EDUARDO HADJES NAVARRO PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Queridos amigos, tenemos muy claro que la hipocresía ha llegado a niveles inimaginables y el doble estándar es, simplemente denigrante y aberrante, pero, ¿tendrá un límite?

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Si cualquier día leemos o escuchamos las noticias referidas a Siria e Irak, principalmente, debiéramos asombrarnos cómo se han trastocado los más elementales conceptos de decencia periodística y, lo más grave, es que ya no nos llama la atención e incluso, es posible que ni siquiera nos demos cuenta de ello.

Nos encontramos con noticias simplemente horrorizantes, que nos llevan a reflexionar sobre los niveles de crueldad que se están alcanzando y cómo, las grandes potencias, están interviniendo, acorde a sus intereses y no de las naciones involucradas, celebrando sus “éxitos” en bombardeos indiscriminados.

Mencionaremos Alepo, aun cuando podríamos haber elegido cualquier otra ciudad, donde sus habitantes están siendo masacrados sin ningún pudor. Aviones rusos, apoyando al Presidente Bashar al Assad la bombardean, destruyendo “bases terroristas”, dando muerte a 40 rebeldes. Si continuamos leyendo, nos enteraremos que entre los lugares bombardeados, figura un hospital, dos escuelas y una mezquita. Todo esto, como que no tuviera mayor importancia, ya que desde esos lugares, se disparaba contra las tropas leales a Al Assad. Se comprende que por ningún motivo, se mencionarán los muertos civiles.

¿Es legítimo que se dispare contra un colegio, sin importar los niños que están en dicho recinto, porque desde ese lugar, se estaba disparando contra soldados gobiernistas?

Antes que te respondas a esta pregunta, estimado lector, quisiera recordarte que cuando hemos visto los conflictos entre los terroristas de Hamás y el Estado de Israel, permanentemente Hamás utilizó escuelas, hospitales, mezquitas y hogares donde se retenía a la fuerza a sus ocupantes, para atacar a civiles israelíes. Israel, al detectar el lugar desde donde se efectuaban los disparos de morteros y cohetes, disponía sus baterías o sus aviones para eliminar dichos focos (lo mismo que hace hoy Rusia, EE.UU, Inglaterra, Francia y todos los países que están interviniendo en los múltiples conflictos de Medio Oriente y África) ya que eso resulta elemental en un conflicto armado.

Aquí nos encontramos con grandes diferencias: A.- Cuando es la aviación israelí la que está actuando, si detecta que el lugar desde donde se dispara, es una escuela o un hospital, donde están circulando civiles, se detiene el ataque, si al momento de detectar esto, aun no se ha efectuado el disparo. B.-  Si el disparo se efectuó, la prensa internacional, se apresurará a mencionar las víctimas civiles, destacando especialmente si había mujeres y niños entre ellos, ignorando absolutamente las bajas terroristas, en este caso, llamados milicianos.

Se comprende que de inmediato, se presentarán los respectivos reclamos por parte de gobernantes horrorizados, por la crueldad israelí de disparar contra una escuela, careciendo de importancia que la habían transformado en una base de cohetes y los organismos internacionales, aprobarán, incluso antes de tener los antecedentes respectivos, a la aviación y al gobierno israelí, por “la masacre” cometida, lo que viola, en este caso, los más elementales “derechos humanos”.

De esta manera, nos encontramos que cuando son rusos o americanos o integrantes de la coalición los que bombardean la escuela, lo único importante es la cantidad de “terroristas” que “murieron”, mientras que cuando es Israel el que ataca, sólo importan los civiles “asesinados” sin importar los terroristas y, por añadidura, mientras los primeros tienen plenamente justificado atacar la escuela, los israelíes están violando todos los principios éticos, morales, de guerra y cuanto se pueda inventar, no importando en un caso que se trata de una escuela, mientras para los segundos, es un antecedente fundamental, que obligaría a Israel a permitir que continúen disparando tranquilamente contra sus civiles, sin derecho a defenderse, lo que marca una nueva gran diferencia, ya que mientras estos últimos, actúan para defender a su población, los otros lo hacen para satisfacer las necesidades de predominio que sus respectivos gobiernos quieren establecer.

Ningún ruso, americano o inglés, está siendo amenazado por los disparos efectuados desde esa escuela, mientras cientos de israelíes están expuestos a la muerte por los disparos de Hamás.

Muchísimos otros casos se podrían mencionar hoy, pero, por ser todos ellos, alineados en la misma contradicción y discriminación, sería repetitivo. Lo que nos queda claro, una vez más, es que, cualquier cosa que haga Israel para proteger a su población civil, será condenada con el máximo de energía, mientras que, cualquier cosa que las otras naciones del mundo efectúen, será aplaudido, justificado y celebrado, como el mayor de los éxitos y como muestra indesmentible, del cumplimiento de los “grandes” cuando se han comprometido defender a sus aliados.

Luego de esto, nos preguntamos ¿Por qué está cundiendo la violencia y el terrorismo en nuestros días? ¿Será posible que sólo nosotros, los judíos vemos tan indigna y repugnante discriminación? ¿Creerán algunos que aún estamos en la Edad Media o en la euforia nazi, en que a los judíos y con los judíos, se podía hacer cualquier cosa sin mayores consecuencias?

David ben Jaim