Y los ojos de Abraham veían a los de Isaac, quien veía el cielo. Lágrimas salían de los ojos de Abraham. Tomó el cuchillo para cortarle el cuello lo más profundo posible. En eso, Dios abrió el firmamento y le dijo al ángel: ¿por qué estas parado? Ve y detén a Abraham.

IMG_2870

MARCOS GOJMAN

El Midrash es un método de interpretación de historias bíblicas que va más allá de su simple significado. Llena los vacíos que sólo quedan insinuados en el texto bíblico. Fueron escritos por rabinos en el período posterior al Segundo Templo, con el propósito de analizar y entender pasajes difíciles, como el Sacrificio de Isaac, cuya lectura deja muchas dudas. Un Midrash así lo explica:

“Dios le dijo a Abraham: Toma ahora a tu hijo. Contesta Abraham: Tengo dos hijos, ¿a cuál te refieres? Dice Dios: A tu único hijo. Contesta Abraham: Los dos son hijos únicos, Isaac es el único hijo que tengo con su mamá e Ismael es el único hijo que tengo de aquella que es su madre. Dice Dios: El hijo a quien amas. Contesta Abraham: Los amo a los dos. Dice Dios: Muy bien, entonces a Isaac. ¿Para qué tanto argumento? Para que la mente de Abraham no estuviera aturdida por lo que le iba a pedir: Y ofrécelo allí en sacrificio sobre uno de los montes.

Y Abraham se levantó muy de mañana. ¿Por qué temprano en la mañana? Porque pudiera ser que Sarah se rehúse dejar ir a Isaac. Nos iremos mientras ella sigue dormida. Y él ensilló su asno y tomó consigo dos siervos suyos… Al tercer día alzó Abraham sus ojos y vio el lugar de lejos. Y Abraham le preguntó a Isaac: ¿Ves lo que yo veo? Isaac le contestó: Veo una montaña, radiante y majestuosa, con una nube misteriosa suspendida sobre ella. Y tomó Abraham la leña del sacrificio y la puso sobre Isaac su hijo. Y fueron ambos juntos: uno para atar, el otro para ser atado, uno para sacrificar y el otro para ser sacrificado. Y miedo y terror cayeron sobre Isaac, cuando no vio nada adecuado para un sacrificio. Entonces habló Isaac… y dijo: He aquí el fuego y la leña, más ¿dónde está el cordero para el sacrificio? Abraham dijo: Dios te ha escogido a ti Isaac dijo: Si Él me ha escogido, mi vida es de Él, pero me aflijo por mi madre.

Y lo puso en el altar. Y los ojos de Abraham veían a los de Isaac, quien veía el cielo. Lágrimas salían de los ojos de Abraham. Tomó el cuchillo para cortarle el cuello lo más profundo posible. En eso, Dios abrió el firmamento y le dijo al ángel: ¿por qué estas parado? Ve y detén a Abraham. Entonces el ángel del señor lo llamó desde el cielo y dijo: Abraham, Abraham: ¿Que espantoso acto vas a cometer? Abraham le preguntó ¿Quién eres? Él le respondió: un ángel. Abraham le dijo: Cuando Dios me dijo que sacrificara a mi hijo, Él Mismo habló conmigo. Si ahora quiere otra cosa, Él Mismo debe hablar conmigo. Entonces Dios abrió el firmamento y dijo: Por Mi lo juro. Y Abraham dijo: Acaso no me dijiste: Cuenta las estrellas y así será tu semilla. Y ¿de dónde saldrán? Dios: Saldrán de Isaac. Abraham: Cuando me ordenaste sacrificar a Isaac, debería de haberte contestado: Ayer me dijiste: En Isaac tu semilla será llamada y ahora me dices: Ofrécelo ahora como un sacrificio. Ahora te digo: Cuando los hijos de Isaac pequen y caigan en desgracia, ten compasión de ellos.”

Este no es el único Midrash que trata de explicar por qué Dios le pide a Abraham que sacrifique a su hijo. Algunos lo explican como una prueba para ver si Abraham realmente lo haría. Otros como una declaración de Dios en contra de los sacrificios humanos. Unos más como una prueba de Abraham para ver si Dios cumpliría su promesa de hacer una gran nación. El Midrash es la manera de nuestros sabios de contestar preguntas que no tienen respuesta en el texto de la Torá.

Bibliografía: Sefer Ha Agadah, editado por Jaim Najman Bialik y Yehoshua Hana Ravnitzky.

Fuente:alreguelajat.com