LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Actividad laboral en la tercera edad

Desde hace dos meses en el club deportivo del cual soy miembro realizan una remodelación del área de casilleros; a los socios nos asignaron unos temporales, donde conocí a una persona de la tercera edad, 71 años, de figura enjuta, que lo hacía parecer mayor a su edad real; observé que diariamente después del baño se vestía de traje y corbata y tomaba un casco de motocicleta. Le pregunté si aún trabaja y me contestó afirmativamente; era vendedor de departamentos y trabajaba de lunes a domingo. Me comentó que él había estudiado comercio exterior y en varias empresas en las que trabajó se encargó del manejo de la actividad de exportaciones e importaciones, hasta que llegó lo inevitable, como sucede en México y todo el mundo, lo liquidaron. Como parte de su liquidación le dieron la acción que disfrutaba del club deportivo, de aquí que con su carácter jovial y emprendedor que percibí en él, diariamente viaja desde su domicilio en la zona de Tlalnepantla, en el Estado de México, al club, en el Sur de la ciudad. El trayecto lo inicia a las 5:00 a.m., cuando no hay mucho tránsito, llega al club a tomar una clase de yoga y posteriormente se va a un curso de certificación inmobiliaria; me indicó que una vez que consiga la certificación creará su propia empresa; por lo pronto trabaja como agente vendedor para mantenerse y pagar sus deudas; expresó que el club “era su doctor”, tenía buenos amigos en el mismo y la pasaba muy bien.

El enjuto vecino de casillero me impresionó favorablemente por su gran espíritu de vida y optimismo, no muchos adultos mayores lo tienen. En este ámbito, me di cuenta que la mayoría de mis amigos y conocidos; algunos al inicio de sus setentas y otros aproximándose a los ochenta, trabajan jornadas de 8 horas o más. Unos lo hacen por necesidad, requieren de un ingreso para vivir y, otros, porque les gusta trabajar; después de toda una vida laboral no es fácil dedicarse a ser jubilado de tiempo completo. Afortunadamente la mayoría tienen una buena salud y recursos económicos que les permiten combinar su actividad de trabajo con largos paseos por el mundo; salud, dinero y el cariño de una familia son ingredientes básicos para disfrutar de la vejez.