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LEÓN OPALÍN PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

Los apuñalamientos sistemáticos de los palestinos contra israelíes desde el inicio de octubre pasado han logrado su objetivo fundamental: crear zozobra entre la población de Israel, ello a pesar de que el número de víctimas judías ha sido limitado.

Los medios de comunicación masivos árabes y de varios países, principalmente de Europa, también han contribuido a ello, acusando a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de “matar a sangre fría” a jóvenes palestinos cuando estos cometen actos terroristas. Los recientes asesinatos realizados por los palestinos han sido alentados por los líderes de la Autoridad Palestina (AP) que gobierna en Cisjordania y por los de Hamás que lo hacen en la Franja de Gaza.

Asimismo, el gobierno de los Ayatolas de Irán y sus aliados en Líbano, Hezbolá, y recientemente, el Estado Islámico (EI), se han involucrado en la “guerra de los cuchillos”; esta última organización terrorista no tiene una presencia importante en Cisjordania y en Gaza, empero, ha proclamado que ningún judío permanecerá en Jerusalén. El EI en diversas ocasiones ha lanzado cohetes desde el Sinaí a territorio israelí: Hamás se ha opuesto a ello, en virtud de que teme que las FDI  tomen represalias como en el verano del 2014, cuando desataron una ofensiva de gran envergadura en Gaza para frenar el lanzamiento masivo de cohetes a Israel y destruir la red de túneles que Hamás había construido para penetrar a territorio israelí.

Los líderes de la AP y de Hamás han incitado a los jóvenes palestinos, muchos de ellos adolescentes, a acuchillar y atropellar con sus vehículos de manera indiscriminada a los israelíes; como pretexto principal para estos actos terroristas han difundido un supuesto cambio del status de la Mezquita de Al-Aqsa, en el Monte del Templo, en Jerusalén, que permitiría a los judíos rezar en este sitio; las autoridades de Israel han mencionado en repetidas ocasiones que no tienen intenciones de modificarlo. Paralelamente la AP incitó a palestinos para que quemaran la Tumba de José, lugar sagrado para los judíos en Nablus (Shejem), buscando remarcar que existe un conflicto religioso con los judíos.

La propagación del odio de los palestinos contra los judíos a través de las redes sociales ha tenido eco, porque los palestinos desde tierna edad han sido adoctrinados en el mismo en escuelas, mezquitas y en sus hogares. La AP y Hamás buscan crear el caos en Israel para que la comunidad internacional los ayude para obtener concesiones territoriales de este último; igualmente, Hamás pretende desestabilizar a la AP para gobernar Cisjordania.

El odio de los palestinos a los judíos no deriva de la “desesperación y pobreza” de los primeros, las raíces de este sentimiento han sido transmitidas  a los líderes palestinos durante varias generaciones, incluyendo a los que actualmente están en el poder; desde el final de la década de los treinta del siglo pasado. Ciertamente, el Muftí de Jerusalén (Jurisconsulto Musulmán Suni, intérprete de la Ley Islámica con autoridad para emitir fatuas locales), Hajamin al-Hussein, que ejerció esta función entre (1921-1948), Presidente del Consejo Supremo Musulmán (1922-1937) y fundador del Movimiento Palestino y de la OLP-Fatah, conocida hoy como AP, tuvo una influencia decisiva en la creación del sistema de los “campos de la muerte” de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

El Mufti llegó a Berlín, Alemania, en 1941 y se entrevistó con Adolfo Hitler y posteriormente con Adolfo Eichman (director y administrador de los “campos de la muerte”); poco después de estas reuniones se celebró la Conferencia de Wannsee en la que los nazis decidieron crear los campos como solución final al problema judío. En este sentido, el Mufti contribuyó a que los nazis cambiaran su proyecto original, que consideraba expulsar a los judíos de Europa, por el de exterminarlos, “no queríamos expulsarlos y, sobre todo, no los queríamos en el Mandato Británico de Palestina”.

El testimonio de Dieter Wisliceny, brazo derecho de Eichmann, en los Tribunales de Guerra de Núremberg, terminada la Segunda Guerra Mundial, puso de relieve el papel del Mufti en la creación de los campos. Analistas militares de Israel consideran que la guerra de los cuchillos, de los atropellamientos, y el lanzamiento de piedras y bombas a los israelíes, no constituyen una intifada (rebelión) popular de los palestinos; no obstante, que la AP es rector de estos actos terroristas, aún sigue vigente la cooperación de seguridad entre ésta e Israel.

La violencia de los palestinos contra los judíos ha tenido serias repercusiones sobre los primeros, ya que ha implicado un gran despliegue de fuerzas de seguridad de Israel en Jerusalén Este y en Cisjordania, aislándolos entre ellos y limitando su acceso para trabajar en Israel. El gobierno de Israel ha agilizado legalmente la destrucción de casas de los parientes de los terroristas palestinos y la negación de los beneficios sociales que reciben como residentes de Jerusalén y sus alrededores.

El presidente de EUA ha expresado que no cree que las pláticas de Paz entre israelíes y palestinos puedan reanudarse durante lo que resta de su mandato (final del 2016); a su vez, el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, señaló en su reciente visita al Presidente Obama, que está vigente la solución de dos Estados, uno judío y otro palestino, e incluso manifestó que estaría dispuesto a realizar concesiones territoriales a los palestinos en Cisjordania, siempre que Israel mantenga la seguridad del futuro Estado Palestino; lo que desde el punto de vista político no sería aceptable.

Por su parte, Obama reafirmó a Netanyahu que EUA seguía comprometido con la seguridad de Israel; no obstante, aprobó un acuerdo nuclear con Irán que supuestamente evitaría que este país pudiera fabricar armas nucleares; Israel piensa que la amenaza nuclear pone en peligro su existencia. Después de todo, analistas políticos evalúan a Obama como un presidente antiisraelí, quien en general, acentuó la inestabilidad del Medio Oriente. Su política externa en general ha sido desastrosa, abriendo paso a que Rusia tenga una mayor influencia en la región, lo que no necesariamente se refleja en beneficio de Israel.