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Estados Unidos paga un rescate exagerado por la liberación de cuatro inocentes.

THE WALL STREET JOURNAL


Ahora sabemos que Jason Rezaian, el corresponsal del Washington Post, y otros tres estadounidenses eran rehenes retenidos por Irán a cambio de concesiones de Estados Unidos, en caso que hubiera alguna duda. Y el sábado nos enteramos el precio del rescate: u$s100 mil millones como parte del acuerdo nuclear  y un intercambio de prisioneros iraníes que violaron las leyes de Estados Unidos.

La oportunidad de la liberación de los estadounidenses el sábado por parte de Irán no es un accidente. Este fue también el día de implementación del acuerdo nuclear, cuando fueron levantadas las sanciones de Naciones Unidas sobre Teherán, lo que significa que más de $100 mil millones de dólares en activos congelados fluirán pronto hacia Irán y el régimen obtendrá un estímulo a partir de nueva inversión y ventas de petróleo. Los mulas no se estuvieron arriesgando y retuvieron a los rehenes hasta que se borraron los controles diplomáticos del Presidente Obama.

Estamos tan aliviados como cualquiera de ver a cuatro estadounidenses viniendo a casa, aunque no hubo base legal para sus arrestos. El Sr. Rezaian había sido retenido desde julio del 2014 y fue condenado sin pruebas el año pasado por espionaje. Los otros estadounidenses-iraníes puestos en libertad incluyen al ex marine Amir Hektami, el pastor cristiano Saeed Abedini y Nosratollah Khosravi-Roodsari, un doble ciudadano cuya detención no fue informada anteriormente.

Pero los iraníes negociaron un precio exagerado para su libertad. La Casa Blanca aceptó indultar o retirar los cargos contra siete nacionales iraníes acusados por crímenes en Estados Unidos, en su mayoría por violar las sanciones diseñadas para retardar los programas militar o nuclear de Irán. Irán obtiene de regreso a los hombres que estuvieron ayudando a sus ambiciones militares mientras que nosotros obtenemos inocentes. Esto es similar a los intercambios de prisioneros desequilibrados que hizo previamente Obama con Cuba por Alan Gross y con el Talibán por el presunto desertor Sargento Bowe Bergdahl.

Estados Unidos no resolvió el caso de Robert Levinson, un ex agente del FBI que desapareció en Irán en el año 2007. Irán afirma que no sabe dónde está. Irán también se negó a liberar a su más reciente rehén, el ejecutivo de la industria petrolera Siamak Namazi, quien fuera detenido en octubre y acusado de espionaje aunque no ha sido presentado ningún cargo. Quizás él será retenido para algún rescate futuro.

El gobierno de Obama también acordó dar de baja los nombres de 14 nacionales iraníes de una lista de vigilancia de la Interpol. Muy notable es el CEO de Mahan Air, una aerolínea iraní sancionada por transportar a miembros de los Guardias Revolucionarios de Irán que son sospechosos de transferir armas al régimen de Bashar Assad.

El intercambio de prisioneros ayuda a resolver el misterio del giro del gobierno de Obama en diciembre acerca de nuevas sanciones contra el programa de misiles balísticos de Teherán. Los mulas han probado dos veces misiles de largo alcance en violación de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU desde que fue firmado en julio el acuerdo nuclear.

La Casa Blanca dijo al Congreso en diciembre que estaba preparando sanciones contra 12 entidades involucradas supuestamente en el programa de misiles balísticos, luego se desdijo en forma abrupta el mismo día. La administración nunca explicó la media vuelta y negó que la dilatación fuera política.

Pero Reuters informó el sábado que Estados Unidos renunció a actuar después de que “el ministro del exterior iraní, Javad Zarif advirtió al secretario de estado estadounidense, John Kerry, que la medida podría hacer descarrilar un acuerdo de prisioneros que habían estado negociando las dos partes en secreto durante meses”.

El domingo, con los estadounidenses en casa, Estados Unidos siguió adelante con sanciones muy limitadas contra 11 entidades e individuos por adquirir componentes para el programa de misiles, pero Irán ha prometido acelerar su despliegue de misiles en cualquier caso.

Todo esto muestra que el acuerdo nuclear ya está acabando como predijeron los críticos. Occidente andará con cautela en desafiar las ambiciones militares no nucleares y regionales de Irán para que éste no reniegue de sus promesas nucleares. Irán ha mostrado nuevamente al mundo que tomar rehenes estadounidenses mientras Barack Obama es presidente, puede devengar una ganancia diplomática y militar inesperada.

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México