LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Cecilia, una consumada melómana

Cecilia, una querida amiga de mi esposa Jose, asistió al concierto del clarinetista cubano Paquito de Rivera en la Sala Nezahualcóyotl de Ciudad Universitaria el pasado 2 de julio, llegó a su casa después de la media noche. El lunes en la mañana le llamaron por teléfono a mi esposa para comunicarle que Cecilia había fallecido repentinamente en la madrugada del domingo en su domicilio, aparentemente por una caída que la desnucó.

Mi esposa era muy cercana a Cecilia; su amistad empezó hace aproximadamente 13 años cuando se conocieron en una clase de apreciación musical, que hasta la fecha se imparte en la que fue la residencia de Jesús Reyes Heroles, político, historiador y Secretario de Educación, ya fallecido, situada en la calle de Francisco Sosa, frente a la provincial plaza de Santa Catarina, en la delegación de Coyoacán. En la residencia, ahora convertida en casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles, se ofrecen conferencias, cine, teatro, exposiciones de artes plásticas, presentaciones de libros, seminarios, recitales musicales, clases de baile, de apreciación musical, de fotografía, entre otras múltiples actividades.

Cecilia era una melómana en toda la extensión de la palabra: una persona que sentía un amor apasionado por la música, dedicando tiempo y dinero al disfrute de ese arte; no solo amaba a la música, particularmente la clásica, sino que tenía conocimientos profundos sobre los diferentes géneros de la misma, los compositores, los directores y los intérpretes; poseía una amplia colección de videos y discos sobre esos temas. Recientemente nos prestó dos videos: uno sobre la vida de Leonard Berenstein (1918-1990), compositor, pianista, y director de orquesta nacido en Nueva York, y, el otro, de Daniel Barenboim, pianista y director de orquesta nacido en Argentina en 1942, nacionalizado español, israelí y palestino.

Cecilia estudió Sicología, empero, la mayor parte de su vida laboral se orientó a trabajos administrativos. Asimismo, estudió piano, sin embargo, lo suyo era la música y eso no fue gratuito; uno de sus abuelos, militar de carrera, fundó la Orquesta de la Marina, su padre fue director de orquesta y su madre fue una famosa cantante de boleros.

En la clase de apreciación musical Cecilia era la líder natural, apoyaba al maestro sugiriéndole autores a analizar, preparaba y distribuía los materiales para las pláticas; asimismo, todo el mundo recurría a ella en busca de asesoría. Con mi esposa mantuvo un continuo diálogo sobre la música y los autores que la ayudaron a profundizar sus conocimientos sobre estos temas. Frecuentemente iban juntas a conciertos, exposiciones de arte y conferencias. En cada temporada de Verano de la Orquesta Sinfónica de Minería compartíamos con ella los conciertos de la misma. En varias ocasiones comió en nuestra casa, pasamos ratos muy agradables.

Cecilia también iba a clases de arte en el Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE-UNAM); ahí también se imparten cursos de historia, ciencias sociales y literatura dirigidos a todo público. Mi esposa junto con Cecilia tomó un curso de arte que incluyó materias “dedicadas al análisis teórico, formal, estilístico e iconográfico del arte mexicano” y una excursión a la Ciudad de Puebla.

El martes 4 de julio, en la clase de apreciación musical, le hicieron un emotivo homenaje a Cecilia; los alumnos sabían de la cercana relación de esta última con mi esposa, por ello, como si hubiera sido su hermana, le extendieron el pésame. El 7 de julio pasado Cecilia cumpliría 66 años. Mi esposa ha estado inconsolable por la pérdida de su amiga, todo el día habla de ella. ¡Descansa en paz querida Cecilia!

Ida una polémica película polaca.

Hace dos meses presentaron en la televisión méxicana la película polaca “Ida”; dirigida por Pawel Pawilkowski, polaco de 57 años, actualmente reside en Londres, Inglaterra. Fue estrenada en septiembre del 2013 en el Festival de Cine de Gdynia, ganó varios galardones cinematográficos polacos y europeos, incluido el de mejor película por la Academia de Cine de Polonia y mejor película por la Academia de Cine Europeo; posteriormente fue nominada a mejor película no inglesa y mejor fotografía en la 87ª edición de los premios Oscar (2015), ganando el premio a mejor película.

La trama está ambientada en la Polonia de los sesentas y se centra en Anna, una novicia que ha vivido toda su vida en un convento en donde fue abandonada cuando era una bebé, y que a los 18 años está a punto de asumir los votos. Antes de ello debe conocer a su única pariente viva, su tía Wanda, una mujer misántropa, castigada por la vida, aficionada al tabaco y al alcoholismo, una jueza de pasado antifascista que en sus años de gloria condenó a muerte a muchos “enemigos del pueblo”, quien da a conocer a Anna su origen judío y su verdadero nombre: Ida, ambas viajan en busca de los restos de sus padres, asesinados por un campesino polaco durante la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Cuando sale al mundo, Ida explora cada detalle, sorprendida por todo lo que le fue vedado en la gris reclusión del convento. Cuando ubican el poblado en donde sus padres vivían, se enteran que un campesino les dio refugio, empero, su hijo los asesina para quedarse con la casa de la familia de Ida. Llegan a un acuerdo con el hijo, quien confiesa el crimen: él se quedaría con la casa que se apropió, y llevaría a Ida y Wanda, al sitio donde enterró a los padres de la primera. Así, el hijo del asesino, en una escena aterradora, escarba la tierra donde están los restos, mismos que tía y sobrina se llevan en una bolsa para darles sepultura.

Wanda, atormentada por los recuerdos de su familia, se suicida lanzándose al vacío desde una ventana. Ida, que en la breve búsqueda de los restos de sus padres tiene un affaire con un joven músico que le propone casamiento, renuncia a la vida mundana y regresa al convento a tomar los votos. La rapiña de muchos polacos por apoderarse de las propiedades y bienes de los judíos y su colaboración con los ocupantes nazis para denunciarlos, fue una actitud común en Polonia durante la Segunda Guerra Mundial; después de todo los polacos eran primero católicos y arrastraban el antisemitismo que la Iglesia polaca les inculcó durante siglos; sin embargo, al mismo tiempo, en la película se ignora que muchos polacos salvaron la vida a miles de judíos y arriesgaron sus propias vidas; de aquí que en Polonia muchos la consideran antipolaca.

La película fue filmada en blanco y negro, Pawilkowski “otorga una importancia capital a la fotografía y al encuadre que acentúa el carácter de la gélida Polonia controlada por la URSS en los sesentas, todavía abrumada por la devastación de la Segunda Guerra Mundial.