ISRAEL – Cuando se trata del Estado de Israel, las Fuerzas de Defensa de Israel deben ser una entidad sagrada para nuestro pueblo.

Tzahal

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Es probable que el adagio sobre dos judíos y tres opiniones siga siendo una realidad perpetua para nuestro pueblo. Hay espacio para opiniones de izquierda y de derecha, tanto si estamos de acuerdo como si no, siempre y cuando esos ideales se basen en la lealtad y la justicia. Sin embargo, hay ciertas opiniones que no se pueden aceptar: las enraizadas en el engaño, con intención de causar daño, aunque se presenten bajo apariencia de preocupación legítima. Las opiniones que conducen a acciones que atentan contra la seguridad y el bienestar de Israel y el pueblo judío no pueden ser bien acogidas, ni se les puede dar credibilidad, mucho menos apoyo financiero, por quienes creen en Israel como nación judía. 

Las acciones que tratan de socavar a los hombres y mujeres que sirven en el ejército israelí; que llevarían a detener ciudadanos israelíes en países extranjeros y ser acusados ​​de crímenes de guerra; que verían a Israel ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, son inaceptables. 

Además, aquellas que alientan y apoyan el boicot a Israel, pintando al país y su gente como nación y pueblo apartheid, no pueden considerarse beneficiosas de ninguna manera, ya que sólo ayudan a que Israel parezca ilegítimo en los organismos mundiales y el tribunal de la opinión pública. 

Esto, por supuesto se relaciona con el debate en curso en Israel sobre la ONG Shovrim Shtiká – Rompiendo el Silencio, y su principal benefactor en Estados Unidos, el Fondo Nuevo Israel. Rompiendo el silencio, se ha revelado recientemente, está financiada simultáneamente por entidades palestinas que se oponen a la existencia del Estado judío. 

En mayo de 2015, Rompiendo el Silencio presentó 57 testimonios contra soldados de las FDI para un informe que pretende demostrar que Israel no sólo utilizó fuerza excesiva durante la Operación Margen Protector de 2014, sino que se enfocó cruelmente en mujeres, niños y no combatientes palestinos. 

También se ha revelado que el informe fue en parte por encargo de la Fundación Palestina Los Derechos Humanos y la Secretaría de Derecho Internacional Humanitario, que operan en Ramallah. La Secretaría señaló en un informe publicado en 2015 que pagó a Rompiendo el Silencio para que le trajera testimonios contra el ejército israelí. 

Además, Hamas, en no menos de nueve eventos celebrados en todo el mundo, utilizó el informe de Rompiendo Silencio para promover la idea de acusar a los israelíes de crímenes de guerra. Dos se llevaron a cabo en Escocia, bajo los auspicios del MAPA (Ayuda Médica para Palestina) y el Partido Nacional Escocés anti-israelí. Otros eventos tuvieron lugar en Zurich, Luxemburgo, Madrid, y en varios lugares en los Estados Unidos, bajo la bandera del Fondo Nuevo Israel. 

A raíz de la intensa promoción de grupos apoyados por Hamas, el mes pasado un reservista del ejército israelí que sirvió en la Operación Margen Protector fue detenido por acusaciones de crímenes de guerra después de aterrizar en Gran Bretaña en viaje de negocios. Fue puesto en libertad después que interviniera la embajada de Israel, pero el caso confirmó que los grupos están trabajando duro para exponer a los ciudadanos israelíes al escrutinio internacional. 

La semana pasada, 20 soldados de combate de las FDI iniciaron una campaña para instar a los donantes de los grupos que se oponen a las FDI – y financiados por el Nuevo Fondo de Israel en los Estados Unidos – a reconocer el daño que su dinero está causando. Las cartas se entregaron a más de 100 de los principales donantes del Fondo Nuevo Israel, incluyendo a Barbara y Eric Dobkin, Murray Koppelman, la Fundación Leichtag, el Fondo Comunitario Judío, y el rabino Gordon Tucker del Templo Israel de White Plains, Nueva York.

Ofreciendo el beneficio de la duda, la carta indicaba que “el objetivo que ustedes persiguieron con su donación era apoyar organizaciones sionistas y que trabajan por los derechos humanos y en contra de actividades antidemocráticas.  Ustedes apoyan organizaciones que creen que trabajan por un mundo mejor, más sano, más democrático, y un Israel más moral”. 

Llamaban a estos donantes a utilizar su influencia para exigir que el Fondo Nuevo Israel cese y desista de apoyar organizaciones que difaman a soldados de las FDI, en Israel y en todo el mundo. Entre ellas organizaciones como Breaking the Silence, B’Tselem, Yesh Din, el Comité Público contra la Tortura en Israel (PCATI), Gisha – Centro Legal para Libertad de Movimiento, y Machsom Watch.

“No se puede ignorar que el ministro de Defensa Moshe Ya ‘alon prohibió la entrada de Rompiendo el Silencio a todas las bases de las FDI, y el ministro de Educación Naftali Bennett anunció que prohibió la entrada de Rompiendo el Silencio a todas las escuelas. 

Dentro de la comunidad judía de Estados Unidos no faltan opiniones. Hay cuestiones de religión sobre las que discuten nuestros rabinos y líderes. 

Cuando se trata del Estado de Israel, sin embargo, las Fuerzas de Defensa de Israel deben ser una entidad sagrada para nuestro pueblo. Cuando el trabajo deslegitima al Estado de Israel, busca tener a sus ciudadanos amenazados mientras viajan por el mundo, y causan que los militares sean cualquier cosa menos una fuerza de defensa y seguridad frente a los enemigos de Israel, es que perjudica al Estado judío. Es hora de que los donantes del Fondo Nuevo Israel detengan la financiación de los enemigos del Estado judío. 

George Birnbaum es un ex jefe de gabinete del primer ministro Benjamin Netanyahu. Hank Sheinkopf, CEO de Sheinkopf Comunications, es un estratega político que ha trabajado en campañas en cuatro continentes. Sus clientes han incluido el ex presidente Bill Clinton. Ronn Torossian es CEO de una agencia estadounidense de relaciones públicas entre las 20 mejores, y autor de Para publicación inmediata.

Fuente: The Jerusalem Post / GEORGE BIRNBAUM, HANK SHEINKOPF, RONN TOROSSIAN

Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México

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