Los palestinos no debieron apresurarse en descartar la invitación extendida por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu al presidente palestino Mahmoud Abbas de dirigirse al parlamento de Israel a cambio de “venir con alegría a hablar de paz en el parlamento palestino en Ramala”.

El gesto de Netanyahu fue rechazado rápidamente por los palestinos como un “nuevo truco” pero la invitación es reminiscente de la emitida por el ex primer ministro israelí Menachem Begin al ex presidente egipcio Anwar Sadat de visitar Israel — y el resto es historia.

El 19 de noviembre de 1977, Sadat se convirtió en el primer líder árabe en visitar Israel cuando se reunió con Begin y habló ante la Kneset en Jerusalem acerca de las opiniones sobre cómo lograr una paz integral para el conflicto árabe-israelí que incluía la implementación plena de las resoluciones 242 y 338 de la O.N.U..

La visita llevó a los acuerdos de Camp David de 1978, la serie de reuniones entre Egipto e Israel facilitadas por el entonces presidente estadounidense Jimmy Carter, y luego la firma de un tratado de paz entre Israel y Egipto en Estados Unidos al año siguiente. Por añadidura, tanto Sadat como Begin fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz por crear el tratado.

Con todas sus deficiencias, Camp David demostró que las negociaciones con Israel fueron posibles y que podía hacerse progreso a través de esfuerzos sostenidos en comunicación y cooperación.
A pesar de la conclusión decepcionante de los acuerdos de Oslo de 1993, fue un acontecimiento importante que tenía poca posibilidad de ocurrir sin el precedente establecido por Camp David.

Tiene que ser mencionada otra invitación sin precedentes que involucra a los palestinos e Israel, la de Bill Clinton convirtiéndose en el primer presidente estadounidense en visitar territorio palestino, donde él habló ante el Consejo Nacional Palestino. En ese día en 1998, los líderes palestinos aprobaron una medida afirmando el derecho de Israel a existir. Levantándose de sus asientos y votando mediante sus manos levantadas, el CNP votó casi en forma unánime por quitar las cláusulas del estatuto de la Organización para la Liberación de Palestina que pedía la destrucción de Israel.

La aceptación por parte de los palestinos que Israel tenía el derecho de vivir dentro de fronteras seguras llevó a la segunda cumbre de Camp David del año 2000 que, si bien terminó sin un acuerdo, no habría podido ser celebrada en primer lugar de no haber sido por la visita de Clinton.

A pesar de estos dos ejemplos de como las visitas oficiales pueden inclinar el arco de la historia, los palestinos rechazaron automáticamente la invitación de Netanyahu a Abbas que fue ideada para enmascarar lo que ellos describieron como la intransigencia de Israel en avanzar con el proceso de paz de Medio Oriente. Es posible que el objetivo de la invitación fuera un intento de Netanyahu de aislar los intentos de la O.N.U. por recomenzar e imponer un proceso de paz entre Israel y los palestinos.

Al reiterar su llamado persistente para negociaciones directas con los palestinos, Netanyahu ha rechazado cualquier plan posible de la O.N.U. para imponer en forma unilateral una solución al conflicto, reiterando las denuncias de largo tiempo de Israel que la O.N.U. es sesgada contra Israel. Su mayor preocupación es que el Presidente Obama podría permitir que el Consejo de la O.N.U. respalde la independencia palestina a fin de año sin el veto tradicional estadounidense a tal medida.

Los palestinos han rechazado las ofertas pasadas de Netanyahu a tales invitaciones, diciendo que su posición intransigente en todos los temas centrales hacía imposible el dialogo. De hecho, Netanyahu rechaza un congelamiento de asentamientos, no erradicará asentamientos, rechaza las fronteras de 1967 como la base para conversaciones y rechaza cualquier división de Jerusalem.

Pero los palestinos deben notar que en su momento, Egipto e Israel eran enemigos mortales, habiendo combatido tres guerras. Camp David llamó a un período de transición de cinco años de retirada israelí de la Margen Occidental y Gaza.

El período de transición incluiría la presentación de auto-gobierno palestino y un fin de los asentamientos israelíes en la Margen Occidental. Mucho del mundo árabe se burló de él como un acuerdo débil. Pero en retrospectiva, de haber sido llevadas a cabo las disposiciones, Israel y los palestinos podrían no estar en el punto muerto en que están en el presente.

Fuente: Saudi Gazette- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México