Adrienne Gold es originaria de Toronto, Canadá; al principio de su carrera, trabajó como especialista en imagen para la televisión durante diez y siete años, teniendo más de cuatrocientos programas.

El 9 de diciembre tuvimos la oportunidad de entrevistarla antes de su conferencia “Eat, Pray and Shop”. Nos platicó de su vida y experiencias: “ Al terminar de estudiar, me encontré en la industria de la moda. Durante muchos años, trabajé como consultora en administración para esta industria. Eventualmente me encontré trabajando en la televisión, actualizando lo relacionado con la moda. Me convertí en una persona que aparecía regularmente en programas de modas, hasta que tuve mi propio programa.

Por casi cuatrocientos episodios me convertí en la anfitriona de un programa de belleza, estilo y moda. Al mismo tiempo en encontré estudiando más y más acerca de mi historia judía. Llegó el momento en que está una más interesada en cuestiones de contenido y menos en cuestiones de estilo.

Tenemos que tomar en cuenta que nuestras niñas reciben más imágenes en el curso de un día que lo que nuestras abuelas recibían en toda su vida. Lo que entra en nuestro cerebro crea un patrón. Al ver las imágenes, nos comparamos a nosotras mismas con las imágenes.

Tenemos que recordar que en los años que yo trabaje en la industria de la moda, especialmente como estilista, aprendí a manipular imágenes y a mostrar cosas que no existen. Como resultado, tanto las mujeres jóvenes como las adultas se comparan con una irrealidad. La mayoría de lo que ves en anuncios en la televisión o en anuncios de moda, son el resultado de photoshop, el resultado de distintas formas de manipular la realidad visual. El propósito de hacerlo es que tú y yo nos sentamos mal acerca de nosotras mismas. Al sentirnos así, lo que hacemos es salir y comprar cosas para nosotras, para con esperanza mejorar nuestra autoestima.

En problema con la autoestima es que nunca se supera con mejorar el físico. El mundo nos da el mensaje que sí se puede lograr, lo cual hace realmente imposible que estas mujeres dejen de compararse con las imágenes que ellas ven.

Es algo que quiero cambiar ¿Por qué? Porque, originalmente, yo creé esas imágenes, creé el ambiente de baja estima.

Lo que quiero hacer es hacer entender a las niñas que lo que ven no es la realidad. Tratar de enseñarles a que se enamoren de la verdad, que entiendan que está muy bien si pasas una hora haciendo ejercicio, mientras pases una hora y cinco minutos trabajando en tu yo interior.

La belleza viene del interior. En este tiempo en que estamos celebrando Janucá, vamos por jen (brillo) no yofi (belleza). Yofi es la forma griega y Jen la forma judía de ser. Hay mucha gente que es físicamente muy bella, pero su interior no es bello; con el tiempo, la belleza ya no importa.

Muchas veces conocemos a personas a las que no encontramos atractivas de inmediato; en el momento en que llegamos a quererlas, no podemos dejar de mirarlas.

Tenemos que enseñarles a las jóvenes a que se vean más que solo como un cuerpo. La forma de hacerlo es que cristalices la realidad de su alma. Enseñarlas a amar su alma, que lleguen a vivir amándola, que gasten la mayor energía en ello ; de esa forma bajará el deseo de verse solamente como un ente físico”.