Israel ha vivido en los últimos cinco años una revolución del veganismo (no consumir animales, lácteos, huevos y miel) que le ha convertido en el país con mayor población vegana del mundo, con un cinco por ciento al que se suma un ocho por ciento de vegetarianos.

AGENCIA DE NOTICAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Los expertos aseguran que lo más espectacular no son las cifras de cuantos siguen una dieta herbívora sino las que indican una tendencia clara en esa dirección: un 30 % de israelíes aseguró en una encuesta del diario Globes que está reduciendo la cantidad de carne que ingiere.

“Es un auténtico boom en el que influyen muchas variables”, explica a Efe la cocinera, crítica gastronómica y activista de los derechos animales Ori Shavit.

“Un motivo es que Israel es un país joven, una nación de inmigrantes no anclada en una cultura culinaria antigua. Nuestra cocina es muy flexible porque es una mezcla de tradiciones y, por eso, la gente está más abierta a experiencias nuevas”, afirma.

Además, los israelíes son mediterráneos y, por tanto, están acostumbrados a muchos ingredientes que sientan las bases de la comida vegana, como las legumbres, verduras o el aceite de oliva, lo que “hace más fácil la transición”.

“¡Nuestro platos nacionales son veganos: el humus y el falafel!(ambos elaborados a base de garbanzos)”, dice sonriente.

Shavit también concede responsabilidad a la religión por dos motivos: porque el judaísmo exige cuidado y compasión hacia los animales y porque la estricta Kasrut (normas de alimentación judía) obliga a separar el consumo de lácteos del de carne, lo que hace que muchos “se paren antes de comer a pensar en los ingredientes y separarlos”.

La prohibición de mezclar carne con lácteos, además, hace que muchos restaurantes opten por una de las dos opciones, lo que resulta en un mayor número de opciones vegetarianas que en otros países.

Hace cinco años, Shavit abandonó su trabajo como crítica gastronómica en una conocida revista tras adoptar una dieta basada exclusivamente en plantas, pero esto le abrió un nuevo camino que le llevó a crear su propio restaurante y encabezar la promoción de la cultura vegana en el país.

“Un tercio de los israelíes quiere reducir su consumo de carne y lácteos. Esto demuestra que esto no es una moda pasajera, sino que se está produciendo un cambio social y económico”, afirma.

Comedores de grandes empresas como Intel Israel o HB celebran “lunes sin carne” e incluso el Parlamento (Kneset) ha establecido dos jornadas de comida a base de plantas en el Día de los Derechos de los Animales.

La tendencia ha sido detectada de inmediato por la industria, que ve en esta población creciente un importante mercado.

Hay ya docenas de restaurantes veganos en el país pero, sobre todo, hay muchos más (unos 700 locales) “amigos de los veganos”, que incorporan platos en sus menús para los herbívoros y los distinguen con un símbolo para facilitar su selección.

Una de las principales cadenas de pizzas comercializa con gran éxito una pizza con queso que no deriva de la leche.

Restaurantes de moda y gourmet celebran cada vez más “veladas veganas”, lo que hace que esta tendencia ya no sea vista como un resignarse a comer unas tristes hojas de lechuga, sino como una opción en la que caben riquezas culinarias y de la que participan 300.000 israelíes.

Los “conversos” al veganismo tienen distintos motivos: la salud, el respeto al medioambiente y, cada vez más, para evitar el maltrato a los animales.

Este último es el caso de Jen Cohen, activista del grupo de Derechos de los Animales Anonymus, que ofrece un programa online de 22 días para hacerse vegano, con asesores, dietistas, expertos y cocineros que introducen al principiante en la cocina estrictamente vegetal.

“Las investigaciones encubiertas de maltrato animal han tenido mucho efecto en la población y el curso online, que han seguido 25.000 israelíes y 10.000 extranjeros, es una gran ayuda para los que no saben cómo cocinar o cómo practicar” esta cultura gastronómica, explica.

Según sus datos, un 70 % de los participantes siguen siendo veganos seis meses después de hacer el curso, al que se han apuntado incluso dos diputados.

Uno de los curiosos aliados del movimiento vegano en Israel ha sido, sorprendentemente, el programa Gran Hermano, una de cuyas participantes, Tal Gilboa, paso su estancia en la casa explicando y difundiendo su causa y ganó la edición de 2014.

Según un estudio de Panels, aproximadamente el 50 % de espectadores del programa dijo que este había aumentado su sensibilización hacia el maltrato animal y un 25 % aseguró que se planteaba cambiar sus hábitos alimenticios. Unas cifras que auguran mayor crecimiento para el sector.

Fuente: Terra