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El ataque terrorista en Tel Aviv, el 8 de octubre del 2015, cuando un obrero de la construcción palestino atacó a un soldado y a otros cuatro civiles en el corazón de la ciudad, tiene consecuencias de largo alcance.

PINHAS INBARI

Este ataque difiere de otros recientes ataques porque el obrero palestino era aparentemente de la Margen Occidental, con un permiso para trabajar en Israel. Esto pone en cuestión algunas presunciones básicas que han guiado la política israelí de empleo a la fecha. Si los palestinos con permiso para trabajar en Israel están atacando a ciudadanos israelíes, hará falta repensar las relaciones económicas generales entre Israel y la Autoridad Palestina y el estado de las fronteras relativamente abiertas, que ha sido preservado en gran medida a pesar de la valla de separación.

Estos ataques son reminiscentes de la “intifada de cuchillos y piedras” que precedió a la primera intifada en 1987.  Esos ataques con cuchillo llevaron a Israel a prohibir que los obreros palestinos ingresaran a Israel -su principal fuente de sustento hasta entonces- y en su lugar, Israel los reemplazó por obreros extranjeros.

No hay duda que el trabajo palestino en Israel es deseable en casi todo aspecto, e Israel debe buscar preservarlo. Sin embargo, Israel debe tomar en consideración, que incluso cuando los obreros palestinos en Israel son positivos para ambas partes, algunos palestinos lo ven como negativo y actúan para impedir el proceso, así como lo hicieron durante la “intifada de los cuchillos.”

Debido a la incitación continua contra Israel, algunos palestinos pueden entrar al país con un estado de ánimo beligerante, y algunos de los principales ataques incendiarios en Israel el verano pasado se derivaron de esta misma incitación.

Durante las festividades anteriores de Ramadan, Israel hizo un gesto importante a fin de mejorar la atmósfera, y dejó sus fronteras  abiertas. Esto generó una respuesta enorme de decenas de miles de palestinos, muchos de los cuales se dieron prisa para llegar hacia las playas de Tel Aviv.

La Autoridad Palestina no recibió con calidez este gesto, debido a un temor a perder el control de la población palestina. En general, la AP siempre ha estado contra las relaciones económicas con Israel y siempre ha tratado de sabotearlas. De hecho, uno de los objetivos actuales de la AP es cancelar todos los acuerdos económicos con Israel, debido a que la AP los ve humillantes.

En otras palabras, cuando Israel quiere hacer avanzar la situación económica, incluyendo permitir a los palestinos trabajar en Israel, los palestinos lo ven como una amenaza y actúan para sabotearlo.

Ya ha habido ocurrencias como esta en el pasado -la primera “Intifada de los Cuchillos” puso un alto a los palestinos trabajando en Israel, y ahora, si los hechos no cambian el curso pronto, habrá un resultado similar.

Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs

 Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.