El niño de cinco años que había sido atropellado por un automóvil se negaba histéricamente al tratamiento – hasta que un payaso médico y EMT salvaron el día.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – En medio de un ajetreado jueves por la tarde en la calle Kushnir en Bnei Brak, un niño de cinco años fue atropellado por un vehículo. El niño fue herido y necesitaba atención médica, pero estaba histérico y se negaba a ser tratado por los técnicos médicos de emergencia Hatzalah Unidos que llegaron a la escena.

A pesar de repetidos intentos, los paramédicos no pudieron calmar al niño y acercarse para empezar a brindarle el tratamiento de primeros auxilios necesario para curar sus heridas, hasta que Daniel Klughaupt llegó a la escena. Klughaupt ha sido un EMT (técnico médico de emergencia, por sus siglas en inglés) con la organización desde principios de este año y también voluntario como payaso profesional de la medicina.

Viendo que el niño estaba bajo mucho estrés, Klughaupt rápidamente volvió a su ambuciclo y recuperó su traje de payaso médico, con un sombrero de payaso, una nariz roja y globos. Vestido como payaso, se acercó al niño. Klughaupt se sentó al lado del niño e intentó hacerlo reír.

“Fue un reto llamar la atención del niño para desviarla de sus heridas mientras estaba bajo tal estrés”, dijo Klughaupt, de Springfield, Massachusetts antes de emigrar a Israel. Sin embargo, venció Klughaupt. El niño comenzó a reír y desvió su atención de las heridas mientras otro médico de Hatzalah Unidos lo comenzó a tratar. Klughaupt tuvo tanto éxito que el niño apenas se dio cuenta del tratamiento.

“En algún momento el niño finalmente tomó consciencia de que lo habían vendado y al ver el vendaje se puso a llorar. Así que el otro médico y yo comenzamos a decorarle el vendaje, eso lo calmó. Cuando su padre llegó a la escena, el niño fue trasladado en ambulancia al hospital para su posterior tratamiento y observación”, agregó Klughaupt.

Trabajar como payaso médico ha sido uno de los sueños de Klughaupt por un tiempo.”Me gusta ayudar a la gente”, dijo, “y me gusta hacer reír, ¿por qué no mezclar ambas cosas?” Klughaupt sin duda lo hizo hoy, y logró calmar al niño herido que habría retrasado el tratamiento, e involuntariamente se habría agravado el daño.

Fuente: Arutz Sheva – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico