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Reviviendo el historico encuentro entre Am Israel y Eliahu Hanavi (el pueblo judio y el profeta Elias) en el Monte Carmel, hace 3500 años.

SERGIO BACARI

La mejor forma de ver es cerrando los ojos e imaginar, mirar con todos los sentidos. Eso es lo que hice cuando me paré en la cima del Monte Carmel y me puse a imaginar aquel famoso momento.

Israel es un sinfín de lugares como éste y jamás me cansaré de salir a buscarlos para revivirlos. Ya les traje en la página (Un bacari suelto en Israel, muy recomendable) más de 50 lugares así y les juro que tengo en el baúl de viajes hechos o por hacer cientos de lugares más, quien quiera, los revivirá conmigo, están todos invitados!

Elías (אליהו) fue sin dudas uno de los más interesantes y extremistas de todos los profetas de Israel. Su fanatismo por Di”s lo transformó en un profeta justiciero y moral que defendió a Di”s también severamente cuando hizo falta.
El monte Carmel (כרמל), que está ubicado entre el Valle de Jezreel (עמק יזרעאל) y el mar Mediterráneo estuvo destinado a ser abundante en árboles y plantas desde siempre. Hoy está habitado por la ciudad de Haifa al norte del país. Los profetas Miqueas (מיכה) y Isaias (ישיהו) lo describen como un paraíso de la flora, como tierras que formaban parte de las más fértiles del reinado. Cuando el profeta Jeremías (ירמיהו) quiere demostrarle al pueblo judío que son desagradecidos les trae como ejemplo esta montaña, mostrándoles cuánta riqueza hay en la zona.
Al hacerse la repartición de territorios a las tribus al entrar a la Tierra Prometida, esta montaña le pertenecio a la tribu de Asher y era el límite con la tribu de Menashe, la primera ocupaba toda la costa hasta Sidón.
Porque se lo llamó Carmel? Es la fusión de las palabras Kerem y El, es decir, tierra bendecida para la viña. Su altura la transformó muchísimos siglos en un lugar al cual se escalaba para realizar cultos, no precisamente de judíos, sino de otras religiones como Canaanitas o Bahai que hasta hoy día tienen allí su principal Iglesia – Mezquita. La altura de este monte los acercaba un poquito mas a Di”s según las creencias.
En medio de la gloria militar y política del Rey de Israel Ajab (אחאב), allá por el año 850 A.C, aparece en la Mikrah un personaje anónimo llamado Elías quien le trae al Rey un mensaje con una sola palabra: “Sequía”. Elías todavía no era considerado un profeta, había llegado desde muy lejos sin ser enviado de Di”s para un doble desafío, uno contra el rey Ajab y otro contra su Di”s de la lluvia. Antes que Ajab reaccione, Elías desaparece de la Mikrah.
La historia nos cuenta que Elias fue enviado por Di”s a esconderse en el río Querit,cerca de Jordania y después a Francia (Líbano de estos dias) donde en Su nombre hace los primeros milagros con una señora viuda.
Pasan tres años de sequías y Elías vuelve al rey Ajab. Al encontrarlo, el rey no puede contener su enojo, la sequia le había traído una crisis económica, y trató al profeta con desprecio subestimándolo con una pregunta:
-“Fuiste tu el responsable de este caos?!
Elias le contesta sin miedo que quien trajo la sequía fue el verdadero Di”s y no el Dios de las lluvias del rey. Elias quiere comprobar su teoría y le propone a Ajab reunir a todo el pueblo judío en el Monte Carmel, a los 450 profetas de Baal y a los 400 de Oshra y así tratara él de convencer a todos que Di”s es uno solo. El rey acepta el desafío y se juntan todos en el Monte Carmel.
Cerré los ojos y seguí imaginándome lo que nos cuentan los libros. Imaginaba a Elías hablándole a todo el pueblo judío reunido allí abajo preguntándoles lo siguiente:
-“Hasta cuando creerán en varios Dioses???!!!
Me imaginaba el silencio de las miles de personas allí abajo, silencio de verguenza o quizás por reconocer que Elías tenía razón?
Elias sabia que para convencerlos debía hacer un milagro, y propone una competencia entre él y los demás profetas.
Les pide traer un toro al altar para que el Dios de ellos y su poder le prenda fuego. Me imagino a los profetas construyendo el altar y que esperan a su Dios en vano, no lo consiguen, y yo sonrío. Luego viene la escena de Elias riéndose de todos ellos diciéndoles:
-“Hay que levantar de la siesta a su Dios!”
Llegado el turno de Elías de comprobar si su Di”s prenderá fuego a su toro en el altar, para ello lo reconstruye, junta 12 piedras como el número de las tribus, hace un canal alrededor, acomoda la leña y sacrifica un toro. Antes de llamar a Di”s les pide a sus ayudantes, mojar con agua cada una de las leñas, 12 jarros llenos de agua para simbolizar la unión entre todas las tribus de Israel. Entonces le pide al Dios de Abraham, Isaac e Israel que haga el milagro.
Y este llega!
La próxima imagen, ya con una sonrisa enorme en mi cara, veo al pueblo de Israel shockeado unos minutos para luego comenzar a gritar:
– “Adonai Hu Haeloim !” Juro que hasta hoy retumban esas voces al estar parado allí.
Esta pequeña oración que entrará en los rezos de Iom Kipur (el Día del Perdón) es una de las tantas que recuerdan este día en el Carmel y es la frase que me acompañará mientras baje feliz de la montaña.
Para terminar el paseo de la mejor manera, la lluvia me acompañó toda la bajada, yo miraba al cielo y le preguntaba a las nubes si me estaban haciendo una broma desde allí arriba, pues de ser así, se trataba de una broma muy pesada ja ja ja. Y el agua de la lluvia de aquel día de hace 3500 años terminó la sequía en Israel, y ese mismo agua me llevó empapado hasta mi auto, mojadísimo pero otra vez feliz para programar el próximo paseo en busca de los cuentos de la Biblia.

Fuente:elfaro-israel.com