YOSSI SHAIN

Muchos judíos tradicionalistas votarán por Donald Trump a pesar de su imagen, personalidad, retórica y mensajes. Sin embargo, la gran mayoría de los judíos votarán por Hillary Clinton porque perciben a su rival republicano como peligroso.

Por un lado, ¿cómo puede un judío identificarse con una figura tan moralmente problemática y controvertida como Donald Trump? Por otro, ¿qué tan comprometidos están los judíos con el Partido Demócrata, después de que muchos de sus líderes y votantes se han distanciado de los valores tradicionales del centro estadounidense?

Durante décadas, los judíos estadounidenses se identificaron con el centro liberal que les prometió el estátus de una minoría que comparte la visión de la Unión Americana y se identifica con el espíritu democrático del país, aunado a las relaciones entre Israel y Estados Unidos. Pero este espíritu ha disminuido en los últimos años entre demócratas progresistas como Bernie Sanders, quienes han dejado de simpatizar con los juíios como una minoría.

La derecha conservadora otorgó a los judíos “un lugar más seguro.”

Además, los demócratas progresistas dejaron de ver a Israel como un Estado democrático, considerándolo un país ocupante, mientras que los republicanos lo presentaron como un líder en la lucha por la democracia en todo el mundo.

En la actual campaña electoral, Trump representa la percepción del retorno al tribalismo, el temor al universalismo, una demanda de grandeza de Estados Unidos en base a los valores del pasado y la objeción al activismo social anticapitalista. Los judíos liberales siempre temieron de estos valores, así como de los elementos religiosos cristianos incluidos en dichas percepciones.

Muchos de los judíos más religiosos, ortodoxos y ultraortodoxos, se sienten seguros con estos mensajes. Ellos no temen del antiguo antisemitismo blanco, ni dudan en definirse como una tribu separada. En una reunión con judíos republicanos, mis anfitriones me decían en broma que la diferencia entre un judío reformista y Trump es que éste último tendrá al menos nietos judíos.

Los judíos liberales, por el contrario, han caído en una trampa. Sus comunidades se están debilitando debido a los matrimonios mixtos y la erosión de su identidad étnica judía. La prioridad atribuida al activismo social universal, que ellos llaman “Tikun Olam,” los ha alejado de la experiencia judía de la tribu. Hay una razón por la cual el presidente estadounidense, Barack Obama utilizó la expresión “somos todos los judíos” al definir el judaísmo liberal estadounidense.

En las próximas elecciones de noviembre, muchos de los judíos “tribales” votarán por Trump a pesar de que su imagen, personalidad, retórica y mensajes están muy lejos de la experiencia cultural de los judíos estadounidenses. Ellos también se han alejado de estos valores y de esta tradición. Sin embargo, se espera que la gran mayoría de los judíos voten por Clinton porque perciben a Trump como imprevisto y peligroso.

A pesar de los cambios dramáticos en la comunidad judía y el aumento de las fuerzas más religiosas, la mayoría de los judíos estadounidenses se preocupan de que Trump pueda provocar un cambio radical. Ellos creen que es incapaz de dirigir a EE.UU. de una manera organizada y que su mandato como presidente puede evocar un malestar social que también afectará al sistema económico. Incluso los judíos en el centro demócrata que son rechazados por la voz progresista en el partido y no confían en Clinton, prefieren su “convencionalismo” aunque sea problemático.

Sorprendentemente, el tema de Israel casi ha desaparecido de la campaña electoral. Actualmente, el campo demócrata evita conflicto con el gobierno israelí por temor a que las fuerzas judías en el centro que aplaudieron a Trump en la conferencia del AIPAC decidan votar por él. De hecho, la campaña de Clinton es la que ahora impide al gobierno promover una iniciativa internacional sobre el conflicto israelí-palestino.

Mientras tanto, los líderes de las comunidades judías estadounidenses permanecen pasivos tratando de no quedar atrapados en el ojo de la tormenta, que está alcanzando nuevas bajas intolerables. La comunidad judía, al igual que todos los estadounidenses, está muy dividida en esta campaña electoral, pero sus líderes comprenden que tienen que hacer un esfuerzo para reducir las divisiones internas, incluyendo lo relativo al tema de Israel, mientras se enfrentan a lo desconocido.

Fuente: Ynet

Traducción: Esti Peled

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