacado pecho y han celebrado, con verbena y fuegos artificiales en Teherán, su extraordinaria capacidad negociadora como buenos vendedores de alfombras…  Ya se ven como potencia regional con los más de 200.000 millones de dólares liberados de sus cuentas corrientes, ya han puesto en venta sus 30 millones de barriles de petróleo almacenados, y ya están negociando las inversiones extranjeras para poner a pleno rendimiento sus pozos y colocar  -según Cecil Bohanon, profesor de la Universidad Estatal de Indiana-  cientos de millones de barriles adicionales en el mercado, lo que provocará irremediablemente la bajada de precios que sería imposible de evaluar aunque sitúan al barril en torno a los 80 dólares al final de 2016… pero nadie apuesta por lo peor: que se sitúe por debajo de 50 dólares y los persas comiencen a perder dinero por todos los sitios de su economía. Eso es lo más probable…

Algunos incautos han comparado a Irán con Cuba en este asunto de Washington que pretende atraer al “enemigo” hacia la comunidad internacional para que sean ellos los que se sumerjan o adentren en la selva económica… que corran los mismos peligros que corren todos en igualdad de condiciones; pero la ingenuidad y candidez de los advenedizos mahometanos persas es tan tremendamente ilusoria que los hace creer que el levantamiento de sanciones en su contra los ha colocado, de nuevo, como potencia energética sin tener en cuenta que esa energía todavía no está en el mercado y además sin estabilidad global de precios al consumo. Para que entiendan los lectores, las negociaciones secretas con Teherán obligan a su ejército a pacificar y controlar el Oriente Medio… pero como les insisto, si Arabia Saudí, Turquía, Israel y Egipto lo permiten… En cualquier caso, eso supone para Teherán un flujo constante para su presupuesto militar entendiendo que se tendrá, tarde o temprano, que enfrentar  -al menos-  a tres potencias económicas y militares como Israel, Turquía y el gran pagador de operaciones de guerra o insurrecciones clandestinas, como es Arabia Saudí: la verdadera e indiscutible potencia económica de Oriente Medio. Es Arabia Saudí quien le ha revelado a EE.UU. cómo debe acabar con el sanguinario Gobierno de los ayatolas…

El que quiera jugar a la guerra… que se siente a la mesa y pruebe suerte…

La gran ruleta de la vida y de la muerte no tiene  memoria en lo concerniente a la guerra. Todo está  sometido a unas precisas e increíbles reglas matemáticas. Pero además, el que opta por la guerra se enfrenta al mismo dilema que cualquier jugador profesional: ha de prever el resultado de la colisión bélica entre los participantes en el juego.  En eso los musulmanes no tienen nada que hacer porque su adoctrinamiento fanático les impide por completo entender la Teoría de Juegos… El fanático musulmán no es que se haya quedado atrapado en la Edad Media, es más bien un sujeto que, producto del odio hacia EE.UU. e Israel en el que ha sido educado, se presenta en las fronteras de la modernidad como una suerte de zombi: un cadáver para la historia que ha sido revivido con artes de brujería donde el brujo domina su voluntad. Esa es la perfecta definición para el Daesh… pero de esta definición no se librará ningún musulmán hasta que sean capaces de comenzar una revolución permanente en su sistema educativo. Algo que, además, les puede costar la vida porque sus brujos son la élite dominante. Los más perversos asesinos de la historia de la cultura musulmana.

Pero la verdadera tragedia del musulmán es que no se ha dado cuenta de que está jugando a un juego en el que la banca siempre gana. Tarde o temprano, la banca, siempre se lleva sus mismas ganancias, dure lo que dure el juego… Y lo que lleva al musulmán siempre a la ruina y a la muerte es que no sabe que hay ruletas trucadas: aunque conozcan todas las ventajas derivadas de un perfecto conocimiento de las leyes de probabilidades y de la fría lógica matemática, están destinados a perder porque su cultura, o más bien su incultura, les ha impedido el acceso a las teorías de juegos de guerra y tácticas económicas. Han entrado en un casino en el que se cierran las puertas y ya nadie puede salir… Un casino donde todos los crupier controlan la mesa que además está trucada. Todos hacen trampas. Si hubieran leído a Oskar Morgenstern y a  John von Neumann, habrían comprendido que Occidente domina la evolución política, económica y social de todos los países. Y -por supuesto- sus crisis económicas, sus conflictos bélicos, sus revoluciones de todos los colores, y a todos sus clérigos, y a todas sus élites que han entrado en el juego de la ruleta de la vida y de la muerte. Un juego donde el jefe de todos los crupier es Barack Obama. El presidente de los EE.UU. es el que vigila y sigue el transcurso y regularidad matemática de ese juego…

Están ocultando que se espera una detonación atómica de un momento a otro…

En la China antigua, los pensadores de la guerra aseguraban con ironía que cuando se firma la paz con tanto alboroto es porque se desea fervientemente la destrucción del otro por la certeza adquirida de que todavía  no ha llegado el momento adecuado para hacerlo… Pues ya ha llegado el momento. La sutil estrategia del Pentágono consiste en dar la oportunidad a Irán de demostrar lo que tanto dice que vale en el terreno militar como potencia regional. Ahora los archifamosos Guardias Revolucionarios Iraníes deberán enseñarnos que saben algo más que hacer terrorismo por medio mundo. Tienen cinco frentes de guerra, uno en Siria para evitar la caída de Bashar Al-Assad, otro en todo el territorio de Irak para evitar que el Daesh tome Bagdad, otro en Líbano para proteger a sus socios los terroristas de Hezbolá, un cuarto frente en el Sinaí para hostigar a Egipto y tratar de rodear a Israel y el quinto y más peligroso en Yemen donde su más peligroso enemigo (Saudi Arabia) está masacrando a los chiíes como si fuesen chinches… Súmenle a esto que la Casa Blanca ha puesto en manos de Teherán la supuesta aniquilación del Daesh…

Según vayan los combates, Teherán deberá desplegar todo lo que tiene para hacer frente a sus enemigos porque el CENTCOM de Jordania no se va a detener a la hora de introducir tropas en el área para combatir a los sirios de Assad. Es muy probable que cometa algún error del tipo “venganza” si los árabes aliados le dan una soberana paliza bélica en algún frente… y entonces la guerra se hará más mortífera y con medios más peligrosos y con más alcance… algo realmente difícil de parar en la vorágine de ataques y respuestas. De esto sabe mucho la Real Fuerza Aérea Saudí… Conforme aumente la “temperatura” de los combates, los persas se verán obligados a responder con lo mejor de su arsenal…

Y lo que se está ocultando a la comunidad internacional es que los ayatolas siguen con sus experimentos atómicos y están a punto de su primera detonación nuclear. Por tanto, si las cosas le van mal a los persas en el tablero de guerra regional, en el que se supone que son una potencia, no tendrán más remedio que acelerar el viejo asunto de armar una bomba para amedrentar a sus enemigos que lo tendrán acorralado… Espero que ahora comprendan el porqué de esa “larga guerra” que prometió Obama para la pacificación de Oriente Medio. Cuando esa explosión ocurra, el ataque a Irán será conocido como una nueva guerra de inteligencia en el que toda la comunidad internacional colaborará para que la parte más peligrosa y destructiva del Islam, desaparezca del mapa de Oriente Medio.

La sutileza estratégica del Pentágono es que, esta vez, el ataque a toda la infraestructura militar y nuclear de Irán no será anunciada ni se pedirá permiso a nadie.  Será inmediatamente después de incumplido el contrato… A su debido tiempo tras la esperada explosión… O cualquier otro error de envergadura como atacar con misiles a los aliados de Washington… Exactamente en los tiempos marcados por el Pentágono.

Campanas al vuelo y alharacas. Dicen en Teherán que han derrotado al imperio occidental con hábiles negociaciones. Se reafirman en la destrucción de Israel y en su desprecio por las potencias arrogantes. Pero ellos solos han entrado en la trampa. Medio mundo árabe contra los persas… e Israel a la expectativa… Ahora solo podrán salir si se hacen de una bomba atómica para derribar la puerta cerrada que les impide la salida.

Y entonces serán aniquilados sin contemplaciones y se acabó el juego.