File_20111031134449

EDUARDO HADJES NAVARRO PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Queridos amigos, es posible que muchos de nosotros hayamos pensado en un momento determinado, que todas las locuras, inmoralidades y desatinos imaginables, ya los habíamos visto, pero los palestinos, en conjunción descabellada con la UNESCO, nos demuestran que estábamos equivocados.

Normalmente, los palestinos se presentan como un pueblo discriminado y sufriente, víctima inocente a manos de la crueldad israelí. La realidad nos demuestra todo lo contrario. Simplemente, se han transformado en un pueblo privilegiado, que casi no tiene freno, pudiendo hacer lo que se les ocurra sin recibir sanción alguna, por cruel e inaudito que sea su actuar.

Veamos por qué afirmo esto: Su juventud, debidamente adoctrinada desde la cuna misma, por Abbas y sus secuaces, sale a degollar civiles israelíes y, fruto de estos atroces crímenes, en vez de ser censurados, son transformados, por obra y gracia de su Presidente, en héroes nacionales, con llamados a ser emulados. Por su parte, las víctimas israelíes y los encargados de protegerlos, son condenados en los más duros términos imaginables, siendo esta actitud demencial, respaldada por la totalidad de organismos internacionales, especialmente los supuestamente encargados de proteger los derechos humanos. Igualmente, se le agregan las naciones musulmanas y, lo más increíble, la mayoría de los países democráticos de los 5 continentes.

Desde los inicios de la historia, hemos visto que, producto de guerras o invasiones, grandes masas de civiles deben desplazarse desde sus lugares habituales de residencia, a objeto de salvar sus vidas. Así, se transforman en “refugiados” los cuales, con el correr de los años, van incorporándose a los habitantes de los lugares en que son acogidos, pasando a ser, principalmente a partir de los nacimientos que naturalmente se van produciendo,  ciudadanos de dichos países.

A diferencia de éstos, los palestinos, a partir del año 1948, en que al tratar de cumplir Israel el acuerdo de partición de las Naciones Unidas, al ser atacados por los integrantes de la Liga Árabe, se les insta a dejar sus hogares para prepararse a una nueva incursión, por parte de éstos bien entrenados ejércitos invasores, oportunidad en que lograrán cumplir su demoníaco intento de hacer desaparecer a Israel de la faz de la tierra.

Todos los que creen esta falacia, son encerrados por sus supuestos “protectores” en espantosos “campos de refugiados” en las condiciones más miserables que la mente humana pueda concebir. Sus guardias iraquíes, se encargarán que cada día, sea una pesadilla insoportable, sólo superada por lo que vendrá al día siguiente, culpando de ello, no a la crueldad de sus custodios, sino a los israelíes, por haberse negado a ser asesinados y desplazados de las tierras ancestrales que con tanto esfuerzo y sacrificio, lograron transformar de desiertos y pantanos, en verdaderos vergeles.

A partir del 14 de Mayo de 1948 en adelante, se calcula que 750 mil árabes palestinos abandonaron voluntariamente los territorios que iban quedando en manos israelíes. En el mismo tiempo, aproximadamente 780 mil judíos debieron salir de países musulmanes para salvar sus vidas, los cuales, en su totalidad, fueron recibidos por la recién recreada nación judía, preocupándose su gobierno de incorporarlos rápidamente a su diario vivir, logrando que fueran parte integral de la nación, sin que tan gigantesco esfuerzo, significara una entrega de aportes económicos de los organismos internacionales encargados de los refugiados.

De esta manera, mientras los refugiados judíos se reacondicionaron rápidamente como ciudadanos con plenitud de deberes y obligaciones para con Israel, que los acogió, los palestinos se transformaron en “refugiados a perpetuidad” ya que pasaron a ser el “gran motivo” de condena por parte de los derrotados países de la Liga Árabe para tratar de difamar y deslegitimar a Israel.

Mientras a nivel mundial existe un unificado organismo internacional, encargado de la totalidad de refugiados que se produzca en cualquier lugar del mundo, con un presupuesto siempre exiguo y un personal anormalmente insuficiente, los palestinos poseen un órgano propio, generosamente financiado por la ONU, con una dotación administrativa exageradamente numerosa, que ampara a nivel internacional, que estos refugiados sigan siéndolo de generación en generación, sin que se les permita adoptar la nacionalidad de los países en que se encuentran ubicados dichos campamentos. Se da el absurdo que incluso en Gaza y Cisjordania sigan funcionando estos “campamentos de refugiados”, siendo un caso inédito, al ser “refugiados” en su propia tierra.

Como ya vimos, esto no sólo es aceptado internacionalmente, sino que es respaldado y financiado por la ONU y sus organismos dependientes.

Este último tiempo, la locura se ha adueñado de nuestros organismos internacionales. Hemos visto que Palestina, una quimera inexistente, ha sido reconocida e incorporada a los más variados organismos e instituciones mundiales sin que nadie pueda definir concretamente qué son en la realidad. Por algo estoy afirmando que ellos son los privilegiados indiscutibles de  las Naciones Unidas.

Todo esto resulta simplemente inexplicable e increíble, especialmente en momentos en que el mundo está viendo las atrocidades que los otros movimientos islamistas están cometiendo en Medio Oriente, el Norte de África y países occidentales, víctima de actos terroristas a manos de estos grupos, enfrentándonos a la irracionalidad que los únicos terroristas y asesinos buenos, son los de Hamás y la OLP, por el sólo mérito de que sus víctimas son israelíes.

Resulta simplemente incomprensible e irracional, al punto de creer superada nuestra capacidad de asombro. Sin embargo, ahora estamos presenciando algo que, si alguien se hubiera atrevido a anunciarlo, se le habría condenado por loco, lunático y demencialmente exagerado.

Abbas, envalentonado por tanto éxito inexplicable ante los diferentes organismos internacionales a los cuales ha acudido, tuvo la idea loca de solicitar a la UNESCO simplemente lo imposible. Que la tumba de los patriarcas de Israel: Abraham, Isaac y Jacob y las matriarcas Sarah, Rebeca y Leah, fuera declarado musulmán bajo el nombre de la Mezquita de Ibrahim y la Tumba de Rajel, bajo el nombre de la Mezquita de Bilal bin Rabah

Esta locura, fue entusiastamente respaldada por Egipto, Argelia, Marruecos, Túnez, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait. Aunque parezca una aberración mía, por sólo mencionarlo, la UNESCO aprobó esta monstruosidad y ahora, se supone que todo el mundo debería cambiar la historia y aceptar que ambas tumbas, son monumentos sagrados islámicos. Hasta el momento, no he sabido que el Papa, la Iglesia Católica o alguna Iglesia Evangélica, haya alzado su voz por esta aberrante deformación de la Santa Biblia en que todos ellos creen, aceptando al respecto, nuestra versión judía.

Pero, queridos amigos, esto no es todo. Eufórico, Abbas y su pueblo han solicitado que el Kotel, sí, el Muro de los Lamentos, lo más sagrado para el pueblo judío, también sea declarado parte  de la tradición musulmana, por lo que debería ser reconocido como parte integral de la Mezquita Al Aqsa, desconociendo que ésta fue construida sobre las ruinas del Segundo Templo.

Así, los restos del Segundo Templo, construido por el Rey Herodes, destruido por los romanos y que fue construido sobre las ruinas del Primer Templo del Rey Salomón, nunca fueron patrimonio del pueblo de Israel, ya que Mahoma, que murió el 632 e.c. dejó a su caballo Buraq, en el Monte del Templo durante su sueño en que viajó desde la Meca a la Mezquita Al Aqsa, olvidándose que ésta fue terminada de construir el año 705 e.c., fecha en que la inauguró el Califa Al-Walid.

Unos minutos imaginarios del caballo Buraq, tienen más valor que la historia, la cual nos indica que en el Monte del Templo estuvieron el Primer y Segundo Templo y, lo más inaudito de todo, es que la UNESCO estuvo dispuesta a aceptar la teoría palestina, siendo desbaratada dicha aberración histórica, religiosa, tradicional y real, sólo por las miles de cartas que llegaron hasta dicho organismo en un tiempo increíblemente breve, manifestando el absoluto rechazo a tan macabro disparate.

Se salvó el Papa Francisco de que también los palestinos solicitaran a la UNESCO la tuición de El Vaticano, ya que, hasta donde se sabe, Israel no tiene tuición alguna sobre dicho mini-Estado.

David ben Jaim