“Abude Attie y la Sinagoga Shaaré Tefilá” es el primer reportaje de la serie “El hombre detrás del Templo”, en la cual mostraremos el lado humano de los constructores de las casas de D-os. Si desean nominar a alguien, favor de escribir a [email protected].

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO-¿Hasta dónde puede llegar un hombre que se sabe protegido por D-os? Abude Attie es creyente absoluto de la presencia benéfica del Creador. ¿Cómo explicar, de otra manera, los milagros que han sucedido a lo largo de la vida?

Apenas tenía 7 años cuando un asaltante con pistola irrumpió en su casa, y al niño le tocaron dos balazos en la pierna. Sobrevivió.

El 22 de junio de 1957, Abude cumplió 15 años y salió a celebrarlo; se le “pasaron” las copas y, a las 12:15 horas se encontraba sentado en el lobby de un edificio, en la esquina de Alvaro Obregón y Frontera, en el cual vivían muchas familias de la Comunidad. Se tomó un alka seltzer, abordó un taxi y se fue a casa. A las 12.20, el “sismo del Ángel” ( así llamado porque , en esta ocasión, se cayera la famosa efigie, el Ángel de la Independencia) sacudió la ciudad. Al otro día, Attie se trasladó hacia el edificio donde se había sentado unas horas antes- pero de éste no quedaba nada. Estaba destruido y sus habitantes habían muerto.

La explicación de Abude Attie acerca de los milagros que le han permitido vivir y prosperar es la siguiente: “A mí, D-os me protegió como protege a todos”.

A los 18 años, Abude Attie le pidió a Mario, su hermano, le cediera una tienda de 1:20 m de frente y 100 metros de fondo, que este último daba en renta en el Centro Histórico. Su hermano la quería alquilar a otra persona, pero su madre, doña María, dio prioridad a los lazos familiares: “Dásela a tu hermano para que la trabaje”. A partir de esta pequeña pero bendita tienda, y del trabajo arduo, nacieron los negocios de Don Abude.

foto original abude

Otra fecha inolvidable: en 1997, un comité de la Comunidad Maguén David le propuso construir una sinagoga que llevaría su nombre. Attie no contaba con los medios necesarios para hacerlo, y les pidió esperarlo hasta enero 1998. Llegó el día e cuestión y el hombre estaba a punto de retractarse cuando unas palabras del Rabino Isaías Metta le hicieron reflexionar: “Un templo, ni el Rey David, ni sus hijos, lo pudieron completar; a ti, te la están ofreciendo”. El 20 de enero, tomó la decisión de donarla y hoy se yergue, en toda su magnificencia, la sinagoga Shaaré Tefilá Abude Attie. La sorpresa, para el filántropo, fue que no sufrió para cubrir los pagos mensuales.

Para este hombre modesto, amable y de gran corazón, el templo representa “la oportunidad única que D-os me dio de construir Su casa”. Se llena de regocijo de ver las alegrías que llenan el recinto: en cada Brit Milá o Bar Mitzvá, las invitaciones llevan rotulado la leyenda Templo Shaaré Tefilá Abude Attie.

“No sé hablar ni escribir hebreo” dice, “pero hablo todos los días con D-os y le doy las gracias”. Es quizás esta fe incólume, doblada del don de saber agradecer, que ha volcado sobre Abude Attie las bendiciones de D-os y de los hombres.