LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

El creciente flujo de migrantes del Medio Oriente, especialmente de Siria, y de diferentes países de África hacia Europa, tiene como escenario de fondo un verdadero drama humano en sus países de origen: prolongadas guerras fratricidas, persecuciones étnicas y religiosas por parte de grupos islámicos radicales, altos niveles de desempleo, explotación laboral, condiciones de vida de extrema pobreza sin expectativas de mejorarlas, situaciones de esclavitud, misoginia, regímenes autoritarios y represivos, factores naturales adversos como sequías prolongadas que frecuentemente derivan en hambrunas, servicios sanitarios y de salud deplorables, gobiernos regionales y extraregionales que buscan la hegemonía en el Medio Oriente, entre otros factores, que impiden un desarrollo digno de la gente.

En este entorno de violencia e injusticia, millones de individuos, familias enteras, huyen hacia lugares en los que aspiran rehacer sus vidas, particularmente a las economías desarrolladas, relativamente próximas a sus hogares. En el camino mueren miles de migrantes al emprender su periplo en endebles embarcaciones en las que traficantes de seres humanos sin escrúpulos los hacinan a sabiendas de los altos riesgos que corren. El tráfico ilegal de migrantes ha cobrado la vida de más de 4,200 personas en el Mar Mediterráneo en lo que va del año; Egipto y Libia se han convertido en los puntos de partida de las embarcaciones en dirección a Europa, los trayectos “son cada vez más largos y peligrosos”, en este ámbito, el Parlamento de Egipto recientemente aprobó una nueva ley para luchar contra las mafias que trafican con migrantes, y que incluye duras penas de cárcel y elevadas multas para quienes se dedican a esta actividad. La legislación incluye un agravante en caso de que las víctimas sean mujeres, menores y personas discapacitadas, o que se ponga en peligro la vida de los migrantes; diferentes analistas esperan que la nueva legislación no se convierta en letra muerta.

En términos generales los migrantes que han llegado a Europa han enfrentado dificultades para permanecer en el Continente por el rechazo parcial o total de los gobiernos y de las comunidades, en virtud de la experiencia negativa que han tenido por décadas en relación a los migrantes, básicamente musulmanes, para integrarse a la cultura Europea, la reticencia de los europeos a las corrientes de migrantes se incrementó en los dos últimos años, dado que entre ellos se han infiltrado terroristas que han realizado atentados que han causado numerosas víctimas como el de París en noviembre del 2015 perpetrados por atacantes suicidas que provocaron 137 personas muertas y 415 heridos.

Cabe destacar que Alemania fue el país que un mayor número de migrantes recibió en el 2015, más de un millón, previéndose que este año superará 300 mil. La calurosa acogida que inicialmente se les brindó en esta nación se ha ido modificando progresivamente hasta convertirse en conductas xenófobas que han sido estimuladas por grupos de ultraderecha y que han originado enfrentamientos entre la población alemana y los migrantes islámicos que son cada vez más hostiles con sus anfitriones.

En este marco, Soeren Kern (SK) ciudadano estadounidense, nacido en Wisconsin, y quien también posee la ciudadanía alemana, graduado del School For Forein en la Georgetown University de Washington, DC, especialista en temas de Defensa y Seguridad de EUA y Europa, e investigador del Gatestone Institute de Nueva York, un think thank (laboratorio de ideas) institución sin fines de lucro y sin filiación política, fundada en el 2012; en un artículo realizado al final de octubre pasado, que reproduce Enlace Judío, hace un interesante recuento del conflicto que viven los alemanes con los migrantes islámicos. El título de su escrito es: Los alemanes están abandonando Alemania en desbandada.

SK señala que los datos de la Agencia de Estadística Alemana, Destatis, revelan que 138 mil alemanes abandonaron su país en el 2015, estimándose que emigre un mayor número en el 2016, en virtud de que el flujo masivo está transformando regiones enteras de su territorio, lo que ha contribuido a crear una creciente sensación de inseguridad entre la ciudadanía por el ascendente aumento de los niveles de delincuencia, que incluyen una ola de violaciones sexuales, descrito en este espacio en una ocasión previa. La islamización está provocando que un número importante de alemanes estén perdiendo la esperanza sobre el futuro del país.

SK destaca que la salida de alemanes no es una tendencia nueva, empero, se ha acrecentado con la permisividad del gobierno de Ángela Merkel para recibir a corrientes masivas de migrantes. Menciona que el periódico Die Welt ha informado que más de 1.5 millones de alemanes, muchos de ellos con estudios superiores, han salido del país en la última década. Los que recientemente abandonaron Alemania no ha sido por razones económicas, sino por el descontento causado por la crisis migratoria y con las circunstancias políticas; sociales prevalecientes en el país: “el Islam no pertenece a Alemania, es una entidad extranjera que ha traído a Occidente más problemas que beneficios, muchos seguidores de esta religión son groseros, exigentes y despectivos hacia los alemanes, se percibe una tendencia de integración a la inversa, de acuerdo a la cual las familias alemanas tiene que adaptarse a los hábitos y costumbres de los migrantes y no al revés”.

El año pasado, parte de los alemanes que salieron se fueron a Hungría, país que ha rechazado recibir migrantes ilegales; de aquí que construyó en su frontera de 175 km una barrera para detenerlos, levantó una valla “considerando que la Unión Europea (UE) era demasiado lenta para detener el creciente flujo de migrantes que entran a la UE a través de la frontera entre Serbia y Hungría. Asimismo, Bulgaria construyó una valla a lo largo de su frontera con Turquía y Austria, y está construyendo otra en el cruce fronterizo con Eslovenia.

Paralelamente a la llamada solución Trump, de construir muros para frenar a los migrantes, Bruselas avala prolongar los controles fronterizos en la UE: son cinco países que aplican controles al espacio Shengen de libre circulación a raíz de la crisis de refugiados; Alemania estableció controles en su frontera con Austria por donde pasó el mayor flujo en el 2015; Austria controla los pasos con Hungría y Eslovenia, Dinamarca revisa los ferris hacia Alemania y a la frontera con ese país. Suecia, que no forma parte de la UE, empero sí de Shengen, tiene controles en varios puertos que conectan con Dinamarca, Alemania y Noruega.

SK menciona que muchos migrantes frustrados por el trato xenofóbico que se les dio en Alemania han protestado por este hecho, en este sentido, el periódico Der Freitag publicó en octubre pasado un artículo de un osado joven sirio en el que instó a los alemanes a marcharse de Alemania; expresó que “los refugiados” están hartos de los ciudadanos que los insultan y se alteran como locos, todo el tiempo hay provocaciones de racistas desempleados; los refugiados no queremos vivir en el mismo país que ustedes, si Alemania no les gusta ¿Por qué viven aquí? ¿Por qué no se van a otro país? Busquen un nuevo hogar, vayan a EUA con Donald Trump, él les dará mucho cariño, estamos hartos de ustedes.

Por otra parte, Francia desalojó entre el 24 y 26 de octubre pasado a más de 7 mil refugiados y migrantes, básicamente sirios, eritreos, sudaneses, iraquíes y afganos que desde el 2015 vivían en el campamento denominado la Jungla de Calais, ubicado al inicio del euro túnel que conecta a Francia con Inglaterra, 1,300 de los que allí vivían eran menores no acompañados. Por el campamento, el mayor de Europa, pasaron miles de personas viviendo en condiciones deplorables con la intención de cruzar el mar hacia el Reino Unido. El campamento improvisado se levantó con madera, cartón y plásticos, principalmente.

La Jungla de Calais era una verdadera vergüenza en la política de inmigración de Francia, criticada internamente y en el exterior; el gobierno presionado por la opinión pública y a seis meses de las elecciones generales, considerando que los musulmanes residentes en Francia son un mercado electoral con gran potencial, decidió actuar desalojando la Jungla de Calais; así, más de 5,500 de los migrantes fueron distribuidos en centros de acogida en territorio de Francia; por su parte, la Ministra del Interior de Gran Bretaña anunció que su país recibiría a cientos de niños de la Jungla de Calais. Cabe destacar que un número importante de migrantes que vivieron en el Campamento fueron registrados originalmente en Alemania, por lo que las autoridades francesas podrían solicitar a Berlín que los reciba conforme al Acuerdo Dublín sobre el reparto de migrantes; no obstante, los migrantes de Calais y de otras partes de Europa son un asunto pendiente por resolver.

En su afán de busca frenar las corrientes migratorias la UE ha firmado cinco pactos con países africanos de origen y tránsito de los mismos para que se establezcan controles más eficientes en sus fronteras y acepten la devolución de migrantes y a cambio se les ofrece asistencia técnica y acelerar ayudas de inversión. La UE ha comprometido más de 900 millones de euros en los Programas de Inversión del Fondo Fiduciario para África. Igualmente ha firmado 5 convenios, llamados Marcos de Asociación con Nigeria, Níger, Senegal, Mali y Etiopia; hasta el presente sólo se ha logrado devolver al 40.0% de los extranjeros con orden de expulsión de la UE. Se considera que el Marcos de Asociación no resuelven el problema estructural real de la migración, porque es difícil que con los fondos recibidos se puedan crear mejores oportunidades de vida en los países; ello requiere de un cambio estructural de sus economías que se contemplaría en el mediano y largo plazo.

Mientras tanto, la Organización del Tratado Atlántico del Norte (OTAN) amplía sus operaciones en el Mediterráneo Central, al Sur de Italia, para evitar muertes de los migrantes que se lanzan al mar en su intento por alcanzar Europa. En breve, la OTAN desplegará barcos y aviones para mejorar los esfuerzos que ya realiza la UE en la zona en la lucha contra el tráfico de migrantes.