Los trabajadores israelíes cierran hoy, Día del Trabajo, uno de sus mejores años en logros laborales con una sostenida subida del salario mínimo, la concesión de derechos en el sector privado y público, y niveles históricos de pleno empleo.

AGENICA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – “El último año se perfila como un buen año para el trabajador israelí”, afirma el diario progresista Haaretz en su edición digital, en la que hace un resumen de las numerosas leyes que han pasado, o están a punto de pasar, por el Parlamento en beneficio de los trabajadores.

Entre ellas menciona la de la subida del sueldo mínimo a 4.650 shékels (1.094 euros o 1.237 dólares), también el compromiso legal de que hasta el próximo 1 de enero irá subiendo progresivamente hasta los 5.000 (1.176 euros o 1.330 dólares), según un acuerdo de sindicatos y patronal avalado por el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu.

También aparecen subidas salariales colectivas de hasta un 7,5 % en el sector público, y todo tipo de bonificaciones puntuales, así como la introducción de derechos sociales hasta ahora desconocidos en Israel.

Entre ellos menciona la posibilidad para el sector público de trabajar desde casa -un proyecto aún en fase de experimentación-, la concesión de un domingo al mes sin trabajar (el fin de semana es aquí el viernes y sábado), y un proyecto de ley para ampliar en 12 días las vacaciones anuales.

Otras políticas introducidas o a punto de introducirse son la posibilidad de que los autónomos disfruten del seguro de desempleo y de pensión obligatoria.

En cuanto a las mujeres las más beneficiadas son las autónomas que a partir del pasado abril ven potenciados todo tipo de derechos relacionados con la maternidad.

También los padres han obtenido este año tres días adicionales de vacaciones por embarazo de su mujer, que podrán utilizar para acudir con ellas a cualquier revisión médica relacionada.

Los cambios de legislación tienen que ver en gran medida con la entrada en el Parlamento, el año pasado, del partido Kulanu, una escisión del nacionalista Likud que enarboló la bandera social en la última campaña electoral.

Dirigido por el ministro de Finanzas, Moshé Kahlon, las presiones de este partido han arrastrado toda una serie de propuestas de ley para reducir la creciente brecha socio-económica en el país y equilibrar el reparto de la riqueza nacional.

El Día del Trabajo, que hasta la década de los noventa se celebraba en la socialista Israel por todo lo alto, pasa ahora casi desapercibido, aunque los sindicatos aún mantienen su tradicional marcha por algunas ciudades de mayoría trabajadora.

Fuente: La Vanguardia