Recibimos tantas invitaciones a tantas celebraciones diferentes, que ya no las apreciamos. Nos cuesta trabajo involucrarnos en la celebración y empatizar con la felicidad del otro, lo cual impacta a su vez nuestra habilidad de apreciar lo bueno incluso en nuestras propias vidas.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

En vez de alegrarnos a medida que se acumulan invitaciones a bodas, en vez de maravillarnos con la constante esperanza y renovación del pueblo judío a pesar de las amenazas externas, nos quejamos. “Estoy tan ocupado”. “Estoy tan cansado”. “¿Realmente tengo que ir?”.

Cuando llegue tu siguiente invitación por correo, recíbela con emoción. Maravíllate ante la oportunidad. Siente agradecimiento por ser parte de ella.

Mientras el mundo se oscurece a nuestro alrededor en manos de la violencia, las guerras y el terrorismo, estos momentos de alegría son ciertamente muy preciados.

Fuente: halajadiaria.com