campagne-de-prevention-contre-la-radicalisation_largeur_960

PASCAL ROY PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO   

Véronique, madre de Félix, de 23 años, en Siria desde 2013: “Al principio, no hablamos del tema, es tabú, sientes vergüenza, es como una enfermedad vergonzosa. Hablar te alivia, te hace ver que la mirada hacia nosotros tiene que ser distinta, que no sirve para nada cargar con la culpabilidad. Porque son niños normales y que esto le puede pasar a todo el mundo”.

La cuestión del terrorismo yihadista está en el centro de las preocupaciones de la sociedad francesa, duramente golpeada por varios atentados durante los últimos años. Aún está muy vivo el recuerdo del atentado de enero contra Charlie Hebdo, el supermercado de productos kosher y varios policías. Es para luchar contra el terrorismo en su propio territorio que Francia ha empezado a bombardear puntos estratégicos del ISIS en Siria. El último ataque contra un campo de entrenamiento de combatientes extranjeros se saldó con la muerte de al menos seis yihadistas, de los cuales algunos podrían ser franceses o francófonos, según el Ministerio de Defensa.

Lo que amenaza Francia, como otros países de la Unión europea, es la radicalización de sus jóvenes, atraídos por la yihad y la lucha armada de los rebeldes suníes en Siria e Irak. Según Manuel Valls, el Primer Ministro francés, “más de 500 ciudadanos franceses o residentes franceses se encuentran hoy en día en Siria o Irak”. Afirma que “centenares, incluso millares de jóvenes franceses pueden caer en la radicalización.  Es un desafío importante para la sociedad, que necesita que las familias se movilicen”.

En su afán de prevenir el reclutamiento de sus jóvenes ciudadanos en las redes terroristas, el gobierno francés, a través del Ministerio del Interior, ha decidido ir a la raíz del mal y desmontar el discurso propagandístico de los yihadistas, dando voz a las familias que vieron a un hijo, un hermano o una hermana salir de casa en un día normal y no volver nunca más. Se llaman Véronique, Baptise et Sahila. Comparten el mismo dolor: su hijo se fue a Siria para enlistarse en el ISIS. El mismo camino emprendió la hermana de Jonathan, con sólo 17 años. Mirando directamente a la cámara, la voz entrecortada por la emoción, nos cuentan su incomprensión y comparten su sufrimiento.

Son los portavoces de cuatro vídeos de minuto y medio cada uno, que se emiten en el marco de una campaña de sensibilización del Ministerio del Interior. Ya se pueden ver en línea (www.stop-djihadisme.gouv.fr.), en canales de televisión públicos y privados, así como en salas de cine y redes sociales (como Facebook y Dailymotion). Son testimonios de personas normales, familias ordinarias, gente que no vio nada, que no se dio cuenta de lo que se avecinaba… El objetivo consiste en concienciar sobre el riesgo de radicalización de los jóvenes y mostrar a otras familias víctimas que no son casos aislados. Al final de cada vídeo, aparece un número de teléfono gratuito que el Ministerio del Interior pone a la disposición de los ciudadanos para señalar casos o perfiles de personas en riesgo de incorporarse a la yihad. Esta plataforma, creada en abril de 2014, ya ha registrado más de 3,000 casos, de los que 23% son de menores y la mayoría de chicas jóvenes, llamadas a casarse con rebeldes y formar una familia.

El testimonio de Sahila es el más emotivo, sin duda. Su hijo Sabri, de 18 años, se fue a Siria en agosto de 2013: “leyendo un mensaje suyo informándome que se encontraba en Siria, mi cerebro me decía “mamá, he muerto”; y cuando mi marido me decía que no, que simplemente estaba en Siria, le contradecía, le decía que nuestro hijo ya había muerto…”. Sabri murió más tarde en Siria, como nos lo relata su mamá: “un día, mi marido se fue de paseo y recibió una llamada de Siria. Pensó que iba a oír la voz de Sabri. Pero no, era la voz de un hombre sirio que le quería felicitar porque nuestro hijo había muerto como un mártir… Cuando te anuncian la muerte de tu hijo, no te dan su nombre, sino su nombre de combate; es como si ya hubieras dejado de ser su padre o su madre…”.