Parte VI y última

 

 

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

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 Por Nedda G. de Anhalt

en exclusiva para Enlace Judío 

The Forbidden Room/El cuarto prohibido (Canadá, 2015, DCP, 120m) del director John Crowley, codirigida por Evan Johnson. Para hablar claro y preciso esta cintaes el cuarto donde se editan las películas y, también, es el lugar idóneo para operaciones mágicas de gran creatividad. Estos directores, empleando términos literarios, han utilizado la técnica del collage, para unir sobrantes de filmes diversos, y la de  las llamadas cajitas chinas, donde una trama entra en una trama y, luego, en otra trama. La diferencia reside en que en este pequeño formato ninguna cajita es igual otra; o sea, ninguna película es igual a otra. Hay imágenes que se amplían y otras que se disminuyen y el resultado, en vez de excluir, une, es incluyente. De lo que se trata es de poner en práctica un proceso de liberación y, en esa bataola de películas reconocemos a: Charlotte Rampling, Udo Kier y Mathieu Amalric, entre otros. Esta cinta sigue los dictados de la imaginación y la fantasía más delirante.

 

En la conferencia de prensa la cronista levantó la mano, pero el moderador le concedió la palabra a otro, con quien finalizó la sesión. Entonces sucedió algo sorpresivo, Guy Maddin saltó del escenario y se plantó frente a  la cronista (NGA) diciendo:

 

Guy Maddin: ¿Qué era lo que querías preguntarme?

NGA: No era exactamente una pregunta, pero usted dijo que en algunas películas sucedían accidentes felices, yo quería que usted compartiera con nosotros un accidente muy feliz.

GM: Usted entiende que cuando se dice feliz es completamente lo contrario.

NGA. Sí.

GM: Había un actor que tenía que decir su parlamento y lo hizo con tal lentitud que yo estaba exasperado, el hombre parecía un tren que se va frenando en la estación, haciendo “puf, puf”, entonces no solo yo, sino todos, nos dimos cuenta que esa era la manera en que debía hacerse.

 

The Assassin/Asesino (Taiwán/China/Hong Kong, 2015, DCP, 105m) del director taiwanés Hou Hsiao-hsien, obtuvo recientemente el premio de la mejor dirección en Cannes. Las dinastías en Oriente se han convertido en una especie de memoria de la historia. Este director ubica la época de la dinastía china Tang, para contarnos una historia de amor, traiciones, venganza y ambición de poder. Es también una película donde hay batallas marciales (wuxia). El estilo visual del filme es de un preciosismo que impacta.

 

En la conferencia de prensa, el público asediaba al director con muchas preguntas sobre su forma de trabajo. Entonces, Hou Hsiao-hsien, a través de su traductor nos aseguró de su absoluta fidelidad para recrear, hasta en el mínimo detalles, los espacios exteriores. En los interiores también, donde el director utilizó una estructura recubierta con diferentes sedas y que se podía utilizar en otros espacios.

 

En cuanto a su manera de trabajar con los artistas, comentó que le gusta hacer una sola toma, pues considera que las repeticiones propician que ellos trabajen de manera mecánica. Hou Hsiao-hsien confía en sus actores y les explica el personaje hasta que ellos se compenetran en éste. Posteriormente, él se encarga de revisar la gesticulación de sus rostros y es ahí dónde él ejerce control. En cuanto a las batallas de espada lo hace a su manera, pues no tiene especial interés en hacerlos volar.

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Paul Thomas Anderson viajó a la India con su cámara, su amigo Jonny Greenwood se encontró con Shye Ben Tzur y un grupo de músicos: Aamir Bhiyani, Soheb Bhiyani, Ajaj Damami, Sabir Damami, Hazmat, and Bhanwaru Khan Ehtisham Khan Ajmeri, Nihal Khan, Nathu Lal Solanki, Narsi Lal Solanki, and Chugge Khan on percussion; Zaki Ali Qawwal, Zakir Ali Qawwal, Afshana Khan, Razia Sultan, Gufran Ali, and Shazib Ali, and Dara Khan and Asin Khan.

El resultado de ese encuentro fue Junun (EUA, 2015, DCP, 54m) una cinta vital que ha logrado que hasta la propia cámara de Anderson, por unos instantes, baile alegremente al son de las voces. Para los cinéfilos,Junun fue un verdadero paseo, pleno de alegría y felicidad a causa de estos intérpretes.

 

Al comienzo se observan los zapatos fuera del lugar de donde están tocando y tenemos la impresión de que entramos a un recinto sagrado. Muy pronto esto cambiará y la música y el canto se irán de parranda a exhibirse por las calles, entre chamaras y gorras, en un mercado popular, hasta ascender al darle la cara al sol, en un cielo tachonado de pájaros que vuelan y revolotean. Un muchacho trepado en la azotea de un inmueble, con una enorme bolsa con pedazos de pan los lanza al cielo y los pájaros lo atrapan. Alguien le pregunta al muchacho que desde cuando hace eso y, él sonriente, contesta que esto lo han hecho por  generaciones en su familia. Junun es una película poética, cuya música nos reconcilia con la vida.

 

Hubiera sido deseable reseñar más películas valiosas de este festival, como fueron: Comoara/El tesoro, del director rumano Cornelieu Porumboiu; La Lai du Marché,de la directora Stéphane Brizé; The Witness/Testigos, del director James Solomon; El cielo puede esperar, de Ernst Lubitsch. Pero esto ya no fue posible, porque el 53º NYFF se terminó hoy, 10 de octubre, con la película Miles Ahead (EUA, 2015, DCP, 100m) del director y actor Don Cheadle, que interpreta a uno de los artistas más queridos del siglo XX, Miles Davis.

 

Estuvieron presentes en la última conferencia de prensa de este festival: Emayatzy Corinealdi, que interpreta a la bailarina Frances Taylor, quien estuvo encantada de participar en esta película; y Ewan McGregor, que interpreta al audaz reportero, Dave Brill, quien se le atravesó en la vida a Miles Davis. Por su parte, Don Cheadle, comentó que este filme fue producido de manera independiente, pues hasta un familiar suyo invirtió en el proyecto. Por lo que se siente muy agradecido de que Sony Pictures distribuyera este filme. ¡Cómo no iba a auspiciar una cinta como ésta, que contiene toda la música de Miles Davis!

 

A la vez, el público tiene que agradecerle a Don Cheadle que no haya hecho una hagiografía de este personaje y que lo describiera tal cual. Miles Davis tenía pasión por el boxeo, y en la película se nos muestra mirando en la TV alguna de las peleas antológicas del campeón Jack Johnson. Miles era malhablado, agresivo, arrogante a veces, y con variadas adicciones, pero detrás de esa fachada era un hombre sensible, inseguro y emocionalmente frágil. El director, de manera brillante, expone tiempo y espacio en la vida de este artista, en forma simultánea y entrelazada, pues la intención de Cheadle era no fijarlo en alguna etapa de su vida. Para este director, la música de Miles Davis siempre estará presente.

Nueva York, 10 de octubre de 2015.

NEDDA G. DE ANHALT