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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

Sucot (Festividad de los Tabernáculos)

Hace dos años mi esposa y yo fuimos invitados por mi hija menor y su esposo a la sucá (cabaña) que construyeron en la azotea de su edificio; como lo marca la tradición judía, allí comimos y platicamos durante una tarde; en una Crónica anterior hice unos comentarios al respecto. Este año no hicieron la sucá porque dedican buena parte de su tiempo a su bebé que nació en noviembre pasado. Así que convivieron en la sucá del templo al que ellos asisten regularmente; fui invitado al mismo, empero, no pude ir porque estuve en convalecencia de una crisis de hipertensión que tuve en días pasados.

Sucot se festeja en el primer mes del año judío, Tishrei, y dura 7 días; este año se celebró en la última semana de septiembre. Sucot empieza 5 días después de haber terminado el Día del Perdón (Yom Kipur) cuando los judíos se arrepienten de sus pecados; simbólicamente enfrentan un juicio con el Juez Supremo del mundo, quien emite su veredicto, Yom Kipur es un día de arrepentimiento. En contraposición, Sucot significa alegría que rememora los tiempos bíblicos en Israel en los que se recolectaban los últimos frutos del verano y comenzaba un nuevo ciclo agrícola.

Desde la época de las Tribus de Israel en Canaán (denominación antigua de la región que abarca parte de la franja sirio – fenicia; actualmente corresponde al Estado de Israel, la Franja de Gaza y Cisjordania, junto con la zona occidental de Jordania y algunos puntos de Siria y Líbano), alrededor de los siglos XIII-XII A.C., y su transformación en agricultores sedentarios, existía la costumbre de vivir en pequeñas cabañas que les permitían ahorrar tiempo al sitio de la labranza, supervisar a las personas que trabajaban en el mismo y cuidarlo de los ladrones. Por otra parte, las cabañas recuerdan la peregrinación de los judíos por el desierto después de su salida de Egipto y cómo las utilizaron como moradas temporales. En la Biblia en el Levítico 23: 42-43, se hace referencia de que “en cabañas permanecerá durante 7 días toda persona de Israel para que las generaciones sepan que en Sucot deben estar los hijos de Israel que saqué de la tierra de Egipto. Yo soy vuestro Dios”. De acuerdo al precepto bíblico se debe comer y dormir en las cabañas durante 7 días.

La precariedad que implica vivir o convivir en la sucá lleva implícita un mensaje de justicia social; allí todos son iguales. Para los judíos religiosos comer y dormir en la sucá durante siete días implica cumplir con un precepto de la Torá (libro sagrado de los judíos), para los que no lo son y celebran esta festividad, constituye una tradición, aunque no duermen en la sucá. Creo que la tradición y la religión frecuentemente se entrelazan.

 

Inmoralidad y Corrupción

La corrupción es un fenómeno que ha existido como parte inherente de la estructura económica, social, política y de la cultura de las naciones en desarrollo y, que ha avanzado en forma alarmante y cínica. No obstante, cada vez más se extiende a las economías avanzadas. Recaudar información sobre la corrupción es muy difícil, sin embargo, la percepción sobre el tema en la opinión pública es que el mundo “esta muy mal”. En este sentido, el Foro Económico Mundial, WEF, por sus siglas en inglés, con sede en Suiza, en su Informe de Competitividad Global 2015-2016, consigna que México ocupa el lugar 115 de 140 países evaluados con el mayor desvío de recursos del gobierno. El resultado deriva de la respuesta de las personas consultadas a una simple pregunta ¿En su país, que tan común es que exista el desvío de los fondos públicos a compañías, individuos u otros grupos, debido a la corrupción?

En este ámbito, resulta sorprendente que una parte relevante de los editoriales de los periódicos de Israel estén dedicados a investigaciones de corrupción sobre importantes personalidades del gobierno; su magnitud es tal que embajadores y cónsules israelíes en EUA y Europa se han quejado ante el gobierno de que la proliferación de escándalos de corrupción está dañando la imagen de Israel.

Más me sorprende la falta de ética empresarial y afán de lucro desmedido de la empresa alemana VolksWagen (VW) que es equiparable al concepto de corrupción y que salió a la luz en EUA, porque disfrazó los niveles de contaminación que emiten 11 millones de diferentes modelos de sus vehículos que trabajan con diesel y que fueron vendidos a nivel mundial desde 2009 a la fecha. Varios países han detenido su distribución hasta que se aclare la situación; el gobierno de México pidió a VW información sobre los casi 40 mil vehículos a diesel vendidos en el país entre el 2009 y el 2015; el secretario de Economía de México ha dicho que el falseamiento de las normas de emisiones de contaminantes “puede pegar a una cuarta parte de las ventas automotrices a EUA (en número de unidades”). La acción criminal de VW también incidirá en la producción de autopartes de empresas mexicanas que dependen de su proveeduría a la VW.

La impecable imagen de honestidad y profesionalismo de VW es aparente; VW se creó en 1937 bajo el gobierno nazi de Hitler, que alentó a que se creara un auto del pueblo (VW). Durante la Segunda Guerra Mundial más de 20,000 personas fueron obligadas a trabajar en sus instalaciones como mano de obra esclava. En 1998 más de 10 mil sobrevivientes del Holocausto demandaron a empresas de Austria y Alemania por aprovecharse de la legislación del gobierno nazi para utilizar trabajo forzado, entre ellas la VW.

Asimismo, la VW se ha visto envuelta en escándalos de corrupción por dar sobornos a legisladores alemanes para que aprobaran leyes a su favor. También trabajadores de esa empresa en Brasil la acusaron de explotación. Sus prácticas deshonestas, rápidamente se le han revertido; desde el 16 de septiembre pasado cuando se evidenció su engaño. Hasta finales de ese mes había perdido más de 31,000 millones de dólares en su valor de capitalización en la Bolsa de Valores de Frankfurt. La VW pretendía ocupar el primer sitio mundial en la producción de vehículos este año, que tiene la empresa Toyota.