Se intentan evitar los asaltos de migrantes a la autopista cercana con un muro de cuatro metros de altura a ambos lados de la carretera.

GABRIELA CAÑAS

La zona portuaria de Calais es un laberinto de vallas y alambradas para evitar la fuga de migrantes hacia el canal de la Mancha. Ahora, Francia y Reino Unido han iniciado la última fase: la fortificación de la autopista E-15 en su último tramo hacia el puerto. A un lado y otro de la ruta habrá dos vallas de cuatro metros de altura y un kilómetro de longitud. Cerca queda la Jungla, que ha alcanzado la cifra récord de entre 7,000 y 9,000 personas hacinadas sobre sus sucias dunas.

Francia se plantea la doble valla como un muro antirruido, pero también como un muro “anti-intrusión”. Según la Delegación del Gobierno en Calais, las obras se iniciaron ya a mediados de agosto y durarán cuatro meses.

Un kilómetro de la autopista que va desde el puente sobre la carretera de Gravelines hasta la entrada del gran complejo portuario quedará sellado. Hacia el lado exterior, los muros serán de hormigón y color gris. Hacia el lado interior que verán los automovilistas y transportistas serán decorados con plantas. Estarán iluminados y dispondrán de cámaras de vídeo para mantener una vigilancia permanente.

De esta manera, las autoridades de ambos lados del Canal esperan poder reducir drásticamente los asaltos a la autopista por parte de los migrantes. Según la policía, hasta treinta veces deben intervenir en una misma noche para dispersar a los grupos de personas que tratan de reducir la marcha de los camiones para introducirse en ellos y pasar la frontera.

El secretario de Estado de Inmigración británico Robert Goodwill ha recordado este miércoles al parlamento en Londres el plan de construcción de este muro, informa Reuters. Ambos países llevan años colaborando estrechamente en el control fronterizo en Calais basándose en los llamados acuerdos de Le Touquet. Londres, de hecho, paga el precio de la construcción de este nuevo tramo, que costará 2,7 millones de euros. Es parte de los 17 millones ofrecidos por el Reino Unido en marzo pasado para que Francia continúe frenando en su suelo a los que quieren llegar a territorio británico.

La nueva muralla se inicia cuando la tensión es máxima en la Jungla de Calais. Su población se ha duplicado durante el verano, a pesar del desmantelamiento parcial llevado a cabo el pasado mes de marzo. El Gobierno francés asegura estar dispuesto a acabar con este vergonzoso enclave, pero no ha fijado fecha alguna. Este lunes, ciudadanos de todos los sectores económicos de Calais bloquearon el acceso al puerto para protestar por una situación que eleva la inseguridad, argumentan, y daña sus intereses.

Las nuevas vallas serán bien visibles desde la Jungla, como lo son ya hoy los muros y alambradas del puerto, el más utilizado por los transportistas europeos para cruzar el canal de la Mancha. Francia ha instalado viviendas modulares en el campamento para acoger a parte de los refugiados ahí establecidos, pero la presión ha estallado, multiplicando los problemas internos.

El número de peticionarios de asilo ha aumentando en Francia en los dos últimos años; de ahí la iniciativa del Ayuntamiento de París de construir un gran campo de refugiados. La mayoría de los que llegan a Calais han pasado primero por las calles y descampados de la capital en su camino hacia el Reino Unido.

Fuente:elpais.com