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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

El preso palestino Mohamed Allan puso fin este jueves a dos meses de huelga de hambre en Israel que pusieron su vida en peligro y suscitaron un debate sobre su detención, un día después de que un tribunal suspendiera la orden en su contra.

“Mohamed Allan recuperó el conocimiento y ya no está en huelga de hambre”, anunció su abogado Jamil al Jatib, tras haber visitado a su cliente en el hospital Barzilai de Ashkelon, en el oeste de Israel. El Tribunal Supremo israelí decidió el miércoles, a la vista del deterioro de su estado de salud suspender “por ahora” su detención sin inculpación y mantenerlo en cuidados intensivos.

Sus médicos le habían inducido un coma artificial el jueves pasado  del que despertó horas después sin conocer la sentencia del Supremo. “Vamos a anunciarle (…) las decisiones legales tomadas ayer, para convencerle de comenzar a administrarle líquidos y azúcar”, había indicado a los periodistas el director del hospital Barzilai, Chezy Levy.

“Espero que comprenda que la situación cambió completamente desde un punto de vista legal, y que acepte empezar gradualmente a alimentarse por vía digestiva”, había añadido.

Según el médico, Allan “está mejor” tras el nuevo episodio comatoso y habló con las personas de su entorno, pero “está muy débil” y la recuperación parece que será “muy, muy lenta”.

La más alta instancia judicial israelí no aclaró el miércoles si Mohamed Allan será puesto de nuevo en la denominada detención administrativa si se recupera, y tan solo especificó que el Estado se mostró dispuesto a liberarlo si hubiera sufrido daños irreversibles.

La decisión judicial, vista como una salida provisional del punto muerto político y humanitario, supuso una frustración para muchos, tanto israelíes como palestinos, pues no hizo más que reavivar la controversia sobre la detención administrativa.

Ese régimen de encarcelamiento extrajudicial, permite a las autoridades israelíes detener a un sospechoso sin inculpación durante un periodo de seis meses, renovable.

Allan, abogado de 31 años de Naplusa y defensor de los presos palestinos, se convirtió en el rostro de la lucha contra esta figura legal, una de las grandes reivindicaciones palestinas. Detenido en noviembre de 2014, comenzó su huelga de hambre el 18 de junio.

Los motivos precisos de su detención nunca se han aclarado públicamente. La Yihad Islámica, organización considerada como terrorista por Israel, lo describe como uno de los suyos.

“A las puertas de la muerte”

Jamil al Jatib había denunciado en un comunicado que Allan no estaría en esa situación si el Tribunal Supremo se hubiera pronunciado antes de encontrarse “a las puertas de la muerte”.

De aproximadamente cinco mil 800 detenidos palestinos, unos 340 se encuentran en detención administrativa, según las autoridades israelíes, mientras que los palestinos los cifran en 450.

La asociación de presos palestinos criticó la sentencia del tribunal Supremo, ya que dijo que “elude la decisión que se debería tomar, la de liberarlo”.

El caso de Allan es un rompecabezas para las autoridades israelíes, que no quieren dar la impresión de ceder a un chantaje y que temen que su muerte avive aún más las tensiones en los territorios palestinos.

La discordia en torno a la decisión judicial llegó incluso al campo de Benjamin Netanyahu. La ministra Miri Regev, del partido Likud del primer ministro, acusó al tribunal supremo de “ceder al chantaje del terrorista Mohamed Allan”, en lugar de alimentarlo por la fuerza, como lo permite una ley aprobada en julio para enfrentarse a este tipo de situaciones.

Fuente:jornada.unam.mx