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Humanidad sin Rumbo

Enlace Judío México | Una noticia que la semana pasada apareció en las redes sociales, y que me conmovió profundamente, fue la desaparición y posterior muerte de un joven judío estudiante de la Universidad Iberoamericana; se menciona que fue asesinado. Lo cierto es que su muerte, en la flor de la vida, trae a colación el tema de la ineficiencia de las autoridades en abatir los índices de delincuencia en el país; son vergonzosos los anuncios de funcionarios en cuanto a logros que supuestamente tienen en abatir a la criminalidad en sus diferentes modalidades. Las declaraciones del gobierno federal y del de la ciudad de México son demagógicas y representan una ofensa para la ciudadanía que vive en un estado de angustia permanente, amenazada por la delincuencia.

La muerte del joven me tocó las fibras de mi ser porque yo tengo un hijo que en julio pasado terminó su carrera profesional en la Ibero. Cuando se supo del secuestro, en varias sinagogas de la ciudad de México se realizaron rezos para pedir al Señor por el pronto retorno del joven. Fueron inútiles las plegarias. En carne propia viví hace 51 años el asesinato, en un asalto, de los padres de quien fue mi primera esposa; las secuelas de este hecho las he vivido desde aquél entonces.

Mi sensibilidad está a flor de piel; igualmente me afectó la convocatoria que hizo el Colegio Hebrero Sefaradí para reunir en sus instalaciones cerca de 600 personas, entre padres y alumnos de ese plantel, desde el 6º grado, para tratar la problemática que allí se vive con los discípulos en relación al creciente uso de drogas, consumo de alcohol y falsificación de documentos. La situación que se experimenta en el Sefaradí es generalizada en todas las escuelas del país y refleja una descomposición del entorno de los hogares, con graves consecuencias para su estabilidad y la del propio país ¿Me pregunto si en el caso de los judíos sus principios éticos y religiosos podrán ayudar a sus familias a superar una situación tan compleja? Esta no solo depende de ellos, el ambiente global tiene una incidencia significativa en estos fenómenos.

Otra dificultad que existe en la Comunidad Judía de México se vincula con el empobrecimiento de un mayor número de familias, particularmente de edad media que tienen niños y/o adolescentes; la falta de ingresos de las personas está relacionada con la pérdida de empleos por el deterioro de la economía de México, y que ingenuamente mucha gente piensa que se podrá superar con las reformas estructurales que está instrumentando el gobierno. Si bien, las reformas logran materializarse y son correctamente aplicadas, sus efectos positivos se verán en el mediano y largo plazo, de 10 a 15 años; por lo pronto la ciudadanía seguirá apretándose el cinturón y sufriendo mientras los funcionarios gubernamentales y políticos hacen mal uso de los recursos públicos. En este ámbito, también varios amigos no judíos de la tercera edad se han visto precisados a ayudar, con sus recursos limitados, a parientes que enfrentan carencias económicas. Asimismo, me he percato de casos entre conocidos y amigos de la tercera edad que tienen que atender casi de tiempo completo a sus nietos para que sus hijos vayan a ganarse el sustento. Paradoja de la vida, trabajar duramente por décadas para terminar siendo empleados domésticos de los hijos, quienes frecuentemente les reprochan sus errores en el cuidado de los nietos.

A lo anterior, se añade, sobre todo a partir de los 65 años, que los adultos mayores tienen que pagar un peaje por seguir vivos, que nada tiene que ver con los recursos económicos que posean. En esa etapa, los principales órganos del cuerpo empiezan a perder capacidad de funcionamiento, y como con los coches usados, los individuos tienen que darle un mantenimiento más frecuente a su organismo, y si quieren estar mas o menos bien, el mantenimiento tiene que ser preventivo: dietas, ejercicios, cuidados especiales ante cambios de temperatura o presión, medicación oportuna y disciplinada, entre muchas otras previsiones. Lo anterior no implica que el adulto mayor tenga que vivir amargado ni que se le considere una especie de incapacitado; empero, si debe tener ánimo para envejecer con dignidad y aceptar limitaciones en su movilidad, flacidez y pérdida de masa corporal, principalmente.

Creo que la gente de la tercera edad tiene que ser productiva y no solo realizar actividades para estar ocupado y no deprimirse; es importante que sea activo socialmente y se involucre en los retos que enfrenta la sociedad que le rodea; aportar su experiencia puede ser enriquecedor para sus semejantes; todo esto no es fácil en un entorno mundial en donde tradicionalmente se ha marginado a la gente mayor, y no solo eso, generalmente no se le ha respetado. La perspectiva para los de la tercera edad es incierta; una expectativa de vida mayor, menos oportunidades de empleo y recibir una pensión insuficiente. El cariño y el apoyo emocional de los seres queridos pueden atenuar sus dificultades.