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EDUARDO HADJES NAVARRO PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

Queridos amigos, es sabido que en reiteradas oportunidades, nos resulta imposible entender el actuar de nuestros semejantes, pero se entiende, todo tiene un límite, especialmente cuando se trata de estadistas y grandes dirigentes, cuyas determinaciones han de influir sobre millones de personas.

Eso es lo que me sucede en estos momentos con la actitud de Recep Tayyip Erdogan, Presidente de Turquía.

En sus inicios políticos, cuando logró escalar a Primer Ministro, cambió radicalmente su actitud para con Israel, pasando de ser Turquía uno de sus principales aliados, a un enemigo encubierto y cada una de sus contradicciones se podían explicar dadas sus ambiciones de llegar a ser Presidente, sabiendo que a nivel mundial todo lo que sea en contra de Israel gana de inmediato el aplauso fácil, el respaldo incondicional y el apoyo mayoritario, sobre todo, tratándose de un país musulmán.

Ahora, la cosa cambia. Parte de su extenso país, pertenece a Europa. Turquía forma parte de la UE y tiene pactos económicos y militares con Occidente, lo que le ha valido un incremento sostenido en su prestigio y posibilidades de transformarse en un referente en la cuenca del Mediterráneo.

Se supone un buen aliado de EE.UU., Francia e Inglaterra. Tratando de encontrar, dentro de los límites que le imponen las tradiciones, creencias y costumbres musulmanas y de Medio Oriente, ha efectuado cambios que lo acercarían, al menos en apariencias, a algo parecido a nuestros conceptos de lo que es democracia, donde la discriminación a la mujer o el amputar las manos de un niño por robar un pan, son parte de los  principales escollos.

Cuando irrumpió el EI con sus conquistas y matanzas impensadas de suceder en pleno siglo XXI, no dudó en movilizar a parte importante de su ejército a la frontera con Siria, suponiendo que sería un tapón protector, el cual estaría vedado a los yihadistas, pero no impidió que, cuando primero cientos y luego miles de jóvenes occidentales, convertidos al Islam, se fueron incorporando a los terroristas del EI, cruzaron libremente su frontera, pasando a transformarse en un serio peligro para Occidente, ya que, aparte de intervenir en el festín sangriento de Siria e Irak, una vez debidamente entrenados y envenenados en su manera de actuar, se están transformando en los peligrosos terroristas solitarios que están listos para efectuar todo tipo de atentados en contra de sus propias naciones.

Así, mientras sus declaraciones condenaban al EI, su actuar era de colaboración con los yihadistas, incluso permitiendo que parte importante de su abastecimiento militar, cruzara sus fronteras, mirando sus militares justo para el lado contrario, cuando camiones y voluntarios, cruzaban tranquilamente de Turquía a Siria.

Ya hemos dicho anteriormente que los kurdos han sido los únicos que han logrado detener e incluso, hacer retroceder a las fuerzas islamistas del EI, pero tanto EE.UU. como la UE, han abastecido muy tímidamente a quienes debieron haber prestado todo su apoyo, justamente por la permanente presión del gobierno turco, por temor a que, una vez finalizado este conflicto, Kurdistán fuera en busca de su autonomía.

A fines de la semana pasada, dos actos simultáneos de Turquía nos llevan a pensar que algo anda mal en la mente de sus gobernantes. Estando plenamente vigente la tregua que tenía con los kurdos y, sin aviso previo, sus aviones bombardean sus concentraciones militares, que combaten tanto contra los islamistas del EI como a las pocas tropas que aún le van quedando leales a Bashar al Assad, Presidente Sirio y enemigo declarado de Turquía. Simultáneamente, sus F16, bombardean a tropas del EI, infringiendo, según sus declaraciones, severas pérdidas a dichos terroristas.

Aquí nacen las interrogantes. ¿Cómo se puede entender que, sin mediar aviso ni razón visible, ataquen a quienes son los únicos que actúan eficientemente en combatir al EI, los kurdos, si ahora ese mismo EI es su enemigo, ya que también los está bombardeando?

¿Cómo, con F16 americanos, está atacando a los kurdos, los mismos que están recibiendo un tibio respaldo de EE.UU.? ¿Cómo está bombardeando a los asesinos del EI mientras sigue permitiendo que jóvenes americanos y europeos, sus supuestos aliados, sigan cruzando tranquilamente sus fronteras, para reforzar hoy al EI, sus supuestos enemigos, ya que los está combatiendo, aparentemente tan eficazmente, mientras no para el flujo de occidentales que van en busca de entrenamiento, para asesinar mañana, a los civiles de aquellos países que se suponen sus aliados?

El primer día, Turquía ataca al EI y también a los kurdos. El segundo día Turquía ataca a los kurdos y también al EI. El tercer día,  los kurdos efectúan un atentado terrorista, en el cual mueren 2 soldados turcos.

Turquía reclama airadamente, acusando ante la ONU a los kurdos, por haber roto la tregua.

¿No les suena algo raro en este actuar?

David ben Jaim