AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Los antisionistas como el diputado laborista británico Jeremy Corbyn vehementemente niegan ser antisemitas. Tienen muchos amigos judíos, dicen, lo que demuestra que sólo odian a los sionistas.

Por Tsvi Sadan

Jeremy Corbyn
Jeremy Corbyn

En sus mentes progresistas, con independencia de lo que Israel hace realmente, un estado judío es racista por definición, y por lo tanto odian con razón. Al mismo tiempo, la demanda pública de una Palestina libre de judíos no parece molestar a gente como Corbyn, que maldicen a Israel, mientras bendicen a un “estado” que, a diferencia de Escocia e Irlanda, nunca ha existido.

El antagonismo británico hacia el sionismo es casi tan antiguo como el propio sionismo.

Claro, fue Gran Bretaña la que primero acordó que la provincia otomana recientemente conquistada conocida como Palestina se convierta una vez más en un hogar nacional para el pueblo judío. Pero esta decisión reunió una fuerte oposición interna, desde el principio, y fue anulada efectivamente por el infame Libro Blanco de Neville Chamberlain en 1939.

Apaciguar a un mundo árabe que en ese momento miraba a los nazis para que los liberen del dominio británico, y perjudicando así los intereses de los aliados, se convirtió en el pretexto para la transformación de la actitud antagónica sutil del Reino Unido hacia el pueblo judío en la política oficial.

El Libro Blanco estaba destinado a poner fin a la inmigración judía a la Palestina del Mandato y la partición del área originalmente designada para un estado judío, que también incluía Jordania, en pequeñas áreas no contiguas dentro de lo que hoy es el Estado de Israel. Esta nueva política había hecho el proyecto de un Estado judío prácticamente imposible.

Aunque la política de Libro Blanco británico finalmente se derrumbó en 1948, su espíritu se mantuvo con vida.

Corbyn representa los estratos de la sociedad británica que siempre ha resentido el sionismo – esencialmente un movimiento para realizar la Declaración Balfour – y ha utilizado excusas como el apaciguamiento o la nueva causa, más “sexy” de los derechos humanos para limpiar su conciencia de una conducta de otro modo indefendible.

Sean cuales sean los rencores como los que Corbyn sostiene contra el sionismo, la raíz fue y sigue siendo el antisemitismo. De lo contrario, los estados enfáticamente musulmanes como Turquía, Arabia Saudita y la imaginada “Palestina” hace tiempo que habrían estado en el extremo receptor de su ira farisaica.

Fuente: Israel Hayom

Traducción: Silvia Schnessel para Enlace Judío México

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