En la Conferencia de Israel para la Paz auspiciada por el diario israelí Haaretz, Martin Indyk explicó por qué considera que el proceso de paz entre israelíes y palestinos nunca se recuperó del asesinato del Primer Ministro Yitzhak Rabin. Sin embargo, expresó su esperanza de alcanzar una solución al conflicto en nuestra generación.

A continuación, presentamos la traducción de la entrevista completa a Martin Indik realizada por la corresponsal de Haaretz Aimee Amiga:

Usted se desempeñaba como embajador de Estados Unidos en Israel cuando el Primer Ministro Yitzhak Rabin fue asesinado. ¿Cómo el asesinato cambió el enfoque de la unión americana sobre el proceso de paz?

Bueno, en ese momento generó un mayor compromiso, ya que el Presidente Clinton siente una gran responsabilidad por el legado de Yitzhak Rabin para intentar terminar lo iniciado. A través de los años y hasta nuestros días, como pudiste observar en el evento de conmemoración en la Plaza Rabin, el Presidente Clinton sigue comprometido a lograr la paz integral que el Primer Ministro Yitzhak Rabin pretendía alcanzar.

¿Qué ha sucedido con los otros gobiernos estadounidenses? ¿Cómo influyó el asesinato en su enfoque sobre el proceso de paz?

Yo no creo que el Presidente Bush tenía la misma percepción. Bush no tenía ninguna relación con Yitzhak Rabin, así que inició su mandato pensando que todo esto era una pérdida de tiempo. Clinton estaba desesperado por lograr un acuerdo y él decidió no seguir adelante hasta el último año de su cadencia, pero en ese momento el proceso no tenía el mismo impacto.

¿Usted considera que el asesinato eliminó también el proceso de paz?

Por supuesto, no cabe duda que las cosas se deterioraron dramáticamente desde ese momento. El proceso de Oslo nunca se recuperó. Esa no es la única razón, pero este marco inició un proceso que ha sido imposible continuar. Actualmente existe una creciente desconfianza entre las partes sobre las intenciones de la otra. Cada lado está convencido de que el otro no es un socio para la paz. El enfoque de Rabin que insta a una separación en base al respeto hacia el otro ha sido destruido.

Entonces, ¿considera usted que se hubiese logrado la paz si Rabin seguiría entre nosotros?

Eso es algo que no podemos saber, pero considero que junto con Shimon Peres,Rabin logró fomentar un tipo de confianza con Arafat, aunque él era una especie de cliente interesado. Sin embargo, Rabin y Peres hallaron una forma de relacionarse con Arafat, y él poseía la legitimidad de hacer los compromisos necesarios para lograr un acuerdo. En ese sentido, tenían una verdadera cooperación elemental para alcanzar un acuerdo. Así que yo pienso que Rabin hubiese terminado el proceso de Oslo y quizás habría logrado un acuerdo final.

De cualquier manera, hubiese firmado el trato con Siria que negociábamos secretamente entonces. Es por eso que fui enviado como embajador de Estados Unidos, para negociar ese pacto. De haberse logrado, toda la dinámica entre los israelíes y los palestinos hubiese cambiado. Yitzhak hubiese estado bajo una tremenda presión para lograr el pacto.

Usted es probablemente uno de los funcionarios americanos con mayor experiencia en intentar lograr un acuerdo entre Israel y los palestinos. Ya que no se han logrado grandes avances en este ámbito, ¿acaso ha renunciado a la posibilidad de lograr un acuerdo en nuestro tiempo?

Yo nunca renuncio a ello.

Existe una esperanza.

La idea es no renunciar jamás, ya que la alternativa no lleva a nada. Esa no es la receta para ningún tipo de solución. No hay alternativa a la solución de dos Estados. El tipo de violencia crónica con erupciones de guerra condena a los israelíes a un futuro sombrío. Esta es otra razón por la que no debemos renunciar.

Estados Unidos está comprometido a garantizar la seguridad de Israel a través de una paz segura, porque de otra manera no hay una verdadera seguridad. Así que no renunciaremos pero por el momento es muy difícil saber qué hacer cuando por una lado tenemos un líder palestino que carece de legitimidad para hacer los compromisos necesarios y por el otro tenemos un primer ministro en Israel que mantiene que la única solución es mantener el control de los territorios para un futuro previsible.

¿Entonces, en su opinión, qué camino habría que seguir?

Creo que antes que nada debemos preservar la solución de dos Estados porque sin ella terminaremos en un muy mal lugar. Y se acerca el momento en el que será imposible revertir el proceso de los asentamientos y la anexión del 60 por ciento de Cisjordania que hará imposible poner en práctica la solución de dos Estados.

Por lo tanto, creo que es muy importante adoptar medidas que faciliten la negociación del territorio por parte de Israel y tratar de conseguir el apoyo de la comunidad internacional para una solución de dos Estados. Involucrar a los países árabes para hacer la paz bajo el marco de una solución de dos Estados a fin de lograr un enfoque de abajo hacia arriba y de afuera hacia dentro que genere esperanza.

Muchas gracias por su tiempo.

Fuente: Haaretz

Transcripción y traducción: Esti Peled

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