JOSEPH ATAMAN

Menores sin compañía huyendo del Medio Oriente y más allá se deslizan a través de las grietas de la red de seguridad social, aumentando el riesgo de la explotación.

Los gobiernos europeos están perdiendo el rastro de un importante número de niños que han ingresado al continente sin sus padres como refugiados desde áreas arrasadas por la guerra en el Medio Oriente y más allá.

En Bélgica, las autoridades no pueden dar cuenta de 156 niños inmigrantes que entraron al país sin ser acompañados desde enero del 2015, y el número está aumentando. Este año, 90 niños inmigrantes han sido reportados como desaparecidos por Foco en los Niños, el centro de Bélgica para niños perdidos y explotados sexualmente.

El gobierno belga se ha asegurado que cualquier menor en “circunstancias difíciles” haya recibido ayuda, dijo Sharon Beavis, una portavoz para el Ministerio de Justicia. “El departamento federal de Justicia sigue comprometido con rastrear, identificar, registrar y ayudar a cualquier menor no acompañado como mejor sea posible”, dijo ella.

Las cifras de Bélgica y otras partes de Europa muestran a niños no acompañados deslizándose a través de las grietas en la red de seguridad social de Europa. Los niños solitarios, según funcionarios y abogados, permanecen en el mayor riesgo de caer víctimas de la explotación laboral y sexual. A algunos funcionarios también les preocupa que los refugiados jóvenes, incluidos los que han desaparecido, podrían ser tomados como blanco para reclutamiento por parte del Estado Islámico y otros grupos extremistas.

En el 2015, 88,245 niños sin acompañante—91% de ellos niños—buscaron asilo en la Unión Europea, y los funcionarios estiman que hay tantos como 10,000 niños inmigrantes desaparecidos. Este año, 90% de los niños inmigrantes que llegaron a Italia no estuvieron acompañados. Los abogados dicen que las familias de los niños a menudo pagan a contrabandistas por adelantado, pero esto depende de su nacionalidad, los inmigrantes más pobres, de Afganistán o Eritrea, son forzados a trabajar para los contrabandistas para pagar su pasaje.

El eritreo Samuel Senai de 13 años de edad llegó a Europa en mayo sin su familia. Mientras cruzaba el Mediterráneo, vio a unos 100 inmigrantes ahogarse cuando el bote detrás suyo zozobró.

Hospitalizado por el shock en Italia, después de una semana huyó y un compañero inmigrante pagó para que un contrabandista lo transportara a Milán. Pero una vez allí, la hermana del inmigrante exigió que le reembolsara €250 (u$s277) por el viaje, y se rehusó a dejarlo partir.

A Samuel se le permitió irse después que su hermano le envió dinero a la mujer, y él se fue solo a Holanda. El sigue acosado por toda la experiencia, especialmente el cruce del mar.

“En vez de estar solo, habría sido mejor haber estado con ellos, muerto en el mar”, dijo en una entrevista.

Los trabajadores sociales dicen que están viendo un creciente número de niños muy pequeños haciendo la peligrosa travesía  a Europa desde el Medio Oriente y Norte de África.

“El más joven que hemos tenido tenía 7,” dijo David Lowyck, director de la organización de beneficencia belga Menor Ndako, la cual proporciona cuidados residenciales las 24 horas para menores no acompañados. “Ahora tienes niños mucho más pequeños, de Afganistán y Siria, generalmente entre 8 y 13 años. Eso es nuevo para nosotros.”

Cuando un menor no acompañado llega a Bélgica, se supone que le sea asignado un guardián, quien actúa como un abogado para los niños inmigrantes en casas grupales residenciales, ayudándolos a asegurar estatus legal y ayuda.

La afluencia de niños durante el año pasado agotó el suministro limitado de voluntarios, cada uno de quienes mira por tantos como cinco niños. Los guardianes profesionales pueden trabajar con 25.

Desde mediados del 2015, el ministerio de justicia de Bélgica ha duplicado su reserva de guardianes voluntarios, en cerca de 490. Para mediados de junio, unos 450 menores estaban todavía esperando que les fuera asignado un guardián, debajo de los 900 de enero.

Los defensores belgas dicen que el sistema de guardianes, cuando está atendido en forma adecuada, puede funcionar.

Medhane, el hermano de Samuel Senai, tenía 15 años en el año 2013 cuando dejó Eritrea hacia Europa. En Libia fue golpeado y obligado a trabajar cuidando los caballos de un contrabandista para pagar su viaje. Abandonado en Bélgica por otro contrabandista y determinado a llegar a Holanda, se le impidió huir del centro de asilo por su guardián, quien lo convenció de los beneficios de solicitar asilo en Bélgica.

Ahora él está tratando de traer a Samuel a Bélgica. A pesar de sus temores por la seguridad de su hermano en el viaje, Medhane, ahora de 18 años, dijo que tenía pocas opciones más que hacer que él llegara solo a Europa.

“Yo no quería que él llegara aquí, pero no tenía familia, no había nadie para enviarlo a la escuela,” dijo.

Un informe de UNICEF del 2016 detalló la amenaza constante de violencia sexual, prostitución forzada y violación para los niños inmigrantes solitarios en tránsito en el norte de Francia, un peligro que los defensores dicen que existe a lo largo de Europa.

Lowyck dijo que su centro había recibido muchos niños inmigrantes que habían sobrevivido a violaciones en sus viajes. “Siempre llegamos muy tarde, vemos niños que están traumatizados, golpeados, violados. Cuando llegan a Europa, comienza la parte más difícil de su viaje”, dijo él.

Meyers dijo que la policía es informada de inmediato cuando desaparece un niño vulnerable. Sólo los niños por debajo de los 13 años son considerados generalmente vulnerables, y, en línea con las regulaciones del centro de asilo, los adolescentes sólo son reportados perdidos después de 24 horas que desaparecen.

Lowyck dijo que los gobiernos europeos deben hacer más para evitar que los niños inmigrantes viajen solos dentro de Europa.

“Algo del peor trauma está sucediendo una vez que ingresan a Europa”, dijo él. “Los niños están más y más desesperados. Los contrabandistas saben esto.”

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México