GIULIO MEOTTI

Erdogan busca crear la imagen de una civilización islámica en aumento una vez más con los turcos actuando como la vanguardia de este resurgimiento.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Recep Tayyip Erdogan tiene gran pasión por las mezquitas. Desde que asumió el poder en Turquía, ha construido 17.000 sitios de oración islámica. El más grande del mundo se encuentra en la colina de Camlica, dominando la parte asiática de Estambul, donde Oriente, en palabras de Cocteau, extiende a Europa “su vieja mano enjoyada”.

El presidente turco se ha comprometido a construir mezquitas en las capitales europeas.

Erdogan busca crear la imagen de una civilización islámica en aumento una vez más con los turcos actuando como vanguardia de este resurgimiento. Diez mezquitas han sido financiadas por los turcos en el extranjero, desde Mali a Moscú; cinco de ellas en el último año. Diez más se encuentran en fase de planificación, incluyendo una en Cambridge, Reino Unido.  

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Mezquita en Camlica

El próximo verano, el Sr. Erdogan estará en Ámsterdam en la inauguración de la famosa “Westermoskee”, la mega mezquita en la ciudad holandesa. 2.500 personas orarán allí cada viernes. Durante veinte años el trabajo ha continuado entre abundante controversia, sobre todo después de que los Países Bajos se vieran sorprendidos por el asesinato de Theo van Gogh. El minarete de 42 metros dominará el río Amstel que atraviesa Amsterdam. “Será la mezquita más hermosa de Europa”, dice con orgullo Selemi Yuksel, uno de los responsables de la misma.

Recientemente, Erdogan financió la mezquita más grande de los Balcanes en Tirana, antes de viajar a EE.UU. para inaugurar una mega mezquita en Maryland. En Gaza, Erdogan se ha comprometido personalmente a reconstruir las mezquitas árabes palestinas dañadas durante la guerra entre Israel y Hamas y utilizadas por los terroristas para disparar misiles contra Israel.

El gobierno turco también está financiando treinta lugares de culto en Suiza. En Bucarest hay una controversia sobre la gran mezquita que los turcos están financiando en la capital rumana.

Para construir estas mezquitas, tanto en el país como en el extranjero, Erdogan ha ampliado el Diyanet, el Ministerio de Asuntos Religiosos de Turquía, que tiene un presupuesto de dos mil millones de euros, igual a doce ministerios combinados, y 120.000 empleados (que eran 72 mil en 2004).

Según ha revelado esta semana el Frankfurter Allgemeine Zeitung, Turquía controla 900 mezquitas en Alemania. Estas mezquitas y los imanes tienen gran influencia en la opinión pública alemana (véase el caso de Jan Boöhmermann, el comediante enviado a juicio por ofender a Erdogan).

En diciembre, la televisión qatarí Al Jazeera  proyectará una película sobre la “Mezquita de West Ámsterdam”. Un par de personas de edad avanzada holandeses pasa delante del edificio en construcción y dice, riendo: “Es hermoso. Nuestra iglesia está cerrando”. Y puesto que Erdogan también tiene un gran sentido de la ironía, el presidente turco decidió construir la mega mezquita en Amsterdam copiando la famosa catedral de Santa Sofía, ese remoto centinela de la civilización occidental, el corazón arrancado del cristianismo en Estanbul cuando cayó en manos turcas en 1453.

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Mezquita en Moscú

En palabras de Erdogan, “los minaretes son nuestras bayonetas, las cúpulas nuestros cascos, las mezquitas nuestros cuarteles”. Europa es la nueva tierra de conversión.

¿Por qué no empezar a construir una mega mezquita en Viena también, donde los turcos fueron derrotados por un ejército cristiano en 1683? 

Fuente: Arutz Sheva – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico